jueves, 15 de noviembre de 2012

Sexualidad y género

Tal vez la diferencia que hay entre la sexualidad y el género es muy obvia, pero estaba repasando algunos materiales sobre sexualidad humana y me gustó la idea de compartir aquí la base de esta diferencia: 

El género se refiere exclusivamente a aspectos físicos que permiten asignar a un objeto el artículo "el" o "la", en el caso de los seres vivos, se trata de las características biológicas que determinan los rasgos genitales masculinos y femeninos, los que permiten distinguir a un macho de una hembra y, en términos más humanos, a un hombre de una mujer, con todos los estereotipos que se puedan derivar.


La sexualidad no se reduce a los genitales (aunque mucha gente piensa que sí), como ya se ha dicho en otras ocasiones dentro de este blog, forma parte de la personalidad total de cada individuo y se manifiesta en cada una de nuestras expresiones, desde la comunicación verbal y corporal, hasta nuestros gustos y preferencias personales. En consecuencia, expresar la sexualidad permite utilizar una gama más amplia de recursos corporales, emocionales, verbales o de los que se le ocurran a cada quien.


Es por ello que cuando hablamos de una relación sexual, no hablamos solamente del momento del coito o del contacto genital, sino de formas más completas y complejas de contacto, ya sea con uno mismo o con más gente. Y es por ello también que una vida sexual satisfactoria hace que las parejas se sientan más plenas en su relación

Hasta luego.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

El "síndrome" de Candy Candy

"No lloraré... no lloraré... ¡lo he prometido!"
Candy

Candy es algo así como una fábula sin moraleja. Como una historia sin final. Aunque no vi la serie en la tele, alcancé a ver los efectos de su influencia en algunas chicas de mi generación, y los he vuelto a encontrar casi con el mismo sabor en algunas personas, la mayoría mujeres, que acuden a mi consultorio y que me platican (respondiendo a mi pregunta) que llegaron a sentir admiración y ternura por esa niña rubia.


A mi modo de ver, Candy fue en muchos aspectos un mal modelo a seguir para muchas mujeres (tal vez también para varios hombres): Durante el desarrollo de la historia, el público se encariña de esa niña que sufre mucho y sin embargo no deja de esforzarse y de dar lo mejor de sí, pase lo que pase... Y de verdad le pasan muchas cosas desastrosas. Acostumbrados a los finales felices, los ojitos de los telespectadores siguen con ansiedad las peripecias de la niña esperando que la historia concluya con un golpe de suerte a su favor, pero esto nunca ocurre, la historia termina y Candy nunca ve llegar la suya, ni siquiera consigue casarse con el chico que parece ser su pareja ideal.

¿Qué clase de broma cruel le gastan los escritores maníacos de esta serie a Candy y a su público?

En lugar de crear una heroína con autoestima alta y capacidad para resolver sus propios problemas, terminan ofreciendo una chica sumisa y abnegada, dispuesta a sacrificarse para que los demás "sean felices" aunque a ella le vaya mal. 


Debo aclarar que Candy no es un mal modelo, de hecho tiene bastantes aspectos valiosos que vale la pena rescatar y que le sirven de mucho a cualquier chica que esté en busca de su propia valía: La parte propositiva de Candy se refleja en su tenacidad, su valor, su nobleza, su creatividad y su amistad sincera y leal. Con estas cualidades, cualquier chica podría alcanzar muchas metas si se lo propone.

El problema es que Candy se boicotea constantemente, desconozco si fue intencional o no, pero se convierte en una excelente muestra de lo que es una mujer con baja autoestima: 

Renuncia a sus metas más deseadas; se convence de merecer menos que las demás y lo demuestra con sus sacrificios constantes para ganar el afecto de la gente que quiere o admira; enseña con su ejemplo que esta vida es de sufrimiento y debemos resignarnos y aceptarla sin más; reprime sus sentimientos en lugar de reconocerlos y luchar por ellos, con estas actitudes de "mujer aguantadora" justifica la discriminación y fomenta el machismo, dejando un mensaje confuso en las mentes infantiles y curiosas de sus seguidoras, que enternecidas por el personaje toman como correcta su manera de reaccionar a los problemas que le va presentando este mundo.

En fin, este "síndrome" (nótese que uso el término con sarcasmo, no como definición académica) es el efecto que he encontrado en muchas personas resignadas a vivir "lo que les toca", que justifican sus propios sacrificios personales para que otra persona esté bien, sin darse cuenta de que están posponiendo su vida de manera indefinida. Y no solamente mujeres... Tomé como ejemplo a Candy por la fuerte aceptación que tuvo en su época, y a mayor aceptación, obviamente, también mayor influencia y creación de estereotipos.


Podríamos hacer un ejercicio parecido con muchos otros programas de televisión o películas del cine, de esas que se han vuelto "clásicas", y me parece que encontraríamos muchas características en común: ¿Acaso "Barbie" no ofrece el doble mensaje de que la mujer debe ser independiente y al mismo tiempo, de manera contradictoria, también debe agradar a los hombres? Y en el caso de los niños también abundan los dobles mensajes de este tipo, pues la mayoría de los superhéroes que supuestamente defienden la paz son al mismo tiempo los tipos más destructivos y violentos que hay, ¿cuál sería el mensaje? ¿Si tu intención es buena tienes derecho a matar y destruir a los que no piensen como tú? ¿La paz se consigue destruyendo en vez de creando?

Bueno, hasta aquí estas reflexiones, nada más dejo dos sugerencias para quien tenga el tiempo y las ganas de llevarlas a cabo:

Revisar las virtudes y los defectos de nuestros personajes favoritos, porque sin duda nos han influenciado más de lo que creemos a lo largo de nuestra vida, y también:

Poner atención a los patrones de conducta que tienen nuestros hijos, sobrinos o amiguitos, ¿y qué hacer si vemos que están adoptando como valores propios los de algún estereotipo insano

Si se da este caso, habrá que armarse de paciencia y platicar bastante con el niño o la niña, de manera que aún sin prohibirle ver determinado programa, pueda reconocer otras opciones de respuesta ante un problema: Hulk puede ponerse verde y destruir un edificio, Barbie puede coquetear y convencer con su belleza, pero en la vida real la violencia y la seducción son solamente dos respuestas entre toda una gama de actitudes. 

Es importante brindar otros modelos a los niños sin quitarles el que ya tienen, y tratar de que no se enfoquen en un solo tipo de "héroe" o "heroína", esto ayuda a tener una visión más amplia del mundo y de las formas de actuar en él. Cualquier persona en la que se pueda reconocer una habilidad o cualidad, es útil para este propósito: Deportistas, personajes de la historia, personajes de caricaturas y películas, familiares, maestros. A fin de cuentas, todos necesitamos modelos a seguir.

Los personajes ficticios que vemos en la tele llegan a formar una parte muy importante de nuestro sistema de creencias, y con el paso del tiempo influyen en nuestra toma de decisiones de una manera sutil, pero permanente. Es lo que yo llamo, en el caso que motivó este escrito, el "síndrome" de Candy Candy, y por suerte tiene solución, pues es posible actualizar nuestros modelos a seguir en cualquier momento de la vida. Y en el caso de Candy, es posible adoptar todos sus valores y actitudes que la hacen tan querible y valiosa, sin quedarse con la parte de sumisión y resignación que le impidieron crecer: ser una buena persona no implica tener que sacrificar las oportunidades que te permiten crecer como persona y mejorar.

Hasta luego.

martes, 13 de noviembre de 2012

Desde la intimidad

"Hay una soledad que no se quita ni contigo"
Roberto González

La intimidad es ese espacio propio al que tiene derecho cada persona para refugiarse y sentirse cómodo con uno mismo; también es el espacio reservado para poder mostrarse tal como uno es con las personas de mayor confianza, ahí donde hay más afecto; es un derecho que todos debemos aplicar para vivir y compartir nuestras vivencias personales (en lo individual o entre dos o más personas) sabiendo que no hay ningún riesgo por hacerlo. En la intimidad, "atrás de la puerta", cada quien escoge con quien y cómo convive.

La intimidad no es un sinónimo de soledad. Uno no busca el espacio íntimo únicamente para estar solo, también es útil para reencontrarse, redescubrirse, entenderse y salirse de los roles sociales que desempeñamos forzosamente en los distintos hábitats donde nos relacionamos con los demás.

Estrechamente ligado con la privacidad, el derecho a la intimidad personal implica reconocer que todos los demás también deben gozar de ese mismo derecho, de esa manera nos regulamos para no invadir los espacios íntimos de los demás. Actuar como si no hubiera nadie más alrededor no es intimidad ni es símbolo de confianza, solamente es cinismo.



En la intimidad es posible sentirse dueño de la propia personalidad, ya sea a solas o en compañía de aquellas gentes con las que disfrutamos el contacto íntimo, podemos responder a preguntas como:

¿De quién son los pensamientos que hay en tu cerebro?
¿Quién es el dueño de tus emociones?
¿Quién decide lo que debes de sentir y lo que no?
¿Quién te puede ordenar aceptar unas ideas y rechazar otras?


Evidentemente, cada uno es dueño de sus pensamientos y emociones, y es libre de decidir lo que hará con ellos. Si en la esfera de la privacidad somos capaces de manifestar o simplemente saber que vivimos de manera coherente lo que pensamos y decimos, las experiencias íntimas enriquecerán las demás áreas de nuestra vida; pero si en la esfera de la intimidad sentimos que nuestros pensamientos, sentimientos y emociones son invadidos por alguien que se siente con una autoridad mayor a la nuestra, estaremos enfrentando un problema de límites en la relación: Quien es invadido en su intimidad no ha sabido detener el avance intrusivo de otra persona que, por la razón que sea, sale de su propia intimidad para quererse adueñar de otra. 

Generalmente esta intrusión viene envuelta con alguna "buena intención", pero en los hechos resulta perjudicial y puede llegar a lastimar seriamente la autoestima del "invadido" en su esfera íntima, que llegaría a dudar de su capacidad para dirigir su propia vida, ¡al fin de cuentas hay otra persona que conoce mejor que él mismo lo que piensa y lo que siente!



Mención aparte merecen aquellos que, arrastrados por la moda de las redes sociales y la tecnología de telecomunicaciones al alcance de todos, deciden dar a conocer su vida a detalle y sin recelos, pero éste es un tema aparte, que implica nuevas dificultades para defender el derecho a la intimidad y, sobre todo, para recordar que cada uno es dueño de sus propias decisiones, de sus ideas y de sus sentimientos, eso es lo que nos da singularidad como individuos. 

Las redes sociales no implican solamente el riesgo de reducir la esfera íntima en sus usuarios, también pueden representar riesgos serios a la integridad de una persona y a su dignidad. La comunicación virtual no puede reemplazar a la comunicación tradicional, sobre todo cuando perdemos de vista que atrás de la computadora donde escribimos mensajes y ocurrencias hay más gente de la que podemos recordar en este momento.

Tratemos pues de ejercer nuestro derecho a ser dueños de nuestra intimidad, para disfrutarla y utilizarla a nuestro favor y el de la gente con la que nos compartimos voluntariamente.

"Desprecia la literatura en la que los autores delatan todas sus intimidades y las de sus amigos. La persona que pierde su intimidad, lo pierde todo."
Milán Kundera

lunes, 5 de noviembre de 2012

Convivencia íntima: Premios y castigos

"Cuando terminan las mariposas en el estómago,
comienzan los aleteos en el corazón"
hemebe


Hoy se transmite mi séptima intervención en el programa "Prende tu día" de Telecable Aguascalientes, el tema es "Sexo: Premio y castigo" y durante la breve charla en la que me permiten participar hablo de cómo es posible hacer este manejo del acto sexual dentro de la vida de pareja, pasando de un intercambio afectivo a algo muy parecido a un intercambio casi comercial.

En algún momento Manuel, el conductor del programa, me cuestionó acerca de los alcances que puede tener la sexualidad y aunque en el momento respondi asegurando que la vida sexual afecta a todas las demás áreas de la pareja, me quedé con esta idea dando vueltas en mi cabeza. Al pensar en escribir este texto me llegaron otras ideas que me hicieron llevar estas reflexiones más allá de la pura sexualidad (que de por sí es importante) y es por eso que ahora escribo estas líneas desde otra perspectiva:

Todo lo que digo en el programa acerca de la sexualidad, aplica perfectamente para todas las áreas de la vida en pareja, así que aquí reproduzco los puntos centrales de este tema tal como los ordené para presentarlos en la tele, pero tratando de ampliar sus alcances:

La sexualidad es la expresión natural de nuestros afectos.
Si el acto sexual es un intercambio íntimo entre 2 o más personas, y si lo mismo aplica para los actos de comunicación, de confianza, de respeto y de cualquier otra señal de convivencia al interior de la pareja, entonces lo ideal sería:

o   Que éstos sean actos voluntarios en ambas partes.
o   Que provoquen sentimientos placenteros en los dos participantes.
o   Que hagan deseable la vida íntima, es decir, la convivencia cotidiana.
o   Que generen más valía personal y seguridad en cada miembro.
o   Que se den con respeto a los tiempos y decisiones de cada participante.
o   Que si en algún momento no se dan y se deben posponer para mejor ocasión, la relación pueda seguir igual.

Claro que estos actos de convivencia también se realizan sin cumplir uno o varios de estos requisitos, pero de esta manera “saben diferente”. En el caso del sexo, sabemos que hasta puede tratarse como un servicio comercial, con costo y sin compromiso de convivencia.

En general, cuando estos actos se dan en el ámbito de la pareja sin cumplir uno o más de estos requisitos, a cada una de las señales de convivencia íntima se le va dando un valor de intercambio condicionado, es decir, se va convirtiendo ese acto que era una expresión natural en un premio o un castigo, dependiendo de qué tan bueno haya sido el resultado que se está "evaluando" (desde el más frío conductismo y/o pragmatismo vienen estas costumbres, muy en boga en nuestros días).

¿Cómo afecta esto a la vida en pareja?

o   Si en la pareja se vuelven comunes los actos condicionados, esto implica que hay una persona que domina y otra que se somete. Es decir: se acabó la ilusión de igualdad en la vida íntima, para dar paso a la manipulación y el chantaje, directo o encubierto.
o   Este tipo de relación debilita la comunicación acerca de la vida íntima (no solo de la sexualidad) y esto, naturalmente, crea una barrera entre los miembros de la pareja.
o   Aunque el acto sexual o de comunicación o el que sea, resulte placentero, se van acumulando sentimientos contrarios y muchas veces nada placenteros.
o   Con el tiempo, disminuyen los niveles de respeto y confianza en la relación. Es frecuente que las personas comiencen a jugar a las adivinanzas cuando piensan en lo que su pareja quiere o siente, y como la comunicación ya está dañada, inventan sus propias respuestas en vez de preguntar, que sería la reacción más sana y más obvia (pero recordemos que un neurótico no puede ver lo obvio).
La sexualidad es una parte indispensable para la vida en pareja: Si funciona bien, habrá muchas más posibilidades de que las demás áreas también funcionen. Y lo mismo aplica para cualquier otra área de la vida en pareja, que al fin de cuentas es un sistema dinámico.

Hasta luego.

miércoles, 31 de octubre de 2012

Compañía virtual vs. compañía real

"Ningún niño debe tener televisión ni ordenador en su cuarto."
Dr. Santi

La comunicación masiva, tradicionalmente, se orienta a la manipulación y las mejores víctimas son los menores de edad, porque la mente de un niño es frágil y está siempre abierta y receptiva a todo lo que le llega, pero aún no tiene la madurez para discernir entre lo real y lo ficticio, ni entre lo sano y lo insano. Un niño solo, a merced de tantas niñeras electrónicas, termina por crear su criterio basado en un mundo irreal, pues ninguno de estos aparatos permite retroalimentar las ideas u ocurrencias que transmite, lo más cercano es Internet, pero en muchos casos la retroalimentación no es confiable y uno puede caer en la creencia errónea más común en los medios de comunicación: "Si lo vi en Internet, entonces es cierto" (aplíquese lo mismo a la tele y al radio).


Hace unos días vi en el blog del Dr Santi (pediatra curtido) una entrada dedicada a resaltar la necesidad de evitar que los niños tengan aparatos electrónicos e informáticos en su habitación, donde pueden encerrarse y pasar horas o días enteros conectados a sus programas, juegos o páginas favoritas.

Y resulta que yo también estoy de acuerdo con esta idea. Ya sea desde el punto de vista psicosocial o desde el punto de vista del Feng Shui, colocar una tele, un lector de dvd, un estéreo o una computadora en el cuarto del niño (entiéndase que estoy utilizando un término genérico que abarca a niños y niñas por igual) es una de las peores decisiones que pueden tomar los padres, si les interesa convivir realmente con sus hijos y que estos tengan la oportunidad de estar en contacto consigo mismos en lugar de aprender a escapar de la realidad desde tempranas edades.


Como niñeras, la tele y el dvd han demostrado tener muchas deficiencias, sobre todo porque son demasiado sobreprotectoras y le permiten al niño observar de todo, literalmente, sin que esto signifique educarlo en la libertad, más bien el niño rebasa ese límite y llega al libertinaje, donde puede recibir una contraeducación, dejando entrar información multivariada sin contar con  un criterio maduro que le permita discernir entre lo bueno y lo malo, lo socialmente correcto y lo fantasioso, lo discriminador y lo humorístico...

¿Y la computadora? Por sí sola, cargada de juegos y programas de cualquier tipo, puede ser de inicio una apasionante motivadora de aprendizajes en los niños, pero con el tiempo se reduce a equipo de tareas, juegos y entretenimiento solitario. Conectada a Internet, la cosa cambia y de nuevo se convierte en un motor que impulsa el conocimiento, en aras de dominar ese mundo de páginas y misterios que toman por sorpresa la mente infantil. 

Y luego están las redes sociales, ahí la computadora ya no parece niñera, sino alcahueta que deja entrar a la intimidad de los pequeños a todas sus amistades, a sus familiares y a un montón de desconocidos que se ven "buena onda" y se anotan como "amigos" suyos en el facebook o cualquier otra red donde se inscriba. Pero en realidad los niños siguen estando solos. Más solos, porque van aprendiendo a convivir de a mentiras, sin contacto humano real y sin pruebas de que todo eso que se dice en la red sea cierto.


Están los videojuegos, compañeros inseparables de mil batallas y retos, que nunca dicen que no a la hora de empezar una nueva historia épica. El juego es real. También ofrece oportunidades para aprender y desarrollar habilidades. Pero el niño sigue estando solo.

Puede poner música de fondo, ya sea de grabaciones que le gustan o de la que pasan en las estaciones de la radio, y hacer el "soundtrack de su vida" con canciones repetitivas y pegajosas aderezadas con una alta dosis de comerciales.


Quienes se crean más liberales y modernos encontrarán exagerada esta medida de evitar que el niño cuente con los aparatos de uso diario en su recámara, y hasta dirán que es sano que los tengan porque "tienen que prepararse para enfrentar al mundo". Tienen razón en una parte, pues la tecnología sigue avanzando a grandes zancadas y quien no la comprenda se verá muy limitado en sus oportunidades de desarrollo personal y laboral, pero debe haber un tiempo y un espacio en la vida del niño para dedicarse a la esfera tecnológica, y el resto del tiempo dedicarse a la vida real de este mundo físico, material y no virtual.

Y entonces ocurre que si la electrónica y la informática no pueden suplir a mamá y papá, entonces mamá y papá deben cubrir ese hueco, creando las oportunidades para que el niño (en genérico, nuevamente) aprenda y desarrolle otras habilidades básicas para la vida: Entenderse a sí mismo, expresar y manejar sus emociones, compartir obligaciones domésticas, compartir sus logros y fracasos, convivir en base a reglas de respeto y orden acordadas entre los miembros de la familia, y otras cosas así. 


En caso contrario, estamos ocultando toda la parte de inteligencia social y emocional que, de manera innata, viene con cada niño desde su llegada a este mundo, y un niño con estas habilidades deterioradas puede estarse enfilando hacia el aislamiento social, el mal manejo de sus relaciones sociales y finalmente, hacia una baja autoestima, por haberse volcado hacia su propio mundo interior y al universo digital, sin hacer escala en todas las posibilidades de relación que hay con nuestros semejantes... Imagínense que hasta podría acabar escribiendo en blogs en lugar de hablar y convivir con la gente más cercana.

Al Dr. Santi, en el texto que motivó esta especie de reflexión, le preocupa la nueva generación de dispositivos de entretenimiento, como los nuevos celulares que incluyen juegos, música, videos, cámara fotográfica, Internet, correo, ¡y hasta te permiten hablar por teléfono! ¿Cómo limitar en los hijos la comunicación virtual para motivar la real? ¿Cómo hacerlo sin sembrarles la idea de que la tecnología es mala? Tenemos un reto que habremos de afrontar con imaginación, disciplina, firmeza y amor.


Hasta luego.

lunes, 29 de octubre de 2012

Psicólogo en la tele de Aguascalientes

Les comparto una de mis participaciones en el programa "Prende tu día", esta plática fue transmitida el lunes 15 de octubre de 2012 y corresponde a la cuarta ocasión en que me permitieron salir al aire. Las cámaras me intimidan un poco, pero afortunadamente los conductores del programa me ayudan a sacar adelante el tema con su interés y frescura; en esta ocasión la conductora es Mimí, y más adelante subiré otra charla con la conducción de Manuel, el otro chavo que está a cargo de hacer más digeribles los contenidos de este programa.

Cuando empecé a escribir este blog me comentó mi hermano que le paecía curioso esto porque parece que uno está hablando solo, y en efecto: Es muy notorio el cambio que hay entre los escritos de este espacio (que nacieron rumiados a solas o extraídos de pláticas con otras gentes, pero siempre ordenados y planteados como se me da la gana), y las breves charlas como la que reproduzco aquí. La diferencia principal radica en que, aunque llevo una especie de guión o temario preparado por mi, de repente aparecen comentarios y preguntas de Mimí o de Manuel que van ampliando la idea original y llevando la charla hasta otros lugares que tal vez yo solo no hubiera imaginado. En el video retomé un tema que abordé en este mismo blog hace tiempo: "El amor no es suficiente":


La comunicación, el contacto, la apertura con los demás, siempre enriquecen cualquier idea, y en este caso no iba a ser la excepción. Démonos tiempo para intercambiar ideas.

Hasta luego.

domingo, 28 de octubre de 2012

Infidelidad

"Cariño, no es lo que piensas, déjame explicarte"
(Anónimo)


La infidelidad es una de las causas más comunes de ruptura en una relación, si bien hay parejas que logran superar este tipo de experiencias y reafirman su proyecto de vida juntos a partir de haber reestructurado su manera de convivir y de compartirse mutuamente, lo más común es que llegamos a sentirnos tan dueños de esa persona que escogimos como pareja, que también nos sentimos con poder sobe su vida y sus decisiones.

Las canciones de sufrimiento, amargura y despecho no tendrían sentido si no nos sintiéramos dueños de nuestra pareja; lo mismo ocurre con las películas dramáticas donde las parejas sufren mucho (y ni qué decir de las novelas que nos receta Televisa), en estas historias cantadas o actuadas el factor común es que se sufre mucho por el ser amado, y para colmo de males, ese ser amado decide en algún momento traicionar la confianza de quien le ama y deja entrar a otra persona a su vida amorosa.

Generalmente pensamos que quien es infiel es culpable o responsable de dañar la relación, sin embargo, en una relación de pareja la responsabilidad siempre es compartida, según la regla del 50% y el 50%: a partes iguales. Hablando de una relación en la que existe el amor, la confianza y el respeto suficientes para ser funcionales, puede darse el caso de descuido hacia la pareja, incluso por abuso de confianza, que lleva a descuidar las atenciones básicas en la relación.
Pero la infidelidad también puede darse por casualidad de manera ocasional, o para tratar de llenar un hueco existencial metiendo en él a otra persona en lugar de enfrentar ese vacío.

También se da la infidelidad porque siempre es más bonita la etapa del idilio y por eso hay personas que tratan de ser constantes conquistadores, o conquistadoras, aunque inevitablemente todas las nuevas relaciones apasionadas se convertirán en rutinas llenas de afecto y hasta deseo, pero sin la misma pasión del inicio.

Y qué decir del miedo al compromiso, otra causa muy socorrida para robarle tiempo, recursos y tranquilidad a la pareja y los hijos (cuando los hay).

¿Y la curiosidad? Sin ninguna intención de perjudicar la relación que existe con otra persona, puede darse la inquietud de conocer esa experiencia para saber lo que es estar con otra persona.

Existe también la pareja que es infiel porque ambos están de acuerdo. No siempre funciona, pero es un camino posible.

Ser infiel para sentirse atractivos y llenos de energía, compartiendo tiempo, cuerpo, experiencia y energía con otras personas. A quienes están en esta situación les sugiero tener cuidado con el pensamiento mágico de estar bebiendo de la fuente de la eterna juventud: El tiempo seguirá corriendo.

Infidelidad por venganza: Una de las causas más socorridas y más dañinas, tratar de desquitarse de una pareja que puso el cuerno haciéndole lo mismo es la razón por la que algunas personas pueden abrir su intimidad y hacer cosas que después les harán estar en conflicto consigo mismas, sobre todo si más adelante hay oportunidad de entenderse y reconciliarse con la pareja, pero al mismo tiempo deberán reconciliarse consigo mismas para vivir en paz. Además de que habrá otra persona involucrada en la relación.

Infidelidad por compromiso, se da cuando hacemos caso a las presiones, chantajes, promesas o hasta por sentir que de esa manera "pagamos" un favor. Dependiendo de qué tan flexible sea la moral de la pareja, y por justificable o noble que parezca el acto, no deja de ser una infidelidad.
Cada pareja vive su situación particular, y en esta esfera tan íntima se deben respetar los acuerdos previos, considerando volver a ajustar la relación con una nueva negociación si es posible... Sí: es posible retomar una relación después de una infidelidad cuando hay voluntad de ambas partes para volverse a ganar la confianza, el respeto y el amor, con los que se podrá cimentar una nueva estructura de pareja o de familia. Nunca, en ningún caso, se podrá meter reversa y volver a ser la pareja que eran antes de esa experiencia, solamente se puede construir una nueva vida, juntos o separados.

Como en todas las problemáticas que se dan en las relaciones humanas, la comunicación juega un papel muy importante para prevenir y resolver una crisis por infidelidad: Aunque parezca muy obvio, se debe conocer qué es una infidelidad para los miembros de la pareja (o del grupo, cuando la relación se da entre 3 o más personas), hasta donde se permite la relación y el contacto con otras personas y cuáles son las señales de respeto y confianza que cada miembro espera apreciar en su pareja, cuando ésta se relaciona con otras personas. 

Recordemos que nadie es adivino o adivina, y que generalmente todos vemos el mundo desde nuestra posición, así que la única forma de saber cómo lo mira otra persona es poniéndonos en su lugar, comunicándonos para conocer su manera de ser en este mundo.

Otro punto importante dentro de la comunicación al abordar este tema, es saber lo que cada uno considera una traición a sí mismo, es decir, lo que lo hace sentir que es infiel a su propia persona. Tal vez entre los requisitos que una parte de la pareja pone a la otra para sentirse amada y respetada, haya alguno que dañe los valores de la otra parte y le haga sentirse limitada, menospreciada o lastimada en su dignidad, pues prácticamente se le estaría impidiendo externar una conducta que, en su forma de ver el mundo, no significa una infidelidad. Lo que para una parte es un descarado coqueteo, para la otra puede ser no más que un saludo afectuoso.
Así, se debe hablar con toda la claridad y también con todo el respeto, para que los acuerdos a que se lleguen como pareja cumplan los requisitos de:

No hacer que uno mismo sienta conflicto (quedar con la sensación de que haber tomado una mala decisión para darle gusto a la pareja). Si ocurre esto, habrá que volver a hablar.

No obligar a la otra parte a aceptar las condiciones propias, ya sea de manera activa (expresándolo claramente como una exigencia) ni de manera pasiva (mediante chantajes y manipulaciones). Si te descubres haciendo estas manipulaciones para poner la balanza de losa cuerdos a tu favor, habrá que volver a hablar.

Dentro de la comunicación de pareja (o grupo, según) solamente se toman acuerdos para los involucrados. Lo más recomendable es tomar decisiones que no afecten ni comprometan a otras personas ajenas a su relación. Si ocurre esto, habrá que volver a hablar.

Y si no es posible aterrizar esta comunicación en acuerdos concretos, o no están satisfechos con los acuerdos tomados, queda la opción de acudir con un terapeuta de parejas.

Hasta luego.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Comunicación: Volver a lo básico

"Siempre hay oportunidad para cambiar, porque siempre hay oportunidad para aprender"
Virgina Satir

Es frecuente escuchar hablar acerca de la buena comunicación y de sus efectos positivos. Y es muy recurrente encontrar y reencontrar errores o mitos de la comunicación, que se aceptan como verdades. Si bien no es el único, sí es el puente más utilizado para acercarnos a los demás y, una vez que se ha afianzado el lazo afectivo que une a dos o más personas, también es un excelente vehículo para mantener acuerdos y arreglar desacuerdos. Siendo una herramienta tan poderosa, también hay ciertos peligros si la comunicación no se utiliza bien.

El mayor mito es que la comunicación es "hablar bien", y que hablando bien no tendremos problemas en nuestras relaciones. Si bien es cierto que la comunicación verbal implica tener la capacidad de ordenar las ideas antes de externarlas, y saber de antemano lo que se desea expresar para poderse adaptar en el curso de la comunicación, estos elementos no son la comunicación en su totalidad. Se requiere incorporar otros, también muy conocidos pero rara vez utilizados en combinación, al menos de manera consciente.

Escuchar. ¡Sí! Todos tenemos algo que decir, nos interesa ser escuchados, entendidos y comprendidos. Entonces es lógico suponer que también esa persona que está tratando de comunicarse conmigo también necesita expresar algo y no está conmigo solamente para escucharme y entenderme a mi... ¿o sí? Todos tenemos algo que escuchar. Sentirse escuchado y atendido es una experiencia muy gratificante para cualquier persona.

Lenguaje no verbal. Es la parte más sincera y más traicionera de nuestro ser, aunque tratamos de disimular algunas reacciones emocionales, siempre hay algún rasgo en nuestro cuerpo, nuestra cara, nuestro tono de voz, nuestra mirada o hasta en un simple cambio de ritmo en la conversación, que delatará la existencia de una alteración, un sentimiento inesperado o un miedo escondido que de repente se asoma cuando lo llama una frase o una palabra en la conversación que estamos sosteniendo. Como es inevitable que esto suceda, lo mejor es aprender a ser amigos de nuestro cuerpo y hacerle caso nosotros mismos, antes de que lo haga nuestro interlocutor. Como dice arriba, es nuestra parte más sincera, aunque a veces no nos damos la oportunidad de verla.


El contexto. El ideal de mantener siempre el mismo estilo de comunicación ante cualquier situación, persona o circunstancia, no deja de ser solamente un ideal o una exigencia, que puede convertirse en una limitación para expresarnos como somos. Si nos encontramos en la familia, en la escuela, en el trabajo, con los amigos, en el templo, en una terminal de autobuses, en una entrevista importante, en el teatro, de compras o en cualquier otro lugar, habrá ciertas pautas sociales que dirigen el estilo particular de externar lo que pensamos y sentimos, sin que eso implique dejar de ser nosotros mismos: lo que es cursi en una situación será muy efectivo en otra. En realidad la necesidad de actuar de manera distinta en diferentes contextos, sin dejar de lado nuestra personalidas esencial, es la mejor oportunidad para aprender nuevas formas de reaccionar, de escuchar y de expresarnos, es decir, de crecer interiormente y aumentar nuestras opciones de respuesta. Recordemos que una persona sana emocionalmente es la que percibe y aprovecha la diversidad de opciones que hay en su contexto, y una persona con rasgos neuróticos es la que no puede ver otras opciones por muy obvias que sean, debido al afán de ser "siempre la misma" o de ser "congruente" y no cambiar.

"Nos llamamos a cada rato, o nos enviamos mensajes". El nuevo truco de enviar un mensaje que sigue siendo impersonal y distante aunque en su contenido lleve muchas palabras simpáticas y cariñosas: en la cultura actual de "satisfacción inmediata" (pura ilusión) están teniendo mucha aceptación estos trucos que yo llamo comprimidos o cápsulas comunicativas, aunque hay quienes creen que efectivamente están en contacto cercano con esta única opción. No la descarto, obviamente, pero estas cápsulas y comprimidos no pueden sustituir a la alimentación sana, que en este caso sería la comunicación persona a persona.

En el chat o el "féis" a todo dar, pero cuando nos vemos no hablamos. Un derivado del punto anterior, ya que en la comunicación escrita disminuye bastante el riesgo de una discusión (en el último de los casos nos salimos de la conversación y ya) se está observando cada vez con mayor frecuencia que algunas personas, aunque se vean y tengan oportunidad de hablar, hacen como que se comunican, a veces incluso con apego a la más perfecta diplomacia y las reglas de urbanidad, pero no se dicen nada relevante. Después, en la "intimidad" de la compu o el celular estarán enviando mensajes y respondiendo animadamente a las preguntas de esa persona que no se atrevieron a enfrentar cara a cara cuando hubo oportunidad. Esta es una nueva categoría de "máscaras" para esconder nuestros sentimientos y no exponerlos, además nos permite justificarnos, pues estamos comunicando lo que pensamos, por si fuera poco es seductora y hasta adictiva, despierta en mucha gente sus deseos de trascender dejando algo escrito, cualquier cosa, pero aleja a las personas reales creando una distancia entre ellas que solamente puede llenar el contacto humano, en vivo. El mundo virtual no es real, debería ser un reflejo de lo que hacemos en el mundo físico donde nos desenvolvemos y no una nube donde nos subimos a soñar que todo funciona bien sin esforzarnos por afrontar los problemas.

No nos vemos, hablamos de cuarto a cuarto. A gritos y sin hacer caso de todo el lenguaje no verbal que involucra esto. Obviamente elevar tanto la voz y colocarse a tanta distancia los dos interlocutores ya está diciendo que hay algo por arreglar en esa relación, pero quienes escogen este tipo de "comunicación" hacen como que esto es normal para justificar la distancia en su relación y para no comprometerse a compartir su intimidad.

¿Problemas de comunicación? Pues sí, en todas las relaciones habrá algunos problemas y dificultades, como decía anteriormente, es la forma de aprender nuevas opciones de responder, de escuchar y de expresarme. De entenderme para enseguida hacerme entender. Cada individuo viene con su propio "código casero" de comunicación, en cada casa o familia se han desarrollado hábitos de comunicación que se quedaron grabados en la mente de todos sus miembros, al grado de que salimos de casa pensando que "yo soy así" y como es algo natural en mi, no lo voy a cambiar, sin embargo, cuando nos aferramos a un estilo rígido de comunicación nos causamos mayores problemas, podemos terminar aislados, enojarnos sin saber la razón y nos dañamos emocionalmente y también a las personas que queremos.

Por eso es importante saber y tener presente que en cualquier momento de la vida podemos aprender a relacionarnos de manera diferente: algunas formas de comunicación que nos son útiles en un momento o contexto determinado, no funcionarán en otros.

Cuando la comunicación no funciona, la sustituímos con actitudes que también aprendimos en casa y con gentes importantes durante nuestro desarrollo. Virginia Satir describe acertadamente estas conductas o estilos de comunicación, que llevadas a un extremo son la base de la manipulación y el chantaje en las relaciones humanas: Ignorar, exagerar, culpar, alabar, cuestionar, aconsejar, tomar a broma, ordenar, asentir, quejarse, entre otras.

Aprender a comunicarse es una tarea que va de la mano con el crecimiento personal, por lo tanto también es tarea para toda la vida: Hablar, escuchar, hacer contacto, entender, acompañar.

¿Y cómo voy a saber si mi estilo de comunicación funciona? Nuevamente depende del contexto, pero una pista para saberlo la encontramos en nuestra sensación interior: La comunicación asertiva lleva una alta dosis de empatía, que nos permite sentirnos acompañados y ser parte de algo más que nuestro propio ser.

Hasta luego.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Charlando en la TV de Aguascalientes

Me invitaron a participar en un programa de la tele local, aquí en Aguascalientes, y ese honor me hizo sentir mucho gusto, así que acepté la propuesta y este lunes 24 de septiembre aparecí por primera vez durante 9 minutos aproximadamente en el programa "Prende tu día", que es un espacio de entretenimiento dirigido al público que radica en esta ciudad, donde me han dado la oportunidad de abordar los temas de la pareja y la sexualidad.

En esta primera ocasión comenté acerca de las etapas por las que pasa una pareja, o más bien las etapas que vive una pareja, pues en realidad no pasan sino que van formando una unidad, de acuerdo al principio psicosocial de "sumar y no restar", es decir, cada etapa se va integrando a la siguiente cuando es asimilada, sin ser eliminada o sustituida. Alguna vez escribí algo sobre estas etapas: http://hemebe-psicoterapia-ags.blogspot.mx/2011/05/una-pareja-intenta-rescatarse.html.

En la siguiente emisión trataré de describir las 5 señales que nos permiten identificar cuando una pareja se está deteriorando: cuando aparece esa sensación de que ya no hay comunicación ni entendimiento, cuando preferimos estar solos, cuando cualquier discusión se convierte en un pleito o coraje monumental, cuando disminuye el contacto físico y cuando desaparece el respeto.

En fin, me siento muy afortunado de contar con este espacio de expresión y afrontar este reto personal para mantener viva la comunicación, es un tiempo reducido y eso me obliga a ser más preciso y organizar bien mis ideas para transmitir el mensaje con la mayor claridad posible...

El programa "Prende tu día" se transmite por el canal 11 de Telecable de lunes a viernes a las 9:30 de la mañana, se repite a las 16:30 horas y dura 2 horas y media, por lo pronto mi intervención será los lunes dentro de ese horario, ojalá puedan observar estas charlas de enfoque psicológico, les agradecería sus comentarios y retroalimentación.

Hasta luego.

lunes, 24 de septiembre de 2012

La expresión de la sexualidad

En este escrito está presente la influencia de las obras de Juan Luis Álvarez-Gayou, fundador del instituto Mexicano de Sexología, A.C., y de mi maestro Javier Castañeda, quien me presentó los libros de Álvarez-Gayou y además se esforzó bastante para enseñarme a respetar las diferencias personales y a creer en mi libertad personal. Espero un día terminar de aprender.

"El sexo es lo más divertido que se puede hacer sin reír."
Woody Allen.

La sexualidad es una característica inherente a todos los seres vivos, sin embargo solamente el ser humano ha sido capaz de utilizarla para causar polémicas, uniones y conflictos. Desde que tenemos un registro histórico de la humanidad, hay evidencias de la fuerte influencia de la sexualidad en las expresiones plasmadas en pinturas, vasijas, herramientas, grabados y, un poco después (algunos cientos de miles de años) también en escritos. Al establecerse el arte como tal tuvimos la posibilidad de conocer los dramas pasionales, las experiencias eróticas y en general una serie de historias a veces reales, a veces ficticias y a veces combinadas, en las que se aprecia la presencia latente o activa de componentes sexuales en distintos niveles de manifestación.

Varias culturas ancestrales, de hecho la mayoría de ellas, le dieron a la sexualidad su lugar como parte natural de la personalidad y las relaciones, sin tabúes ni exageraciones y sin reducirla al coito o a los genitales como nos hemos acostumbrado a considerarla en nuestros días. ¿Qué pasó con la sexualidad? ¿En qué momento se volvió algo prohibitivo o incluso malo? Parece que, al estar tan estrechamente ligada con la expresión más honesta de nuestra personalidad y orientada al placer y la creatividad, comenzó a ser utilizada como mecanismo de control en cuanto los grupos humanos pasaron a "civilizarse", sobre todo en las culturas occidentales (Europa y la América conquistada por europeos... Esta civilización europea también se exportó a África por la misma vía de la conquista).
A pesar de ser un elemento tan apasionante, no hubo estudios consistentes sobre la sexualidad sino hasta finales del siglo XIX, cuando ya se habían arraigado muchos mitos a su alrededor, y la mayoría de ellos se tomaban como verdades. Entonces dio inicio el estudio serio y continuado de la sexualidad humana:

En el principio fue Freud, según sus teorías y siendo fiel a la cultura y las creencias del pensamiento occidental, el sexo "normal" era solamente el que se orientaba al coito y se realizaba entre una pareja formada por un hombre y una mujer. Cualquier otra manifestación de la sexualidad caía en el terreno de las perversiones o depravaciones y era considerada social y clínicamente incorrecta o anormal.

¿Cuáles son esas otras manifestaciones de la sexualidad? Existen tantas como la imaginación permita expresarlas, ya que al ser parte inherente de la personalidad, se combinan con todo nuestro ser para hacerse notar, lo queramos o no. De cualquier manera, un grupo de estudiosos se dio a la tarea de acompañar a Freud e ir complementando sus trabajos sobre este tema, de manera que se le fueron dando nombres a aquellas conductas que se descubrieron con mayor frecuencia, o que escandalizaban más a la gente más conservadora en cada tiempo. Aquí van unos ejemplos de estas etiquetas:
Homosexualidad (gays, lesbianas, jotos y cualquier otro nombre que, en sentido ofensivo, se les ha asignado) es el genérico que se utiliza para señalar a cualquier persona que siente atracción manifiesta, en mayor o menor grado, por personas de su mismo sexo.

Onanista, a persona que se autocomplace sexualmente por medio de la masturbación.

Voyeurista, bajo este concepto se agrupan las personas que disfrutan observando al objeto de su deseo sexual. En el mundo de las mal llamadas "perversiones sexuales", éste fenómeno ha sido muy explotado, pues al parecer somos bastantes los que disfrutamos dedicando nuestro sentido de la vista a disfrutar la belleza del cuerpo humano, exprese o no erotismo, y los publicistas y productores de películas y programas han sabido aprovechar esto.

Gerontofílico, se le dice a quien disfruta más estando con personas mayores que con las de su generación.

Pedofílico, es el polo opuesto de la gerontofilia, cuando una persona se siente más a gusto estando con niños que con adultos.

Y así podemos hacer una lista casi interminable, pues si nos detenemos a pensar nos daremos cuenta que hay muchas situaciones que buscamos o provocamos porque nos provocan placer... ¿qué grado de zoofilia hay en las personas que tienen mascotas y que aman y protegen a los animales? ¿Si alguien siente placer al escuchar la voz de la persona amada, ya es otofílico u otofílica? ¿Y si guardo una prenda de mi amada como recuerdo, ya soy fetichista? O si me gusta su olor, o el olor del perfume que utiliza, ¿me convertí en odofílico? Según la teoría más antigua de la sexualidad, sí.
Recordemos que en esa teoría la sexualidad solamente tiene como finalidad el coito entre parejas de distintos sexos, ya sea como placer en sí mismo o con fines de procreación.

Pero la investigación en los terrenos de la sexualidad no se ha detenido, y gracias a eso surgieron investigadores más arriesgados que, más allá de teorías, creencias, valores sociales y especulaciones, se atrevieron a realizar sondeos y experimentos con gente real, encontrando que las formas que tienen las personas, las parejas y los grupos de personas para expresar su sexualidad no están para nada reducidas al concepto freudiano o al religioso.

En este punto del relato ya no es el principio, será algo así como el renacimiento en la historia de la sexualidad, cuando aparecen autores como Masters y Johnson (los más famosos, por eso los recuerdo, je) y en sus estudios comienzan a "descubrir" que las personas expresamos nuestra sexualidad de maneras muy variadas, sin que esto nos convierta en depravados o degenerados. Aquí algunos de los resultados más valiosos obtenidos de estos estudios en las últimas décadas (en mi opinión, claro, seguramente estoy excluyendo otros logros igual o más importantes):
La sexualidad no se reduce al coito, a buscar el orgasmo, ni a los genitales. Ahora se acepta como un elemento que forma parte relevante de la personalidad, tan importante que nos permite definirnos en muchos aspectos.

Las caricias, el jugueteo romántico, las palabras y frases en voz baja, el admirar la imagen de otra persona, o admirar la imagen propia, el sentir atracción hacia otra persona de cualquier sexo, son expresiones libres de la sexualidad.

La sexualidad puede expresarse en términos eróticos y no eróticos. Esto implica la atracción y el gusto que sentimos al convivir con otras personas sin que estas deban ser, forzosamente, el objeto de nuestro deseo sexual. Podemos ser amigos, compañeros, familiares, incluso podemos ser desconocidos y sentirnos atraídos por una cara agradable o un gesto gracioso, expresiones de la sexualidad no erótica.

Podemos ser conscientes o no de nuestra sexualidad y expresarla sin que necesariamente estemos buscando seducir a alguien, simplemente como una forma más de expresión.

El lenguaje corporal, aquel donde las palabras importan menos que nuestra actitud, postura, tono de voz o movimientos, es donde nuestra sexualidad encuentra el medio más amplio para hacerse notar. Con la expresión de nuestra sexualidad va también la manifestación más sincera de nosotros mismos, pues nos mostramos como realmente somos, o al menos, como realmente nos percibimos.

Uno de los logros más importantes de todos estos estudios (siempre a mi criterio), es la tolerancia: Nos hemos dado cuenta de que somos diferentes y si aceptamos esas diferencias, o más bien si nos aceptamos con nuestras diferencias, enriquecemos nuestro mundo y el de los demás.
¿Entonces, ya todo es "normal"? ¿Todo se vale?

Bueno, en el breve repaso de logros en materia de sexualidad me olvidé de mencionar uno que, de manera radical, vino a romper con las teorías sexuales iniciales: No existe una conducta "normal" ni una conducta "anormal" en la expresión de la sexualidad. Lo que existe son ciertas reglas o criterios para identificar que la conducta que realiza una persona al expresar su sexualidad le está funcionando:

1. La persona que lleva a cabo una conducta cualquiera para expresar su sexualidad, no entra en conflicto consigo misma, es decir, se acepta y está emocionalmente estable consigo misma al llevar a cabo esa acción (los que saben de esto le llaman "egosintonía": actuar y pensar de acuerdo a uno mismo).

2. Si la conducta sexual involucra a dos o más personas, todas las que participan están de acuerdo en la manera en que se manifiesta su sexualidad y sienten algún grado de satisfacción. Es decir: Hay consentimiento mutuo y se respetan los acuerdos de la relación, seguimos hablando de una sana expresión de la sexualidad.

3. No se provocan daños a terceros: no se está obligando ni violentando a alguien para que haga algo que dará placer o satisfacción a otra persona. No se infringe ninguna ley ni se busca provocar daños o lesiones físicas, psicológicas o emocionales

Considerando todo lo anterior, lo único que falta tomar en cuenta es el contexto social en que se desenvuelve cada individuo, vivimos en culturas que esperan determinadas conductas y expresiones socialmente aceptadas, por eso lo que resulta aceptable a cierta hora y en cierto lugar, se convierte en un hecho reprobable cuando ocurre en otras circunstancias: No es lo mismo que una pareja se bese y se acaricie en la intimidad de su recámara o de un hotel, a ser descubiertos en su auto, a plena calle; tampoco resulta raro que los asistentes a un table dance observen a las bailarinas  o bailarines desnudos (exhibicionistas, les pondrían de etiqueta), según sea el caso, pero si descubren a un tipo espiando a la vecina, sí se considera algo indebido.

La libertad propia termina donde comienza la libertad del prójimo, esto aplica en todos los casos y no solamente con la expresión de la sexualidad. Así que, en el contexto adecuado y con quien lo conscienta y lo acepte, podemos expresarnos a plenitud.

Se aceptan comentarios, hasta luego.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Cuestionarios para la pareja 3

Éste es el tercer y último cuestionario que bajé del blog de los hermanos
http://alejandrayantoniogodoy.bligoo.cl/, un blog chileno interesante como ya les mencioné antes:



Otra forma de evaluar el estado de la relación de pareja y, eventualmente, enfrentar preventivamente la situación, es identificar las posibles señales iniciales de deterioro:

1) Cuando estoy con mi pareja, muchas veces quisiera estar en otro sitio.
2) Muchas veces siento que existe tensión entre nosotros.
3) Creo que mi pareja apenas conoce mis pensamientos.
4) Siento que deberíamos estar más cercanos en estos momentos.
5) Mi pareja ha deseado estar sola últimamente.
6) Hemos estado peleando más últimamente.
7) No siento que haya habido mucha diversión en nuestra vida últimamente.
8) Pequeños problemas tienden a entrar en una escalada.
9) Siento que hemos estado dañando nuestros sentimientos últimamente.
10) Siento que realmente deberíamos hablar.

Puntaje: más de dos afirmaciones podrían estar indicando la existencia de algunos problemas.

Hasta luego.