Ahora que está de moda esto de ser ecológicos, conviene pensar en formas diferentes de reciclar las experiencias desagradables, pues la opción de arrojarlas en forma de queja, reclamo, acusación o lamento a las personas que te dan un poco de su tiempo para escucharte no lograrán el objetivo de darte la paz y serenidad necesarias para tomar buenas decisiones, a lo mucho conseguirás cómplices que se quejen contigo y te den más razones para seguir generando quejas y lamentos.
Describirte tu situación o experiencia desagradable desde 2 o 3 perspectivas diferentes te puede ayudar a darle un nuevo enfoque a lo que estás viviendo, y a convertir algo que puede ser un error tuyo o de otros, en un aprendizaje permanente. Pero debes arriesgarte a romper el guión que siempre has manejado cuando te ocurre algo "malo", solo así podrás encontrar nuevas formas de hablar acerca de ti, de lo que pasa y de los demás involucrados.
No es tarea fácil, pero si lo empiezas a hacer descubrirás que sus resultados son muy enriquecedores y sobre todo, que además de amargura hay muchas otras cosas en tu interior, aún en las situaciones más adversas.
Hasta luego.
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