viernes, 23 de agosto de 2013

Liberar la presión emocional

"Nadie más que uno mismo puede liberar su mente de la esclavitud"
Bob Marley



Nuestro organismo es muy sabio, quien nos diseñó sabía muy bien que íbamos a enfrentar todo tipo de experiencias, desde la alegría intensa hasta la angustia o el terror paralizante, también sabía que nuestro cuerpo acumularía tensión emocional durante su actividad diaria, y después tendría que liberarla.

En el perfecto diseño de nuestro organismo existen varias vías naturales que permiten liberar la presión o tensión emocional acumulada, así que conviene conocerlas y utilizarlas para evitar que nuestro cuerpo recurra a otras opciones que podemos llamar "salidas de emergencia" y que consisten en enfermar, parar máquinas y declararse en huelga total hasta que saquemos la presión que provoca angustias, miedos y rigidez. Cuando logramos hacer buen uso de las vías de escape naturales, podemos aceptarnos y aceptar nuestro entorno; hasta donde sé, la aceptación es el mejor método para desenvolvernos de una manera funcional, productiva y creativa.

En un curso que está impartiendo el Dr. José Antonio González Muñoz para el personal del INEGI, explica esto haciendo una comparación muy fácil de entender, él dice: "¿Cuando usted va al baño y hace caca, se limpia o deja ahí la suciedad hasta el siguiente día?" Claro que todos los participantes respondemos que sí nos limpiamos la suciedad y entonces él agrega: "Entonces, ¿para qué deja que se quede en su cuerpo la caca emocional, en lugar de limpiarla?". Y tiene razón. Manejarnos llenos de tensión emocional en nuestras relaciones diarias es un peligro porque uno puede tirar encima de los demás esa caca que no se quitó a tiempo ni de la manera adecuada. Y si otras personas también andan por ahí cargadas de tensión o caca emocional, también estamos en riesgo de terminar embarrados si nos cruzamos en su camino.


Para evitar estos riesgos y sin más rollo, aquí presento esos escapes naturales y liberadores de tensión emocional (también le dicen estrés), ordenados según su potencia:

1. Llorar - Es la vía de escape más potente y la de más rápidos resultados. El llanto sincero saca el dolor de nuestro organismo y hasta puede limpiar las huellas de sufrimiento que han quedado grabadas en nuestra historia.

2. Reir - La segunda en potencia, esta vía permite relajar los músculos y hacer que la tensión "explote" literalmente. La risa y el llanto sinceros son las mejores opciones de escape para la tensión emocional.

3. Gritar - Uno de los lugares favoritos para asentar la presión emocional es el pecho y la garganta, por eso recomiendo que se animen a gritar y si no pueden hacerlo, entonces que se animen a cantar lo más fuerte que puedan: La finalidad es dejar salir nuestra voz, escucharnos y sentir como se destapa nuestro pecho y garganta con cada grito, aflojando al mismo tiempo los demás músculos del cuerpo. En cuanto a potencia y efectividad, esta vía tiene el tercer lugar.

4. Procesar conscientemente lo que duele - O sea, pensar. Razonar. Entender. Tranquiliza mucho saber qué es lo que nos está ocurriendo y entender la situación o la dificultad que vivimos. Eso da una sensación de control en el contexto de cada quien, pero mucho cuidado: Entender las cosas no libera del todo la tensión emocional, aunque la ilusión de que ya la estamos controlando sea muy grande.

5. Flujos corporales - Mocos, babas, orina, sudor, semen, lágrimas y cualquier otro flujo que salga de nuestro organismo estará limpiando y liberando algo en nuestro interior. Tiene el quinto lugar en cuanto a su potencia porque esta vía no actúa como una reacción primaria, sino más bien como un reflejo secundario, a posteriori.

6. Actividades artísticas - Una de las mejores formas para expresar las emociones y las presiones acumuladas, y como el arte es subjetivo, no importa que los demás no entiendan de todo el contenido de cada obra, ya sea pintura, poesía, música, escultura o cualquierotra manifestación.

7. Comer - Una de las maneras menos potentes y también más frecuentes. Si no somos capaces de dejar que escape nuestra tensión emocional por una vía rápida y eficaz, trataremos de disfrazarla llenando nuestro vacío existencial y afectivo con comida.

8. Hacer ejercicio - Funciona, sentir nuestro cuerpo y su fuerza siempre es un apoyo real para reafirmar nuestra liberación emocional, aplicado con constancia y apoyado en alguna de las 3 primeras vías descritas es excelente para equilibrar nuestra salud emocional; en casi el 100% de las personas, hacer ejercicio está presente dentro de sus mejores propósitos. Siendo sinceros: ¿Quién lleva una rutina disciplinada de ejercicio?


Estas 8 vías de escape son las naturales, las que ayudan a mantener integrada a la persona. ¿Tienen algo en común? Muchas cosas, la que más me llama la atención es que entre más potentes y eficaces son, más prohibidas son por nuestra sociedad, y por lo mismo nos aguantamos las ganas de llorar, de reir y de gritar para no pasar vergüenzas ni ser rechazados o vistos como bichos raros por los demás. La misma sociedad en la que vivimos está causando que aumente la presión emocional, o dicho de otra manera: nuestro estilo de vida está aumentando el riesgo de relacionarnos con los demás llenos de caca emocional.

Si una persona acumula mucha presión y no la libera por ninguna de las vías naturales, entonces nuestro organismo buscará salidas autodestructivas, que se manifiestan en cualquier forma de adicción, o buscará salidas reprimidas (que en realidad no son salidas) que se manifiestan como enfermedad. Sobra decir que es en estos dos casos cuando la caca emocional que se acumula puede ser lanzada con más fuerza a la gente que queremos, y aunque sea de manera "involuntaria" el resultado será el mismo, pues estaremos causando un daño que costará mucho reparar en nuestra relación y en nosotros mismos. 


Tratemos pues de "limpiarnos" a tiempo, y si es posible hacerlo usando las 3 primeras vías descritas en este texto, mucho mejor.

"Soltarlo todo y largarse, qué maravilla..."
Silvio Rodríguez
Hasta luego.

jueves, 22 de agosto de 2013

Diálogo interior: Vista y oído

"Converso con el hombre que siempre va conmigo
-quien habla solo espera hablar a Dios un día-"
Antonio Machado


Nuestra memoria visual es frágil, incluso las vivencias más significativas de nuestra vida pueden ser recordadas, o mejor dicho, recreadas de una manera que convenza más a nuestra historia personal, a nuestra autoimagen. Basta con cerrar los ojos y tratar de recordar cómo es nuestra mano, o con escoger un color al azar y tratar de identificarlo entre otros colores de tonos parecidos, para saber que la percepción visual no puede registrar fielmente todos los datos que capta, por muy atentos que estemos a nuestro entorno.

Como en todo, hay honrosas excepciones y conozco algunas personas con excelente memoria visual. Pero son eso: excepciones con un don natural o que resultan de continuos entrenamientos.


Yo creí "ciegamente" en la leyenda de que los ojos son nuestras ventanas al mundo y mandé a sus sombras a mis demás sentidos. No me di cuenta de que yo mismo estaba privándome de ver la importancia de los otros sentidos, porque escuché muchas veces esa gran verdad hasta que me la creí. Entonces resultó que un sentido que ha influido demasiado en mi vida –y en la de todos- es el oído.


Conviene que todos nos demos un tiempo para saber cuántas "verdades" hemos escuchado y creído. En su momento diríamos de algunas que no las creíamos, y que parecían hasta contrarias a nuestros valores. Pero hay muchas frases resonando en el interior de nuestra cabeza, más de las que uno recuerda conscientemente, y han guiado muchas de nuestras actitudes a lo largo de los años.

Algunas frases son discriminadoras: dicen que hay gente "buena" y gente "mala" según por sus creencias o por algunos rasgos físicos; otras frases nos hacen compararnos con otras personas y ya se sabe que en una comparación siempre habrá alguien que salga ganando y alguien que salga perdiendo; otras frases hablan del sacrificio como un valor admirable, así que muchas veces nos dejamos ganar en algunas situaciones no muy importantes siguiendo esta creencia. Nos han dicho muchas cosas y muchas de ellas se han quedado grabadas. Sobre todo aquellas que dijeron las personas más importantes o cercanas durante los años de formación, como los padres, hermanos, tíos, abuelos, algunos maestros y amigos… 


Así se forma el diálogo interno, pues cuando estamos creciendo confiamos y dependemos de otras personas y su palabra se vuelve mucho más valiosa de lo que esas personas alcanzan a dimensionar. Escuchamos muchas cosas acerca de lo que es el mundo, lo que es correcto y lo incorrecto. Guardamos todo tipo de voces: tercas y flexibles, autoritarias y suaves, duras y comprensivas... 

"Una persona aburrida es la que habla cuando deseas que te escuche"
Ambrose Bierce

Lo que hemos escuchado ha permitido hacer a cada quien su ruta de viaje: acercarse más a unas metas y alejarse de otras según coincidan o no con lo que creemos, y lo que creemos se ha formado a lo largo de todas esas frases e ideas grabadas desde la infancia.

Porque las frases que guardamos de nuestros seres queridos o importantes se volvieron nuestras. O eso es lo que nos decimos en nuestro diálogo interno. Si estuviéramos conscientes de que son frases ajenas, no habría ninguna confusión, pero se graban por medio de mecanismos sofisticados como la introyección.


El diálogo interno se vuelve un problema cuando grabamos en nuestro pensamiento frases que quitan vida, insultos, comparaciones con nuestros hermanos o con otras personas… si al crecer seguimos repitiéndonos los regaños y las frases despectivas que alguna vez nos dijeron cuando éramos chicos, seguiremos programándonos para no ser aceptados, para cometer errores, para justificar esa creencia de ser menos capaz o valiosos que otras personas. De ese tamaño es el peso de las frases que elegimos guardar en los archivos de nuestra mente.


Por el contrario, si conseguimos hacernos amigos de nuestro diálogo interno y percibir nuestra persona íntegra, de manera realista, entonces podremos reconocer nuestros logros, habilidades y capacidades para utilizarlas adecuadamente; un diálogo interno sano también ayuda a identificar los puntos débiles de nuestro ser, de nuestro quehacer y de nuestras relaciones y nos impulsa a buscar opciones para corregirnos y mejorar.

Conociendo esto, podemos enfocar el trabajo con nuestro diálogo interno a colocar en su justo lugar y con su verdadero valor las frases que hemos escuchado y guardado con mucha lealtad a lo largo de los años: no tenemos por qué serle fieles a lo que escuchó hace 10, 20, 30 o 40 años en boca de una persona que expresaba su opinión para ese momento, pero eso es algo que nuestro niño interno debe descubrir y creer sin que uno se lo diga, de lo contrario solamente tendrá unas frases más para guardar en su colección.

"Es peligroso escuchar. Se corre el riesgo de que lo convenzan; y un hombre que permite que le convenzan con una razón, es un ser absolutamente irracional"
Oscar Wilde

Sigamos con el diálogo interior que nos sirve para estructurar y entender los nuevos conceptos, ideas y conocimientos que recibimos. Nuestro diálogo interior nos permite ser mejores amigos de nosotros mismos, solo debemos tener cuidado de no darnos mucho por nuestro lado y hacer caso de aquello que debemos y podemos mejorar en nuestra persona.

Hasta luego.

lunes, 19 de agosto de 2013

Crecer en la ayuda

"Si no quieres correr riesgos en la vida, ya has decidido que no deseas crecer"
Shirley Hufstedler



Si usted quiere ayudar de verdad a sus hijos, aquí tiene seis consejos que le pueden servir para ayudarles a superar exitosamente la crisis de comunicación y de relaciones que nos toca vivir en esta época… 

Seguramente ellos vivirán otras situaciones muy distintas a las que nos han tocado a nosotros, o las vivirán en otra dimensión, como el bullying, ser hijos de padres separados o divorciados, sufrir la pérdida de seres queridos, testificar o protagonizar la violencia social presente en robos, secuestros o asesinatos y también vivir la discriminación, por mencionar algunos temas que en mi infancia yo no asumí como normales o cotidianos. Aún así, estamos en buen momento para darles algunas herramientas a los hijos, niños y jóvenes, desde nuestra propia actitud:


Escúchelos. Aunque le parezca que esas cosas de niños no son importantes, lo que sí importa es el ejemplo de atención y respeto a sus palabras, ya que con el paso del tiempo esa actitud también será aprendida por sus hijos y serán buenos escuchas en el futuro. ¿Quiere que sus hijos sean pacientes y atentos? Deje que se sientan escuchados.

Platíqueles. Si le parece que sus niños no dicen nada interesante, usted dígaselos, se dará cuenta que comprenden y se interesan mucho más de lo que se imagina, siempre y cuando tenga la paciencia de bajar hasta su nivel de lenguaje, y con un poco de suerte, hasta sentirá menos soledad y vacío en su existencia. ¿Quiere que sus hijos sean personas con facilidad de palabra? Entonces también deles a ellos la oportunidad de platicar y expresarse.

Acompáñelos. No tiene que estar junto a ellos las 24 horas del día ¡sería una carga pesadísima para ellos y para usted! Lo que sí puede hacer es dedicarles un tiempo especial, en la medida que sus rutinas y ocupaciones se lo permitan; en mi caso yo aprovecho 2 momentos al día, uno es el camino hacia la escuela por las mañanas y el otro es en los momentos previos a dormir, por las noches. Me gusta repasar con ellos lo que les gusta y no les gusta de su día al empezar y al terminar. ¿Quiere que sus hijos sepan que sí los quiere? Dedíqueles 5 minutos exclusivos, por separado o juntos, haciéndoles saber que ése es su tiempo. Después retomará sus quehaceres y su tiempo, hasta con más entusiasmo.

Conozca sus modelos. No importa qué edad tengan: niños, adolescentes o jóvenes, los hijos sanos siempre tienen un modelo, y si pueden hablar de él sin sentirse juzgados ni criticados por usted, llegará a conocer mucho más acerca de las aspiraciones y deseos de sus hijos de lo que ellos mismos quisieran platicarle. ¿Quiere que sus hijos estén seguros de lo que quieren? Respete a los personajes que admiran, anímelos a presentárselos sin hacer burla o sarcasmo de aquello que les gusta, y podrá descubrir sus sueños más profundos.

Sea constante. Sea firme con amor para despertar en ellos el hábito de la disciplina sin culpas ni remordimientos, recuerde que los padres constantes usan al mismo tiempo los dos ingredientes, pues tanto la firmeza como el amor, por sí solos, resultan insuficientes: Una provoca miedo y resentimiento y el otro propicia la falta de disciplina y de respeto.

Exprese lo que siente. Abrace, bese, ría, grite, llore… ¿Quiere que sus hijos sean honestos con ellos mismos? Póngales el ejemplo.

"Al amado no se le alecciona, se le observa, no se le transforma, se le ve crecer y no se le conduce, se le acompaña."
Valerie Tasso



¿Cree que estas actitudes le servirán para hacer crecer en ayuda la relación con sus hijos? 

Si responde que sí, le propongo llevar estos mismos consejos y aplicar estas mismas actitudes con sus amigos y familiares más queridos. Se dará cuenta que el nivel de sus relaciones subirá como la espuma y la honestidad irá ganando lugar de una manera respetuosa y constante. 

Confíe en usted, no importa que no haya crecido en la ayuda... Y por cierto: Tenga presente también este último consejo, de otra manera nunca podrá ser 100% ayuda para el crecimiento de otros:


Hasta luego.

lunes, 12 de agosto de 2013

Modelos y creencias

"No trates de vivir para siempre: Morirás en el intento."
hemebe



Esta semana tuve la suerte de participar, por parte del INEGI, en un curso de "Desarrollo de habilidades organizacionales" que impartió un señor llamado José Antonio González, quien ha dirigido diversos proyectos escolares, académicos, formativos y humanistas, como la Universidad la Concordia, la Universidad Tecnológica y una empresa llamada "Innova". En esta experiencia confirmé muchas de las cosas que creía saber y que fui aprendiendo en libros como "Usted puede sanar su vida", "La enfermedad como camino" o "El mensaje curativo del alma" y que, a pesar de verse confirmados, resurgen como una novedad a la luz de nuevas sensaciones físicas y emocionales en mi persona. Soy el mismo y he cambiado.

En este curso el señor González recorrió una buena cantidad de conceptos que vale la pena retomar, pero hoy solamente voy a abordar 2 por  cuestiones de tiempo y espacio: Los modelos y las creencias, y aquí voy:

Todos los seres humanos actuamos y convivimos en este mundo de acuerdo a lo que creemos, y no de acuerdo a la realidad: si usted cree que es fea, gorda y que siempre le va a salir todo mal, nunca se dará cuenta de su propia belleza o atractivo, de su estado de salud ni podrá valorar ningún logro, pues una vez que lo alcance perderá todo su valor pensando cosas como "cualquiera lo hubiera hecho".




El sistema de creencias autodestructivas, criticado por los más afamados motivadores y autores de libros de autosuperación, es más común de lo que se cree. Sin temor a exagerar, estas creencias podrían estar en la base de nuestra sociedad. Tratamos de disfrazar las creencias de "yo valgo poco" o "yo no sirvo" (cuestiones de autoestima) con cosas materiales (cuestiones monetarias) y de esa manera encontramos estándares fáciles de identificar para medir nuestro éxito o nuestra normalidad al compararnos con los demás: ¿qué carro tiene? ¿dónde vive? ¿cómo es su casa? ¿ya tiene tele plana de pantalla grandota? ¿tiene novio o novia tipo modelo? ¿qué más tiene? ¿qué más tiene? ¿qué más tiene?

Conocí la canción "Satisfaga sus deseos" siendo adolescente y sigo estando de acuerdo con su contenido, ahora sé que Roberto González hablaba de algo más profundo de lo que yo entendía.


Estas creencias promueven el miedo y la vergüenza a no ser igual a los demás. Y estas creencias se refuerzan en casi todo el contexto en el que nos movemos... Basta poner atención a la letra de las canciones "románticas" que escuchamos o a las telenovelas tan disfrutadas y seguidas por todo tipo de televidentes.

En toda la naturaleza existen formaciones que se repiten a sí mismas creando estructuras más amplias, relacionadas entre sí por esa similitud. Nosotros mismos estamos hechos de un número gigantesco de estructuras repetidas en nuestras células y órganos. Cuando vemos por separado estas estructuras parecen dibujos fantásticos o grandes formaciones. Si se unen varios fractales, sí logran formar cuerpos mayores.


En las estructuras sociales ocurre algo muy parecido, pero en lugar de fractales tomamos un modelo a seguir. Cada familia está convencida de que su modelo de familia es el mejor, el más funcional o correcto y por lo mismo lo va reproduciendo en cada nueva generación. Sus creencias pasan de hijos a nietos y a bisnietos con la misma convicción y más o menos con las mismas características. la forma de manifestar este modelo es en las creencias de "mi" familia y hasta la fecha sigue funcionando igual: estamos "nosotros", los que somos iguales porque creemos en lo mismo (ojo: si en una familia alguien no cree en lo mismo que los demás, es tan discriminado como sin tuviera un apellido distinto). Si creemos en lo mismo seguimos reproduciendo el mismo sistema de creencias y dándonos el mismo alimento para crecer, el mismo tipo de explicaciones para entender el mundo.
Este modelo debe cambiar. Disfrazado con la apariencia de ser parte de una bonita tradición, muy mexicana, en el modelo de vivir en la competencia por las satisfacciones materiales vamos ayudando a crecer los sentimientos de vergüenza y de miedo, pero no nos damos cuenta de eso, simplemente seguimos pensando que un día tendremos un carro más fregón que el del vecino o nuestra casa será más admirada, y pensamos que eso es lo normal y que es el centro de nuestras crisis existenciales. Sin embargo, estas "preocupaciones" se convierten en la única máscara  que podemos ver de nuestros problemas y creemos que es la real. Y como actuamos de acuerdo a lo que creemos y no de acuerdo a la realidad, seguimos en el círculo vicioso.

Este modelo debe cambiar. Alguien de la misma familia toma de pronto la decisión de hacer algo en contra de ese culto al fracaso, a la depresión, a la angustia, y rompe la "tradición familiar", Ese alguien es odiado y rechazado, se exhibe como el ejemplo de lo peor que puede pasar cuando no se apegan a las creencias familiares, pero ese alguien acaba de sembrar una semilla distinta en el árbol genealógico, en el seno de la familia.




¿Podemos cambiar las creencias personales, adquiridas al interior de nuestra familia de origen? Sí, sí podemos, es difícil y duele, por eso son pocos los que se atreven a adoptar creencias distintas a las el núcleo familiar, y aún así es posible.

Siempre vamos a creer en algo, también vamos a necesitar un modelo a seguir, pero ese modelo puede y debe evolucionar para ayudar a los miembros de la familia a vivir mejor en su contexto actual. En nuestra sociedad es muy fácil volver casi sagrados a los parientes más antiguos, así que la imagen del abuelo o bisabuelo ( o bisabuela, para el caso es lo mismo) y lo que dijeron en su tiempo son verdades absolutas. Por si fuera poco, todo lo que nos dejaron viene de nuestros antepasados más queridos (que nadie de nuestra generación conoció) y ya se murieron, así que su palabra se debe respetar, ¡cómo no!




Generalmente necesitamos seguir un modelo para nuestra vida durante la adolescencia, sin embargo seguimos un modelo desde nuestra infancia hasta nuestra edad adulta sin darnos cuenta, sin ser conscientes de ello. A veces hasta podemos burlarnos de las tradiciones familiares sin darnos cuenta de que somos parte de ellas, que internamente nos sentimos orgullosos de formar parte de esa familia en especial.

Y también generalmente, esa familia está tan influenciada por los medios masivos que muchas de sus creencias particulares han sido adaptadas de esa realidad difusa, que ya no se sabe si es externa o interna, pero que hace coincidir a muchísimos mexicanos en sus ilusiones, metas y deseos.




Seguir una ruta distinta en el plano emocional y hasta espiritual, ayudará a definir el nuevo modelo que habrá de guiar a las nuevas generaciones hasta que aparezca otro alguien decidido a definir su propia ruta. El camino actual se define por la cantidad de bienes que se pueden comprar y presumir. El nuevo camino debería dirigir a las personas hacia el agradecimiento con la vida, la fé y la espiritualidad. Esa es una opción diferente a los modelos actuales. Y no es sencillo, cuando decidas romper con un modelo anterior (o interior, porque los vivimos como la base de nuestras creencias), pon atención a cada "pero" que pones: ahí está nuestro modelo resistiéndose y tratando de demostrarnos que es más seguro seguir tal como estamos viviendo actualmente.




Hasta luego.

domingo, 11 de agosto de 2013

Los órdenes de la ayuda (5 de 5)

"¿Humillarse uno para herir su soberbia?"
Friedrich Nietzsche


El proceso de ayudar requiere desinterés e igualdad. Requiere vencer a la soberbia de pensar que el que recibe la ayuda es inferior al que la da. Si juzgamos débiles o incapaces a quienes necesitan ayuda, no seremos auténticos ayudadores, sino personas interesadas en satisfacer su propia necesidad de "sentir que son buenas", de saber que "son útiles".

Solamente dejando de juzgar a los demás y viéndolos como iguales seremos capaces de ayudarnos mutuamente, pues el proceso y el arte de ayudar no ocurre en un solo sentido: se ayuda de ida y de regreso.

Cuando estamos en plenitud somos capaces de pedir y recibir la ayuda sin juzgar y también de darla y de escuchar al que la pide. Cuando estamos en plenitud nos damos cuenta que todos somos iguales.


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Solo puede estar al servicio de la reconciliación, quien puede dar en su propia alma un lugar a aquello que es conflictivo para el paciente o de lo que se queja y lamenta. De esta manera el terapeuta se anticipa a lo que el paciente aún tiene que realizar.

El quinto orden de la ayuda sería entonces el amor hacia cada persona tal cual es, aún cuando sea muy distinta. De esta manera le abro mi corazón y le doy un lugar. Lo que se reconcilia dentro de mi corazón, también puede reconciliarse en el sistema del paciente.


El desorden sería la indiferencia y el juicio sobre otros. El que verdaderamente ayuda, no juzga.
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"Hay quienes se consideran perfectos, pero es solo porque se exigen menos de sí mismos."
Hermann Hesse


Aquí quedan estos 5 órdenes, en lo personal me ha sido muy útil conocerlos y tratar de aplicarlos, sigo conociendo más acerca del trabajo de Bert Hellinger para incorporarlo a mi propio trabajo y, por lo pronto, dejo aquí a disposición de quien quiera tomarlos estos principios suyos.

Hasta luego.