jueves, 19 de diciembre de 2013

Orgullo sano y orgullo malsano

"La mayor desgracia de un hombre es tener su orgullo más grande que su corazón"
Victoria Morales F.


Hay un orgullo sano que te ayuda a crecer, te permite valorar a tu propia persona y reconocer tus habilidades, destrezas y capacidades, al mismo tiempo que aceptas también tus limitaciones y defectos, no para criticarte sino para motivarte a mejorar. Ese orgullo también te ayuda a relacionarte y convivir con las demás personas con un trato igualitario, reconociendo y aceptando a los demás tal como son. El orgullo sano produce seguridad cuando lo vives, despierta tu naturaleza creativa y está fuertemente ligado a tu dignidad.


Hay otro orgullo malsano que no te ayuda a crecer, sino que tiende a destruirte, se basa en la constante comparación con otras personas y a la sensación de tener que demostrarles que tú eres mejor; este orgullo no te permite competir ni convivir. Al contrario del orgullo sano, éste nace de la inseguridad y de una débil autoestima, se manifiesta en las personas que se sienten amenazadas y tienen miedo de ser avergonzadas o aplastadas por los demás, así que prefieren tomar la iniciativa y usar como tapete a cualquier persona que lo permita, hasta llegar al extremo de ofender y humillar a las gentes cercanas.


El orgullo sano te alimenta, te hace crecer y te mantiene unido con la gente. El orgullo malsano te hace sentir inferior, te paraliza y te aísla cuando lo vives.

"El orgullo de los mediocres consiste en hablar siempre de sí mismos; el orgullo de los grandes hombres es de no hablar nunca de ellos."
Voltaire

¿Cómo pueden coexistir estos dos orgullos? En realidad se trata de uno solo: cuando se manifiesta espontáneamente como reconocimiento o aceptación es sano, y cuando se manifiesta como una reacción agresiva o violenta a lo que hacen otras personas, es malsano (en esta liga se puede ver otro comentario acerca del orgullo: http://hemebe-psicoterapia-ags.blogspot.mx/2011/08/orgullo-y-perfeccionismo.html). El orgullo malsano también se llama vanidad o soberbia.


El orgullo, en cualquiera de sus presentaciones, es una parte tuya y tú lo puedes manejar y controlar, siempre que tengas el deseo de hacerlo. El solo hecho de darte cuenta que tu poder de decisión puede definir a tu orgullo, y representa un cambio hacia una actitud más humilde ante el mundo.

"Lo único capaz de consolar a un hombre por las estupideces que hace, es el orgullo que le proporciona hacerlas."
Oscar Wilde


¿Quieres combatir el orgullo malsano? Reconócete a ti mismo sin exigir que lo hagan los demás. Date la oportunidad de reconocer méritos, habilidades y cualidades en la gente con la que convives, tal vez te des cuenta que te rodean personas más valiosas de lo que tú creías.

Hasta luego.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Personas manipuladoras

"Amor se llama el juego en el que un par de ciegos juegan a hacerse daño"
Joaquín Sabina



Todos manipulamos. Lo hacemos para imponer nuestra visión del mundo a los demás y sobre todo lo hacemos en la infancia, porque cuando somos niños no sabemos negociar ni tener empatía. Estas habilidades, que implican escuchar, respetar, confiar, ser asertivos y tener clara nuestra postura ante la vida, se irán desarrollando mientras crecemos, hasta llegar a lo que llamamos elegantemente “negociación” o “acuerdos”, y de esa manera no hay ninguna duda que las personas que participen en la negociación estarán tratando de convencer a los demás, mediante argumentos y explicaciones adecuadas, que su punto de vista es el más conveniente para hacer mejor las cosas.

Y funciona, así se llega a acuerdos importantes como definir la lista del súper, convencer a abuelita de cuidar a los niños,  o conseguir el contrato para realizar un trabajo importante. En estos casos, el resultado final es una sensación de convencimiento y satisfacción por ambas partes, el famoso ganar – ganar, porque todos perciben que obtienen algo positivo del acuerdo y que, a su modo, cada quien hizo valer su punto de vista en la discusión. Eso es una negociación sana.

Pero hay personas que aún siendo adultas, siguen manejando sus relaciones con la manipulación como principal medio de contacto con los demás. Estos son algunos tips para identificar cuando estamos envueltos en una manipulación:


Los manipuladores no han madurado su estilo de comunicación, es decir, se siguen comunicando de manera infantil y entre su repertorio puede haber berrinches, llanto, silencios prolongados, gritos y otras expresiones útiles para no decir directamente lo que quieren, y para no escuchar a su interlocutor.

Los manipuladores son agresivos. En ocasiones su agresividad es activa y entonces utilizan amenazas y violencia, en principio de manera verbal pero pueden llegar también a la violencia física cuando creen que no les están prestando la debida atención.

También manejan la agresividad pasiva, en ella hay frases para sabotear y quitarle valor a lo que dicen los demás, otras expresiones las usan para inhibir a otras personas (inhibir = provocar vergüenza o miedo); otra forma de agresividad pasiva es criticar después de que ocurrieron las cosas, y amenazar antes de que ocurran.

Los manipuladores tienen miedo a fracasar, y tienen mucho más miedo a ser exhibidos ante los demás, así que elaboran estrategias muy sofisticadas para culpabilizar a los demás y hacerles sentir mal.

En general, su estrategia sigue estos dos pasos: primero buscan que te ofrezcas a ayudar y que te intereses en sus problemas, después tratan de involucrarte hasta poderte hacer responsable si no puedes resolverlos. Claro que si el problema se resuelve, el mérito se lo llevarán ellos.

Los manipuladores no hablan de su relación. No conversan de los problemas y las situaciones que afectan a su relación con la gente cercana, esto podría poner en duda su verdad y rompería la estrategia de cargar a los demás con su responsabilidad. Prefieren callar e imponerse para sentirse “seguros”. Lo más común es que guarden un agresivo silencio cuando son cuestionados, y que este silencio se prolongue por horas o días, hasta que el manipulador necesite algo de la otra persona.

“El hombre poco claro no puede hacerse ilusiones, o se engaña a sí mismo, o trata de engañar a otros.
Stendhal


Los manipuladores proyectan sus aspectos negativos sobre los demás. Critican, culpan, juzgan, caen muy bien o muy mal, amenazan, inventan historias de los demás, guardan silencios prolongados, se hacen la víctima, hablan de los hechos como “nunca” o “siempre”… Y en ningún caso se dan cuenta que esa actitud proviene de ellos y no de la persona con la que interactúan.


¿Puede un manipulador cambiar su estilo de relacionarse? ¡Claro! Todos podemos reeducarnos emocionalmente, pero antes de resolver los problemas interpersonales, hay que atender los intrapersonales:

Aprender la empatía. Sin importar qué edad tenga, cualquier persona puede aprender a vivir los valores básicos para adquirir una comunicación asertiva: respeto, tolerancia, confianza, empatía… Al incorporar estos elementos a su repertorio, puede darse la oportunidad de admitir su cariño y su rechazo hacia otras personas y actuar en consecuencia. 

Recordemos que los manipuladores no han llegado al nivel de madurez emocional que les permita sentirse dueños de sus sentimientos, por esa razón se avergüenzan y tienen miedo de sentirse expuestos ante los demás. Para adquirir estas habilidades es indispensable la participación de otra persona que sí maneje su comunicación de manera asertiva y, claro está, que la persona que manipula quiera dejar de hacerlo.

Mejorar la autoestima. El miedo a la crítica social, la vergüenza y la comparación constante con los demás tienen sus raíces en una autoestima lastimada. Un manipulador vive con inseguridad y eso lo hace vivir al pendiente de lo que los demás piensan de él o ella, sin llegar a darse cuenta de su propia autopercepción. Le da tanto valor a la opinión de los demás, que olvida la suya.

Aprender a actuar solo. Detrás de las actitudes del manipulador hay un enorme miedo a ser rechazado o a perder a alguien. De hecho, los silencios tan prolongados que tiene cuando se le cuestiona algo son una tortura interminable, representan su aislamiento y ese miedo a no ser aceptado tal como es. La paradoja es que en los intentos por superar el miedo al rechazo, se aisla.

Una persona que manipula puede necesitar ayuda profesional para dejar de dudar de su autoestima, para quitarse de encima la necesidad de salirse siempre con la suya y para aceptar que hay pérdidas en esta vida. La ayuda profesional es útil porque permite que la persona se reconcilie consigo misma y se reconozca como valiosa y segura, independientemente de lo que opinen otras gentes.


Todos manipulamos, en mayor o menor medida. Y a todos nos sirve revisar qué tan manipuladores somos. Si descubrimos que algunas de sus características nos quedan a la medida, tendremos la oportunidad de mejorar un poco nuestra propia persona. Es sano hacer esta tarea en uno mismo antes de buscar manipuladores allá afuera, entre todas los demás personas.


Para este escrito tomé los conceptos del ensayo “Guía para sobrevivir a los manipuladores cotidianos”, de Juan Carlos Vicente Casado, aunque no en su totalidad. Puede leerse el escrito original completo en esta ruta: http://www.geocities.com/jc_vicente/sobrevivir/index.htm, me parece un texto muy recomendable.

Hasta luego.

viernes, 13 de diciembre de 2013

5 cosas para este fin de año...

"Abre tus ojos, mira tu interior, ¿estás satisfecho con la vida que estás viviendo?"
Bob Marley


Viene el fin de año, las fiestas decembrinas, las grandes comilonas y los momentos de encuentro y disfrute con la gente que queremos. También llega la oportunidad de evaluar cómo va nuestra vida, pues al terminar un año cerramos otro ciclo y podemos ver si nos apegamos a los buenos propósitos con los que lo empezamos. 


El material original de este texto apareció como un resumen de las 5 quejas más frecuentes que tienen las personas en su lecho de muerte. Mi intención al adaptarlo a una evaluación de fin de año es la de hacer una revisión de nuestras actitudes y nuestro compromiso con nosotros mismos durante los meses más recientes, para corregir el rumbo en caso de ser necesario. De esta manera, habrá menos posibilidades de lamentarnos y quejarnos en el inevitable ocaso de nuestra vida. El texto original aparece en esta ruta: 

Aquí van esas 5 cosas que podemos revisar ahora mismo para saber si vamos bien en la ruta que nos hemos trazado para vivir:

1. ¿Tuviste el coraje de vivir fiel a tí mismo, y no como otros esperaban de tí?

Cuando miramos hacia nuestro pasado con claridad, es fácil ver cuántos sueños no hemos alcanzado. La gente que no se enfoca a cumplir la mitad de sus sueños tendrá miedo de morir sabiendo que fue debido a las elecciones que tomó, o que no tomó. Es muy importante tratar de honrar al menos algunos de tus sueños en el camino. Ya será demasiado tarde cuando pierdas la salud, cuando se vaya la persona a la que no te atreviste a hablarle o cuando te descubras pensando “hubiera hecho tal o cual cosa”. Ser fiel a lo que quieres conlleva una libertad de la que muy pocos se dan cuenta, hasta que ya no la tienen.

2. ¿Le dedicaste demasiado tiempo al trabajo?

Si sientes que te perdiste de muchas experiencias de tus hijos y de la compañía de tu pareja, sí. 

Al gastar tanto tu vida en una existencia de trabajo, pierdes de vista el para qué trabajas ¿no era para vivir mejor con la gente que quieres? Si olvidamos que éste es el objetivo, entonces parecerá que la meta principal del trabajo es el trabajo en sí, tu tiempo de calidad lo dedicarás a las horas que te pagan y a la gente que quieres le entregarás tu tiempo más deficiente. Al simplificar tu estilo de vida y tomar decisiones conscientes en el camino, es posible que no necesites todos los ingresos que crees. Y mediante la creación de más espacio en tu vida, puedes ser más feliz y más abierto a nuevas oportunidades, otras más compatibles a tu estilo de vida.

Es justamente la posibilidad de alcanzar un sueño, lo que hace que la vida sea interesante.
Paulo Coelho

3. ¿Tuviste el coraje de expresar tus sentimientos?

Muchas personas suprimen sus sentimientos para mantener la paz con los demás. Como resultado, se conforman con existir a medias y nunca llegan a ser lo que son realmente capaces de ser. Por si fuera poco, muchas enfermedades se desarrollan a consecuencia de la amargura y el resentimiento que se va formando y cargando en el interior de quienes no se atreven a mostrarse tal como son.

No podemos controlar las reacciones de los demás. Sin embargo, aunque las personas pudieran reaccionar con rechazo cuando empieces a hablar honestamente, al final se planteará la relación a un nivel nuevo y más saludable. Si permanecen las actitudes de rechazo hacia tu expresión más honesta, también tenes la opción de soltar las relaciones poco saludables de tu vida. De cualquier manera, tú ganas.

4. ¿Estuviste en contacto con tus amigos y familia?

A menudo no valoramos plenamente los beneficios de los parientes y los viejos amigos hasta después de mucho tiempo de ausencia. Muchos se atrapan tanto en sus propias vidas que dejan que las amistades de oro se desvanezcan, aunque se lamentan con frecuencia por no dar a las amistades el tiempo que se merecen. Para las personas con un estilo de vida ocupado, es común que los amigos y los familiares desaparezcan por el camino de la vida, dejando una sensación de vacío y soledad. 

Al evaluar el resultado de este ciclo llamado 2013 te darás cuenta que, por ejemplo, la gente quiere tener sus asuntos financieros en orden, y no es por el dinero o el estatus, sino porque quieren tener sus cosas en orden para el beneficio de aquellos a quienes aman. Al final todo se reduce al amor y las relaciones. Eso es todo lo que alimenta nuestras vidas: el amor y las relaciones.

5. ¿Te permitiste ser más feliz?

Muchos no se han dado cuenta que la felicidad es una elección. Se quedan atrapados en patrones y hábitos antiguos, en la zona de “confort” de la familiaridad. El miedo al cambio los hace vivir fingiendo ante los demás y para sí mismos, cuando en realidad anhelan reír de verdad y tener esa estupidez en su vida de nuevo. Lo que los demás piensan de ti es problema de ellos, tu responsabilidad real es trabajar en tu propia evolución para ser la mejor persona que tú quieres ser, y eso, a la larga, beneficiará también a tu círculo social.


La vida es una elección. Es tu vida. Elige concientemente, elige sabiamente, elige honestamente. Elige felicidad.

¿Qué tal te fue en el 2013?

Hasta luego.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Volver a empezar

"Ten en cuenta que el gran amor y los grandes logros requieren de grandes riesgos".
Dalai Lama



Cuando una pareja busca ayuda quiere resolver de inmediato todos sus problemas para que su relación funcione de lo mejor. Que el marido sea como ella lo quiere, así como era de novio. O que la mujer sea como él quiere, tal vez no como era de novia, pero sí como él quiere. Lamentablemente esto no es posible, y si una de las dos partes insiste en que la otra debe ser "como yo quiero" o más directamente "como yo digo", la relación no va a funcionar. Es más: ya no funciona. 

Si ambas partes están de acuerdo en esforzarse por cambiar el estilo, la dinámica de su relación, hay más esperanzas de que la pareja siga avanzando junta por la vida. Para bien o para mal, no hay garantías de que la relación se salve simplemente yendo a terapia, se requiere algo más que hacer acto de presencia ante un asesor o terapeuta. Se requiere voluntad para romper el molde de la relación y hacer uno nuevo, rescatando lo que hace crecer a ambas partes y no solo a una. 


Cuando una pareja se pelea, discute, chantajea, humilla, ignora o realiza cualquier otra forma de comunicación no asertiva (o sea, con ganas de fregar) y esta forma de comunicarse se vuelve cotidiana, es como si esa pareja ya estuviera separada, porque está lejos de la meta que se propuso al emprender un proyecto de vida en compañía de la persona que ama.  La pareja que hace eso se está traicionando: uno de sus miembros, si no es que los dos, están actuando en contra de sus propias creencias y valores.

Si en la relación no hay respeto, se da esa traición al compromiso. Después viene la decepción ¡Claro! Si únicamente mostramos la peor de nuestras facetas, nos olvidaremos de que tenemos otras mejores, más agradables. Después viene la etapa de reclamos, las quejas y la sensación de estar soportando a la otra persona... y a uno mismo. En ese momento es muy fácil justificar la ruptura con el menor pretexto, o hacer como que seguimos pero deseando no estar ahí.



Las vidas falsas, como pantallas para que los hijos u otras personas crean que están viviendo con una pareja feliz, son uno de los peores intentos por rescatar la relación: En una pareja se ama o no se ama; no se puede hacer "como que se ama." Además, ni los hijos ni las demás personas son tontos y rápidamente se dan cuenta de que algo anda mal en la relación. Tal vez le sigan la corriente a esa pareja que se dedica tan bien a la actuación, pues a los hijos también les da miedo perder a los papás, y a otras personas tampoco les interesará mucho interferir en la obra que representan esas dos personas que juegan a la casita, pero todo eso sigue siendo una pantalla. 

Vivir así se vuelve peligrosamente "normal": La gente puede pasar mucho años de su existencia haciendo "como que vive". Y entre esa gente puede haber niños que crecen pensando que vivir así es lo correcto.


"Amarse a uno mismo es el principio de una historia de amor eterna"
Oscar Wilde

Aunque no hay garantías, una pareja dañada puede recuperarse si vuelve a encontrarse con su parte más honesta, si ambos se comprometen de nuevo (como si volvieran a casarse) y deciden creer en que pueden ser mejores personas. Curiosamente, cuando la pareja se recupera, primero cada uno de sus miembros se reconcilia consigo mismo.



Cuando una pareja vuelve a emprender un proyecto de vida conjunto, no regresa al mismo lugar ni a la misma situación de antes. Al reconciliarse cada uno con su propia persona, crean las condiciones para hacer de su hogar un mejor lugar, con una dinámica más creativa, respetuosa y amorosa.

Hacer crecer a la pareja es el trabajo de dos personas que están cambiando mientras conviven entre ellas, con su familia, trabajo, amigos y demás. No es forzoso que las dos personas crezcan o cambien al mismo tiempo y de la misma manera como si fueran siameses, tampoco se trata de que siempre piensen igual ni que estén de acuerdo en todo, pero sí es necesario que las dos estén dispuestas a aceptar la evolución en sí mismas y en la persona que se convirtió en su compañía durante esta vida. 




Si no aceptamos esta condición, aparece de nuevo el reto de querer que mis deseos estén por encima de la realidad: Que mi pareja sea como yo quiero, o que yo tenga que ser como mi pareja quiere.

¿Y si las dos personas se reencuentran consigo mismas y al mismo tiempo se dan cuenta que ya no quieren o no pueden seguir en esa relación? 

Esta es otra posibilidad (recordemos que no hay garantías), si ambas personas llegaron al punto de reconocer sus sentimientos y sus responsabilidades dentro de la pareja, y son capaces de hablar de ello sin lastimarse ni tratar de culpar o chantajear al otro, también serán capaces de cerrar bien su relación. Terminar bien es posible cuando se hace con amor y respeto a uno mismo y a la otra persona, y en ocasiones es la mejor opción.


"No existe amor en paz. Siempre viene acompañado de agonías, éxtasis, alegrías intensas y tristezas profundas."
Paulo Coelho

Por último, tengamos presente que cada pareja es distinta, es única, y lo mejor es que cada una atienda a su situación específica, sin querer imitar lo que le funcionó a los Vargas, a los Gómez o a los Méndez.

Hasta luego.

sábado, 30 de noviembre de 2013

El límite: Lastimar

"Lo más difícil del mundo es conocerse a sí mismo, y lo más fácil es hablar mal de los demás".
Tales de Mileto


En las relaciones humanas, sea con otros o con uno mismo, yo tenía presente una regla de oro que siempre traté de respetar, y dice "Que nadie salga lastimado".Aún así, me di cuenta que en muchas ocasiones las cosas se nos van de las manos y llega un momento en que debemos enfrentar el hecho de que alguien está sufriendo en la relación. Puedo ser yo, mi pareja, ambos... Alguien. Si hay hijos también pueden ser ellos y entonces empezarán a llegar las notas de la psicóloga de la escuela, o de la maestra o la directora.


En los hechos, la regla de oro "Que nadie salga lastimado" difícilmente se podrá cumplir: Tratar de vivir complaciendo a otra persona para que no haya conflictos no funciona, tarde o temprano cada uno sigue los impulsos de su propia naturaleza y no debe traicionarse a si mismo, a su propio corazón. Tampoco sirve querer controlar todo, cada uno tiene y usa su libre albedrío. Otra opción es desatenderse y dejar que la otra persona se haga cargo, esto también es una "solución" pasajera, pero después de mantener esta actitud por un buen tiempo, la relación se desgasta y se va diluyendo...


¿Y entonces qué puede resultar? La experiencia me dice que solamente la honestidad y el amor. Honestidad para identificar que estoy lastimando a la persona o las personas que quiero y amor para comprometerme a hacer cambios de fondo, a exponerme ante esa o esas personas que me importan y ante mí mismo, porque no hay nada peor que descubrir que no soy fiel a mis creencias y valores. Tal vez lo que descubra es que al que están lastimando es a mi, y entonces habrá que recurrir a los mismos ingredientes: Honestidad y amor.

Si logramos dar este paso, el siguiente será decisivo para que la relación cambie de nivel: Si veo honestamente la relación y me comprometo con amor, puedo quitar el orgullo para poner humildad en su lugar. Parece sencillo, pero en la práctica, por no atreverse a dar este paso, muchas parejas que pudieran funcionar prefieren aferrarse a su orgullo y terminar con todo. Después se darán cuenta que no pusieron su amor al servicio de la relación, sino al de su propio ego y de esa manera nunca se podrá dejar de lastimar a otros o a uno mismo.


Actualmente hay 2 reglas de oro que me guían en mis relaciones y que comparto en el consultorio:

1 - Lo que ocurre en pareja es cosa de dos. Uno solo no puede ni debe hacerse cargo de la relación, uno solo no es culpable de todo lo que ocurra, por eso en las relaciones de pareja participan 2 personas. Tampoco es sano que intervengan otras personas en lo que debe ser la vida íntima de la pareja, cuando esto ocurre, el rumor y la discordia pueden corroer y destruir la relación.

2 - No lastimar a la gente que quiero, y tampoco permitir que yo salga lastimado. Éste es el límite que marca la señal de alarma en las relaciones humanas. Esta cuestión está contemplada también en el ámbito legal.


Y ya comentamos unas líneas más arriba lo que se puede hacer cuando rebasamos este límite. Si no es posible rescatar la relación solos, también es válido pedir ayuda profesional y eso es parte de quitar el orgullo y buscar la humildad con la persona que quiero, y si esa persona está de acuerdo, rescataremos nuestra dignidad y valía personal volviendo a la regla 1.

Hasta luego. 

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Recomendación: Mundo&hijos

"La empatía es la capacidad de ponernos en los zapatos de los demás, enseñémosla a nuestros peques..."
Margarita Guerra


Hace pocos días nació en facebook la página "Mundo&hijos", destinada a proporcionar orientación, recomendaciones, tips, anécdotas, técnicas y ayuda a los padres de familia.


La realiza mi querida y admirada amiga Maguis (Margarita Guerra Paredes), psicóloga y máster en terapia gestalt especializada en terapia familiar e infantil desde hace muchos, muchos años, con amplia experiencia en hacerle más fácil a los papás la aventura de ser una guía firme y amorosa durante el desarrollo de sus hijos.

Aquí está la invitación y la puerta de entrada:


Entren al mundo de los hijos, conozcan la página, pregunten, comenten, aprovechen la oportunidad de aclarar muchas de esas dudas que inevitablemente surgen ante algunas conductas de los pequeños de la casa... al final, si les parece, le dan "me gusta".


Y a Maguis, mi amiga: Me da mucho gusto saber que tu Mundo&hijos llegará a mucha gente y tu sensibilidad, experiencia y conocimientos ayudarán a que cada vez más niños puedan crecer en toda la extensión de la palabra, y no solo en estatura, ¡muchas felicidades!

Hasta luego.

martes, 26 de noviembre de 2013

Relajarse

"Si no podemos encontrar la tranquilidad dentro de nosotros mismos, es inútil buscarla en otra parte".
Francoise de la Rochefoucauld


Estar en el presente.

Confiar en la vida.

Sentirse en gratitud y bendecido por la vida.

Estar en paz con uno mismo.

Sentirse cerca de los demás.

(Imagen tomada de la página "Guerreros espirituales", desde el Facebook.)

Respirar profundamente.

Vivir este momento, y este otro, y éste también...

Estar en el presente, nada más.

"La tensión es lo que piensas que deberías ser. La relajación es lo que eres".
Proverbio chino

Hasta luego.

domingo, 24 de noviembre de 2013

El tiempo y el rumbo de la vida

"El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad."
Víctor Hugo


La manera en que usamos nuestro tiempo determina en gran medida nuestra actitud ante la vida, hay quien vive de prisa, quien abusa de la paciencia y quien se adapta a distintos ritmos para actuar. Sea cual sea nuestra forma de vivir el tiempo, lo cierto es que solamente lo podemos usar en un sentido, de ida, porque no hay reversa en esta vida.

Me he encontrado personas que confunden el "vivir de prisa" con vivir ocupados, y ciertamente viven de una manera tan apresurada que no alcanzan a apreciar algunas de las cosas simples de la vida, como sentarse a platicar un momento con los seres queridos de la familia o las amistades... cuando los hay, a veces es tanta la prisa que no hay tiempo para detenerse a hacer amigos: "estoy muy ocupado/a".

En el extremo opuesto, hay quien se mueve a un ritmo tan lento que mientras define lo que quiere y comienza a planearlo, los demás ya "le comieron el mandado" y le cuesta trabajo entender por qué la demás gente hace tantas cosas "sin pensarlas". También se da el caso que entre estas personas de ritmo lento falte la cercanía con la gente, pues el moverse lentamente por la vida se asocia, algunas veces, con el ensimismamiento, el quedarse encerrado en las propias ideas.

La tercera postura consiste en ser flexibles y variar entre ritmos rápidos y lentos, según lo requiera la situación o el contexto en que nos estemos moviendo. Esta postura es más funcional, solamente necesitamos darnos la oportunidad de revisar nuestro ritmo de vez en cuando, solo para verificar que no nos perdimos en algún ritmo de vida ajeno, cosa que puede ocurrir cuando convivimos frecuentemente con un mismo tipo de personas... O cuando nos dejamos llevar por el ritmo de nuestras obligaciones, dejando de lado otras necesidades vitales, como el afecto, la compañía, lo espiritual o el estar bien con uno mismo.

En este video se ilustra de una manera simpática, aunque un poco exagerada, esta forma de perderse en un ritmo ajeno. En la historia, la pérdida de nuestro propio ritmo se ilustra con el hecho de que la única motivación para moverse y aguantar ritmos inhumanos, es el dinero:


En palabras más sencillas o mundanas, perder nuestro propio ritmo en la vida equivale a perder el rumbo o el sentido de nuestra existencia, y cuando eso ocurre nos movemos por pura inercia, hacia donde vayan las masas, hacia allá iremos, al ritmo y compás que nos indiquen. 

Hay mucha gente que se mueve así por el mundo: no le interesa llegar a ningún lado, por eso les parece bien moverse hacia cualquier lugar que les digan... ¿Quién va a guiar estas vidas? Los medios de comunicación, las redes sociales, el "qué dirán" los vecinos y conocidos, el mejor postor (que igual puede ser un político repartiendo vales de Soriana o de Monex, que un narco o secuestrador reclutando gente para sus tropas)... En fin, en cualquier caso, terminaremos sirviendo a otros fines y con la sensación de llevar una vida hueca, vacía, sin movimiento propio. Cuando no sabemos cuál es nuestro rumbo, seguiremos el de cualquier otro.

Tal vez nos hayamos llegado a sentir así. Tal vez no, y para no llegar a este estado, o ayudarnos a salir de él, existen técnicas sencillas como la que comparto enseguida:

"Teniendo un para qué, es posible soportar cualquier cómo"
Federico Nietzsche

Imaginemos que es el día de hoy, pero agregándole 2 años más a la fecha real; es decir, ya pasaron 2 años desde hoy. En una hoja cualquiera, escribimos la fecha en la parte superior y comenzamos a describir cómo es nuestra vida: Tal vez nos veamos ya con casa propia, o con un trabajo estable, o terminando la carera; quizá en nuestra visión ya tengamos de pareja a esa persona que parece tan distante, o ya tengamos un buen auto, o tengamos un salario digno, o estemos participando en un proyecto importante... Son infinitas las posibilidades, pues cada persona tendrá su propia visión de lo que espera de la vida dentro de 2 años, lo importante aquí es escribir con la mayor claridad y en tiempo presente cómo me veo dentro de 2 años (en tiempo presente significa decir "ahora, hoy" dando por hecho que lo que describo ya está hecho).La descripción debe ser lo más clara posible, para que la visión sea más realista. Conviene describir distintas áreas de la vida y no quedarnos como dice el niñito del video, pensando nada más en el dinero: describamos nuestro estado de salud, nuestras relaciones, el lugar donde nos desenvolvemos, con quien estamos, cómo vivimos, y todo lo que se nos ocurra. 

No te limites para soñar, ni te preocupes si todo ese sueño se hará realidad. Lo importante de verdad es tener claro qué es lo que quieres y plasmarlo en presente con todo detalle. Cuando tengas tu escrito revísalo y si tiene palabras como "pero", "a lo mejor" o "como que", cámbialas por otras que sean más afirmativas. Se trata de no dar cabida a la duda en tu propósito.

Y cuando por fin tengas clara la visión de tu vida a 2 años y la hayas descrito como te gusta, coloca esa hoja en un lugar especial y tómala como tu punto de referencia. E realidad no importa si te mueves a un ritmo lento, veloz o combinado, realmente lo importante es que vas a saber a dónde ir, y si tienes presente eso, entonces será más fácil tomar algunas decisiones cuando la vida te dé la oportunidad: Ya sabes a dónde quieres llegar.

Hay algunas personas que complementan este ejercicio llamando a tu meta "el tesoro", enseguida se puede dibujar en una hoja o una cartulina un mapa que inicia hoy mismo y termina el mismo día, pero 2 años después; en ese mapa se dibujan todos los posibles obstáculos y ventajas, de manera que estaremos atentos a observar las señales que la vida nos va poniendo.

Avancemos todo el tiempo que podamos, es la oportunidad que nos da la vida. Aclaremos el rumbo, el destino al que queremos llegar, y al mismo tiempo encontraremos nuestro propio ritmo.

Hasta luego.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Respirar

"El aire es tu alimento y tu medicamento"
Aristóteles



La piel permite el contacto entre humanos, disfrutar la cercanía de los que queremos o sufrir los golpes de los que no nos aprecian: todo tipo de contacto, pero la piel no une a las personas, solamente nos deja saborear las diferencias que hay entre los cuerpos. Lo que une a los humanos y a todos los seres vivos está flotando en el aire, es el oxígeno que inhalamos y exhalamos, que circula por todo el planeta sin distinguir si está en un país del primero, segundo, tercer o cuarto mundo. El aliento vital se regala y se comparte con todos los seres vivos.

La mejor manera de respirar es aspirando aire lenta y profundamente, sin prisa, y después exhalarlo también con calma. Esta forma de respirar permite que el oxígeno penetre y circule libremente por nuestro organismo, y también hace posible que salga todo el dióxido de carbono, limpiando así nuestro organismo. Respirando de esta manera conseguimos un estado de relajamiento corporal, tan necesario para liberar al organismo del estrés y la tensión, pues cuando la tensión se queda en el organismo terminaremos inevitablemente enfermos o con algún mal funcionamiento en alguno de nuestros órganos.

Como mencioné alguna vez en este blog, respirar bien es una actividad básica que a veces se nos olvida y hasta dejamos de hacerla por momentos, aún cuando es necesario para vivir. 

"Hay una circulación común, una respiración común. Todas las cosas están relacionadas"
Hipócrates

Respirar mal traerá consecuencias, por eso es importante identificar cuando estamos respirando de manera incorrecta. Aquí algunos tips:

Respiración entrecortada: Al respirar rápidamente y sin mucha profundidad, como cuando estamos agitados o enojados, podemos llegar a provocarnos una crisis de ansiedad por falta de oxigenación. Estas crisis se caracterizan por una sensación de angustia y miedo, y por la dificultad para jalar aire a los pulmones. Estos síntomas crean un círculo vicioso que se puede repetir constantemente: Miedo - respiración corta - agitación - miedo - respiración corta - agitación - miedo... 

Para romper este círculo y comenzar a disipar la crisis de ansiedad, se recomienda hacer una larga aspiración, como si fuera un largo suspiro, y repetirla hasta conseguir que el ritmo de la respiración sea lento y profundo. Mientras se hace este cambio de estilo en la respiración, conviene platicar o recordar cosas agradables. Muchas veces mantenemos la respiración entrecortada hasta un nivel controlable, de manera que "medio respiramos" sin llegar a tener ataques de ansiedad, pero nuestro organismo sí resiente, pues no le llega el oxígeno en cantidades suficientes.

Respirar con la boca: Jalar aire por la boca con fuerza y llevarlo a gran profundidad no produce el efecto de relajación sino el opuesto: el organismo se excita y se acelera, produciendo incluso cansancio. Los deportistas recomiendan respirar únicamente por la nariz siguiendo el ritmo de los ejercicios, para evitar el cansancio o un mayor desgaste físico. 

Existen ejercicios específicos en los que se requiere respirar solamente por la boca, como el de "palingenesis" cuyo objetivo es despertar la memoria de las células corporales (todo lo que hemos vivido está grabado en la memoria de nuestro cuerpo, y no únicamente en nuestro cerebro) para volver a vivir el momento de nuestro nacimiento. Estops ejercicios se realizan con supervisión.

Falta de aire: La conocida como EPOC ( Enfermedad pulmonar obstructiva crónica), puede manifestarse como bronquitis crónica o como enfisema pulmonar, que con el tiempo irá dañando de manera irreversible los pulmones; por lo general se presentan ambas formas en las personas que sufren EPOC, su principal causa es el tabaquismo, por lo que únicamente me queda recomendar que no fumen, aunque respeto la decisión de cada quien acerca de cómo quiere tratar a sus pulmones. 

Si tienes dificultad para jalar aire, flemas, tos o "carraspera" con comezón en la garganta y la sensación de que los pulmones no se "estiran" lo suficiente como para que entre más aire, es recomendable hacerse un chequeo médico.

El objeto de la respiración es evidentemente introducir en la sangre el oxígeno necesario para la vivificación de los órganos, librar a aquel líquido del ácido carbónico que se produce en los vasos capilares.
Johannes Peter Müller



Una buena opción para ayudar a nuestro cuerpo a respirar correctamente son los ejercicios de yoga (dentro del yoga existe una disciplina llamada pranayama, o el arte de respirar), otra es la disciplina del tai chi, conviene buscar un grupo y participar, si quieres respirar mejor.

Respirar bien, caminar, moverse al ritmo de la respiración, es una buena manera de prevenir enfermedades cardíacas y de vías respiratorias, reduce la tensión muscular, reduce el estrés, controla el insomnio, la ansiedad, el enojo, la impaciencia y controla los problemas del EPOC. ¿Más razones para respirar bien? Produce paz, permite pensar con más tranquilidad, ayuda a controlar los síntomas de la neurosis, si nos acostumbramos a respirar de manera adecuada cambia nuestra manera de ver el mundo y podemos tomar decisiones con más calma. ¿Más razones todavía? Las vamos a encontrar respirando, jalando el aire de la vida, del mundo. 

Así como en los bebés se declara que están vivos cuando hacen su primera respiración, inhalando oxígeno, así también a cualquier edad podemos volver a la vida (a una mejor calidad de vida) respirando bien.

Hasta luego.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Ser fiel a sí mismo y la crítica de todo

"Ser leal a sí mismo es el único modo de llegar a ser leal a los demás"
Vicente Aleixandre



Cada uno de nosotros tiene una misión en esta vida. Si mientras crecíamos fuimos nutriendo y llenando nuestro interior con experiencias creativas y enriquecedoras, hay más posibilidades de que enfoquemos nuestra misión a transmitir eso a los demás. Por el contrario, si supimos asimilar más las partes destructoras y desmotivadoras, no tendremos otra cosa para compartir que eso mismo: Quien puede amar, ama y quien no puede, odia; quien puede crear lo hace y quien no, destruye. Nadie da lo que no tiene y en esto no hay términos medios.

La meta para terminar satisfechos de la vida es ser fieles a uno mismo. Cuando tratamos de hacer feliz a otra persona, o de actuar como otros dicen que es correcto, o criticamos y culpamos a los demás, o nos autocriticamos duramente... Nos estamos traicionando.


Hay una forma de medir si nos estamos traicionando o no, y lo mejor es que es un método privado que uno puede hacer a solas y sin que nadie más se entere: Se trata de revisar cuáles de mis acciones me dejan con una sensación desagradable, como si hubiera hecho un mal trato: Si creo que abusaron de mi, estaré criticando a la otra persona durante mucho tiempo o tal vez explote y le diga hasta insultos nuevos y recién inventados para sentir que ya estamos parejos, si creo que abusaron de mí también me sentiré con derecho a demostrar que se las verán conmigo cuando eso vuelva a ocurrir. Ojo: No importa que no me hayan ofendido en realidad, con que yo lo crea es suficiente para reaccionar.

Así funciona nuestra misión en la vida, no somos más que lo que creemos ser y eso determina nuestro sentimiento de ir por el camino correcto en esta vida... o no ir.

Las personas que no son fieles a sí mismas, a lo que creen, con frecuencia se convierten en criticones constantes e incansables. Critican por igual a los demás que a sí mismos, alejan a la gente que los aprecia debido a esta característica y no se dan cuenta que es su misma actitud de crítica destructiva, de negación y rechazo, la que los va aislando del resto de la gente. Y lo más grave es que esta crítica también se vuelve contra ellos mismos y por lo mismo se niega a sí mismos la posibilidad de encontrar su propio valor y autoestima. A las personas que creen que no son fieles a sí mismas les cuesta mucho trabajo quererse, y una persona que no se atreve a quererse, tendrá fuertes dificultades para querer a otros, porque antes de amar es necesario creer en el amor.

¿Cómo se puede ayudar a una persona que critica a los demás y también se critica demasiado? ¿Le decimos que debe cambiar? Eso demuestra una buena intención pero rara vez funciona, por lo general, la gente que critica ya se ha dicho eso muchas veces y es casi seguro que todas esa veces ha terminado por regañarse y criticarse nuevamente, creando un círculo vicioso: ¡Tengo que cambiar y no lo he hecho! ¡Tengo que hacerlo!


Atrás de una crítica permanente hay un afán de perfeccionismo, un deseo de hacerlo todo bien para sentir que realmente somos aceptados. Si persiste la creencia de que las cosas no están bien hechas, entonces no merezco ser reconocido o reconocida. Si alguna otra persona no hace las cosas bien (según nuestra creencia) entonces se le debe hacer ver que no está haciendo bien las cosas para que sepa que uno (o sea yo) sí sabe hacerlas bien. Entonces también está la creencia de que seremos aceptados porque estamos ayudando a otros a corregirse (según nosotros: en realidad lo que se está buscando es que los demás piensen igual que uno).

"Sean fríos o calientes, tibios jamás"
Jesucristo

Tanto afán de perfeccionismo y tanta crítica a todo y a todos es dolorosa. Duele estar consciente de que haga lo que haga nunca estaré satisfecho con mi persona, y hagan lo que hagan los demás, siempre serán criticados. Ese sentir que nos estamos traicionando porque no somos como quisiéramos en la vida, es en realidad el reflejo de una profunda herida emocional, profunda porque se hizo en los primeros años de vida, como mencionaba al principio de este escrito.

Y entonces vuelve la pregunta: ¿Cómo ayudarle a la gente que se critica y critica tanto a los demás?

El niño o la niña que sufrió esa herida ha crecido sin tener la seguridad de que puede ser feliz tal y como es. Sigue creyendo que siempre debe ser perfecto o perfecta de acuerdo a los estándares que le inculcaron en su niñez, y aunque llegue a su edad adulta y alcance la vejez irá acompañado de esa sensación, pues la perfección es inalcanzable.


Si su herida les impide aceptarse tal como son, porque eso significa traicionarse (creen que su misión en la vida es llegar a la perfección), entonces la única manera de ayudarles es aceptarlos, demostrarles que son aceptados tal como son, con errores y virtudes como somos todos los humanos. La autocrítica, esa herida dolorosa formada durante las críticas que nuestra gente valiosa nos hizo en la infancia, seguirá viva mientras no hagamos caso a nuestra autoestima.

Solo el amor puede curar las heridas de la crítica y la autocrítica, solo el amor nos puede ayudar a aceptarnos y aceptar el mundo tal como es, y solamente con amor dejaremos de exigirnos y de exigirle a los demás que sean como nosotros queremos que sean. Ofrezcamos a los demás un poco de aceptación en nuestro trato. El solo hecho de sentirse aceptados le ofrecerá un sabor distinto al deteriorado gusto del eterno criticón, y eso es un buen paso para que llegue a aceptarse sin ningún pero.

Podemos ser fieles a nuestra misión cuando nos aceptamos tal como somos, y entonces descubrimos que lo que nos tenía frustrados era, precisamente, la necesidad de darle gusto a esa voz y esas frases que tantas veces escuchó el niño o la niña que alguna vez fuimos.

Hasta luego.