martes, 30 de agosto de 2016

La tentación de vivir soñando

"Duerme soñando,

con tus ojos tan plenos, despiertos,
con tu corazón lleno y radiante,
alucinante, tan lleno de amor".
La vida. la vida. la vida, que es la vida
en tratar de entenderla, se nos va la propia vida,
tan simple y tan fuerte, tan llana mente suerte,
lo que acontece, preparación de la muerte.
Pero es absurdo ocuparte de este estudio,
cada año,segundo a segundo,
no es tan profundo,dormir soñando
Es la respuesta, tal vez es errónea,
tal vez es correcta, sueña a la par del presente y no del futuro,

porque de esto nunca estas tan seguro,"
(El Gran Silencio)


En los sueños todo es posible y fácil. En la vida real las cosas requieren esfuerzo, tiempo y dedicación. Por eso muchas veces preferimos soñar, pero la realidad es muy cruel y se pone enfrente constantemente haciéndonos chocar con ella. 

Decía mi mamá que "el que nunca ha tenido y llega a tener, loco se quiere volver" y ése es uno de los efectos de preferir soñar en vez de vivir: tener la sensación de que "ya la hice" y dejar de esforzarse por seguir adelante, pero tal vez ganar unos pesos o tener algunas gentes a cargo puede ser una meta muy limitada para una vida. También hay un refrán que dice "se subió a un ladrillo y se mareó con la altura", haciendo referencia a que una persona consiguió un logro laboral o económico y sintió que ya le pertenecía el mundo. Y otro refrán que recuerdo dice que "anda en las nubes" quien sueña mucho con algo o con alguien. Los sueños, sueños son.

¿Entonces?


Así como el que tiene riquezas no está obligado a exhibirlas ni a presumirlas ante los demás, también quien tiene grandes sueños  no tiene que mostrárselos a todos ni contárselos a toda la gente como si ya fueran hechos consumados: mientras sean sueños solo existen dentro de la mente del soñador. El riesgo en ambos ejemplos es que tanto la riqueza como los sueños despiertan la ambición de quienes no los pueden tener.

Ya sea que se trate de riqueza o de sueños, lo mejor que podemos hacer es utilizar lo que tenemos. En el caso de la riqueza, ni qué decir (mejor leer un buen libro de finanzas). Y en el caso de los sueños, estos son la motivación necesaria para movernos, nos permiten visualizar y saber cómo será algo que aún no existe pero puede materializarse, algo como una casa, una relación, un paseo, un negocio, una presentación...

Los sueños también nos indican cuando debemos cambiar el rumbo y modificar un proyecto o una relación donde ya estamos involucrados. A estos sueños les llamamos pesadillas y generalmente no nos gustan, pero también son un motor que quiere impulsarnos a movernos, a actuar.

Ocurre que la trampa de los sueños funciona porque cuando son muy agradables no queremos despertar. Literalmente no queremos abrir los ojos a la vida, pero ese es el requisito indispensable para empezar a hacerlos realidad.

Entonces... 

Los sueños son una forma de nuestra dualidad: Por una parte son nuestro no-conformismo y nuestro deseo de cambiar la realidad, y por otra, son una forma de evasión para no enfrentar esa misma realidad.

En esta dualidad, los sueños de no-conformismo son sueños que construyen y su contraparte, los sueños de evasión, resultan ser sueños que destruyen... Y por si fuera poco comienzan destruyendo a quien los sueña. La aceptación permite manipular la realidad y la negación nos impide conocerla.

Un buen consejo para cualquiera de nosotros es que nunca, nunca dejemos de soñar, de tener visiones y de darles nuestra atención. Y un buen deseo para todos los días es éste:

Que tus sueños guíen tus pasos y tus pies estén bien firmes sobre la tierra.

Hasta luego.