sábado, 29 de septiembre de 2012

Comunicación: Volver a lo básico

"Siempre hay oportunidad para cambiar, porque siempre hay oportunidad para aprender"
Virgina Satir

Es frecuente escuchar hablar acerca de la buena comunicación y de sus efectos positivos. Y es muy recurrente encontrar y reencontrar errores o mitos de la comunicación, que se aceptan como verdades. Si bien no es el único, sí es el puente más utilizado para acercarnos a los demás y, una vez que se ha afianzado el lazo afectivo que une a dos o más personas, también es un excelente vehículo para mantener acuerdos y arreglar desacuerdos. Siendo una herramienta tan poderosa, también hay ciertos peligros si la comunicación no se utiliza bien.

El mayor mito es que la comunicación es "hablar bien", y que hablando bien no tendremos problemas en nuestras relaciones. Si bien es cierto que la comunicación verbal implica tener la capacidad de ordenar las ideas antes de externarlas, y saber de antemano lo que se desea expresar para poderse adaptar en el curso de la comunicación, estos elementos no son la comunicación en su totalidad. Se requiere incorporar otros, también muy conocidos pero rara vez utilizados en combinación, al menos de manera consciente.

Escuchar. ¡Sí! Todos tenemos algo que decir, nos interesa ser escuchados, entendidos y comprendidos. Entonces es lógico suponer que también esa persona que está tratando de comunicarse conmigo también necesita expresar algo y no está conmigo solamente para escucharme y entenderme a mi... ¿o sí? Todos tenemos algo que escuchar. Sentirse escuchado y atendido es una experiencia muy gratificante para cualquier persona.

Lenguaje no verbal. Es la parte más sincera y más traicionera de nuestro ser, aunque tratamos de disimular algunas reacciones emocionales, siempre hay algún rasgo en nuestro cuerpo, nuestra cara, nuestro tono de voz, nuestra mirada o hasta en un simple cambio de ritmo en la conversación, que delatará la existencia de una alteración, un sentimiento inesperado o un miedo escondido que de repente se asoma cuando lo llama una frase o una palabra en la conversación que estamos sosteniendo. Como es inevitable que esto suceda, lo mejor es aprender a ser amigos de nuestro cuerpo y hacerle caso nosotros mismos, antes de que lo haga nuestro interlocutor. Como dice arriba, es nuestra parte más sincera, aunque a veces no nos damos la oportunidad de verla.


El contexto. El ideal de mantener siempre el mismo estilo de comunicación ante cualquier situación, persona o circunstancia, no deja de ser solamente un ideal o una exigencia, que puede convertirse en una limitación para expresarnos como somos. Si nos encontramos en la familia, en la escuela, en el trabajo, con los amigos, en el templo, en una terminal de autobuses, en una entrevista importante, en el teatro, de compras o en cualquier otro lugar, habrá ciertas pautas sociales que dirigen el estilo particular de externar lo que pensamos y sentimos, sin que eso implique dejar de ser nosotros mismos: lo que es cursi en una situación será muy efectivo en otra. En realidad la necesidad de actuar de manera distinta en diferentes contextos, sin dejar de lado nuestra personalidas esencial, es la mejor oportunidad para aprender nuevas formas de reaccionar, de escuchar y de expresarnos, es decir, de crecer interiormente y aumentar nuestras opciones de respuesta. Recordemos que una persona sana emocionalmente es la que percibe y aprovecha la diversidad de opciones que hay en su contexto, y una persona con rasgos neuróticos es la que no puede ver otras opciones por muy obvias que sean, debido al afán de ser "siempre la misma" o de ser "congruente" y no cambiar.

"Nos llamamos a cada rato, o nos enviamos mensajes". El nuevo truco de enviar un mensaje que sigue siendo impersonal y distante aunque en su contenido lleve muchas palabras simpáticas y cariñosas: en la cultura actual de "satisfacción inmediata" (pura ilusión) están teniendo mucha aceptación estos trucos que yo llamo comprimidos o cápsulas comunicativas, aunque hay quienes creen que efectivamente están en contacto cercano con esta única opción. No la descarto, obviamente, pero estas cápsulas y comprimidos no pueden sustituir a la alimentación sana, que en este caso sería la comunicación persona a persona.

En el chat o el "féis" a todo dar, pero cuando nos vemos no hablamos. Un derivado del punto anterior, ya que en la comunicación escrita disminuye bastante el riesgo de una discusión (en el último de los casos nos salimos de la conversación y ya) se está observando cada vez con mayor frecuencia que algunas personas, aunque se vean y tengan oportunidad de hablar, hacen como que se comunican, a veces incluso con apego a la más perfecta diplomacia y las reglas de urbanidad, pero no se dicen nada relevante. Después, en la "intimidad" de la compu o el celular estarán enviando mensajes y respondiendo animadamente a las preguntas de esa persona que no se atrevieron a enfrentar cara a cara cuando hubo oportunidad. Esta es una nueva categoría de "máscaras" para esconder nuestros sentimientos y no exponerlos, además nos permite justificarnos, pues estamos comunicando lo que pensamos, por si fuera poco es seductora y hasta adictiva, despierta en mucha gente sus deseos de trascender dejando algo escrito, cualquier cosa, pero aleja a las personas reales creando una distancia entre ellas que solamente puede llenar el contacto humano, en vivo. El mundo virtual no es real, debería ser un reflejo de lo que hacemos en el mundo físico donde nos desenvolvemos y no una nube donde nos subimos a soñar que todo funciona bien sin esforzarnos por afrontar los problemas.

No nos vemos, hablamos de cuarto a cuarto. A gritos y sin hacer caso de todo el lenguaje no verbal que involucra esto. Obviamente elevar tanto la voz y colocarse a tanta distancia los dos interlocutores ya está diciendo que hay algo por arreglar en esa relación, pero quienes escogen este tipo de "comunicación" hacen como que esto es normal para justificar la distancia en su relación y para no comprometerse a compartir su intimidad.

¿Problemas de comunicación? Pues sí, en todas las relaciones habrá algunos problemas y dificultades, como decía anteriormente, es la forma de aprender nuevas opciones de responder, de escuchar y de expresarme. De entenderme para enseguida hacerme entender. Cada individuo viene con su propio "código casero" de comunicación, en cada casa o familia se han desarrollado hábitos de comunicación que se quedaron grabados en la mente de todos sus miembros, al grado de que salimos de casa pensando que "yo soy así" y como es algo natural en mi, no lo voy a cambiar, sin embargo, cuando nos aferramos a un estilo rígido de comunicación nos causamos mayores problemas, podemos terminar aislados, enojarnos sin saber la razón y nos dañamos emocionalmente y también a las personas que queremos.

Por eso es importante saber y tener presente que en cualquier momento de la vida podemos aprender a relacionarnos de manera diferente: algunas formas de comunicación que nos son útiles en un momento o contexto determinado, no funcionarán en otros.

Cuando la comunicación no funciona, la sustituímos con actitudes que también aprendimos en casa y con gentes importantes durante nuestro desarrollo. Virginia Satir describe acertadamente estas conductas o estilos de comunicación, que llevadas a un extremo son la base de la manipulación y el chantaje en las relaciones humanas: Ignorar, exagerar, culpar, alabar, cuestionar, aconsejar, tomar a broma, ordenar, asentir, quejarse, entre otras.

Aprender a comunicarse es una tarea que va de la mano con el crecimiento personal, por lo tanto también es tarea para toda la vida: Hablar, escuchar, hacer contacto, entender, acompañar.

¿Y cómo voy a saber si mi estilo de comunicación funciona? Nuevamente depende del contexto, pero una pista para saberlo la encontramos en nuestra sensación interior: La comunicación asertiva lleva una alta dosis de empatía, que nos permite sentirnos acompañados y ser parte de algo más que nuestro propio ser.

Hasta luego.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Charlando en la TV de Aguascalientes

Me invitaron a participar en un programa de la tele local, aquí en Aguascalientes, y ese honor me hizo sentir mucho gusto, así que acepté la propuesta y este lunes 24 de septiembre aparecí por primera vez durante 9 minutos aproximadamente en el programa "Prende tu día", que es un espacio de entretenimiento dirigido al público que radica en esta ciudad, donde me han dado la oportunidad de abordar los temas de la pareja y la sexualidad.

En esta primera ocasión comenté acerca de las etapas por las que pasa una pareja, o más bien las etapas que vive una pareja, pues en realidad no pasan sino que van formando una unidad, de acuerdo al principio psicosocial de "sumar y no restar", es decir, cada etapa se va integrando a la siguiente cuando es asimilada, sin ser eliminada o sustituida. Alguna vez escribí algo sobre estas etapas: http://hemebe-psicoterapia-ags.blogspot.mx/2011/05/una-pareja-intenta-rescatarse.html.

En la siguiente emisión trataré de describir las 5 señales que nos permiten identificar cuando una pareja se está deteriorando: cuando aparece esa sensación de que ya no hay comunicación ni entendimiento, cuando preferimos estar solos, cuando cualquier discusión se convierte en un pleito o coraje monumental, cuando disminuye el contacto físico y cuando desaparece el respeto.

En fin, me siento muy afortunado de contar con este espacio de expresión y afrontar este reto personal para mantener viva la comunicación, es un tiempo reducido y eso me obliga a ser más preciso y organizar bien mis ideas para transmitir el mensaje con la mayor claridad posible...

El programa "Prende tu día" se transmite por el canal 11 de Telecable de lunes a viernes a las 9:30 de la mañana, se repite a las 16:30 horas y dura 2 horas y media, por lo pronto mi intervención será los lunes dentro de ese horario, ojalá puedan observar estas charlas de enfoque psicológico, les agradecería sus comentarios y retroalimentación.

Hasta luego.

lunes, 24 de septiembre de 2012

La expresión de la sexualidad

En este escrito está presente la influencia de las obras de Juan Luis Álvarez-Gayou, fundador del instituto Mexicano de Sexología, A.C., y de mi maestro Javier Castañeda, quien me presentó los libros de Álvarez-Gayou y además se esforzó bastante para enseñarme a respetar las diferencias personales y a creer en mi libertad personal. Espero un día terminar de aprender.

"El sexo es lo más divertido que se puede hacer sin reír."
Woody Allen.

La sexualidad es una característica inherente a todos los seres vivos, sin embargo solamente el ser humano ha sido capaz de utilizarla para causar polémicas, uniones y conflictos. Desde que tenemos un registro histórico de la humanidad, hay evidencias de la fuerte influencia de la sexualidad en las expresiones plasmadas en pinturas, vasijas, herramientas, grabados y, un poco después (algunos cientos de miles de años) también en escritos. Al establecerse el arte como tal tuvimos la posibilidad de conocer los dramas pasionales, las experiencias eróticas y en general una serie de historias a veces reales, a veces ficticias y a veces combinadas, en las que se aprecia la presencia latente o activa de componentes sexuales en distintos niveles de manifestación.

Varias culturas ancestrales, de hecho la mayoría de ellas, le dieron a la sexualidad su lugar como parte natural de la personalidad y las relaciones, sin tabúes ni exageraciones y sin reducirla al coito o a los genitales como nos hemos acostumbrado a considerarla en nuestros días. ¿Qué pasó con la sexualidad? ¿En qué momento se volvió algo prohibitivo o incluso malo? Parece que, al estar tan estrechamente ligada con la expresión más honesta de nuestra personalidad y orientada al placer y la creatividad, comenzó a ser utilizada como mecanismo de control en cuanto los grupos humanos pasaron a "civilizarse", sobre todo en las culturas occidentales (Europa y la América conquistada por europeos... Esta civilización europea también se exportó a África por la misma vía de la conquista).
A pesar de ser un elemento tan apasionante, no hubo estudios consistentes sobre la sexualidad sino hasta finales del siglo XIX, cuando ya se habían arraigado muchos mitos a su alrededor, y la mayoría de ellos se tomaban como verdades. Entonces dio inicio el estudio serio y continuado de la sexualidad humana:

En el principio fue Freud, según sus teorías y siendo fiel a la cultura y las creencias del pensamiento occidental, el sexo "normal" era solamente el que se orientaba al coito y se realizaba entre una pareja formada por un hombre y una mujer. Cualquier otra manifestación de la sexualidad caía en el terreno de las perversiones o depravaciones y era considerada social y clínicamente incorrecta o anormal.

¿Cuáles son esas otras manifestaciones de la sexualidad? Existen tantas como la imaginación permita expresarlas, ya que al ser parte inherente de la personalidad, se combinan con todo nuestro ser para hacerse notar, lo queramos o no. De cualquier manera, un grupo de estudiosos se dio a la tarea de acompañar a Freud e ir complementando sus trabajos sobre este tema, de manera que se le fueron dando nombres a aquellas conductas que se descubrieron con mayor frecuencia, o que escandalizaban más a la gente más conservadora en cada tiempo. Aquí van unos ejemplos de estas etiquetas:
Homosexualidad (gays, lesbianas, jotos y cualquier otro nombre que, en sentido ofensivo, se les ha asignado) es el genérico que se utiliza para señalar a cualquier persona que siente atracción manifiesta, en mayor o menor grado, por personas de su mismo sexo.

Onanista, a persona que se autocomplace sexualmente por medio de la masturbación.

Voyeurista, bajo este concepto se agrupan las personas que disfrutan observando al objeto de su deseo sexual. En el mundo de las mal llamadas "perversiones sexuales", éste fenómeno ha sido muy explotado, pues al parecer somos bastantes los que disfrutamos dedicando nuestro sentido de la vista a disfrutar la belleza del cuerpo humano, exprese o no erotismo, y los publicistas y productores de películas y programas han sabido aprovechar esto.

Gerontofílico, se le dice a quien disfruta más estando con personas mayores que con las de su generación.

Pedofílico, es el polo opuesto de la gerontofilia, cuando una persona se siente más a gusto estando con niños que con adultos.

Y así podemos hacer una lista casi interminable, pues si nos detenemos a pensar nos daremos cuenta que hay muchas situaciones que buscamos o provocamos porque nos provocan placer... ¿qué grado de zoofilia hay en las personas que tienen mascotas y que aman y protegen a los animales? ¿Si alguien siente placer al escuchar la voz de la persona amada, ya es otofílico u otofílica? ¿Y si guardo una prenda de mi amada como recuerdo, ya soy fetichista? O si me gusta su olor, o el olor del perfume que utiliza, ¿me convertí en odofílico? Según la teoría más antigua de la sexualidad, sí.
Recordemos que en esa teoría la sexualidad solamente tiene como finalidad el coito entre parejas de distintos sexos, ya sea como placer en sí mismo o con fines de procreación.

Pero la investigación en los terrenos de la sexualidad no se ha detenido, y gracias a eso surgieron investigadores más arriesgados que, más allá de teorías, creencias, valores sociales y especulaciones, se atrevieron a realizar sondeos y experimentos con gente real, encontrando que las formas que tienen las personas, las parejas y los grupos de personas para expresar su sexualidad no están para nada reducidas al concepto freudiano o al religioso.

En este punto del relato ya no es el principio, será algo así como el renacimiento en la historia de la sexualidad, cuando aparecen autores como Masters y Johnson (los más famosos, por eso los recuerdo, je) y en sus estudios comienzan a "descubrir" que las personas expresamos nuestra sexualidad de maneras muy variadas, sin que esto nos convierta en depravados o degenerados. Aquí algunos de los resultados más valiosos obtenidos de estos estudios en las últimas décadas (en mi opinión, claro, seguramente estoy excluyendo otros logros igual o más importantes):
La sexualidad no se reduce al coito, a buscar el orgasmo, ni a los genitales. Ahora se acepta como un elemento que forma parte relevante de la personalidad, tan importante que nos permite definirnos en muchos aspectos.

Las caricias, el jugueteo romántico, las palabras y frases en voz baja, el admirar la imagen de otra persona, o admirar la imagen propia, el sentir atracción hacia otra persona de cualquier sexo, son expresiones libres de la sexualidad.

La sexualidad puede expresarse en términos eróticos y no eróticos. Esto implica la atracción y el gusto que sentimos al convivir con otras personas sin que estas deban ser, forzosamente, el objeto de nuestro deseo sexual. Podemos ser amigos, compañeros, familiares, incluso podemos ser desconocidos y sentirnos atraídos por una cara agradable o un gesto gracioso, expresiones de la sexualidad no erótica.

Podemos ser conscientes o no de nuestra sexualidad y expresarla sin que necesariamente estemos buscando seducir a alguien, simplemente como una forma más de expresión.

El lenguaje corporal, aquel donde las palabras importan menos que nuestra actitud, postura, tono de voz o movimientos, es donde nuestra sexualidad encuentra el medio más amplio para hacerse notar. Con la expresión de nuestra sexualidad va también la manifestación más sincera de nosotros mismos, pues nos mostramos como realmente somos, o al menos, como realmente nos percibimos.

Uno de los logros más importantes de todos estos estudios (siempre a mi criterio), es la tolerancia: Nos hemos dado cuenta de que somos diferentes y si aceptamos esas diferencias, o más bien si nos aceptamos con nuestras diferencias, enriquecemos nuestro mundo y el de los demás.
¿Entonces, ya todo es "normal"? ¿Todo se vale?

Bueno, en el breve repaso de logros en materia de sexualidad me olvidé de mencionar uno que, de manera radical, vino a romper con las teorías sexuales iniciales: No existe una conducta "normal" ni una conducta "anormal" en la expresión de la sexualidad. Lo que existe son ciertas reglas o criterios para identificar que la conducta que realiza una persona al expresar su sexualidad le está funcionando:

1. La persona que lleva a cabo una conducta cualquiera para expresar su sexualidad, no entra en conflicto consigo misma, es decir, se acepta y está emocionalmente estable consigo misma al llevar a cabo esa acción (los que saben de esto le llaman "egosintonía": actuar y pensar de acuerdo a uno mismo).

2. Si la conducta sexual involucra a dos o más personas, todas las que participan están de acuerdo en la manera en que se manifiesta su sexualidad y sienten algún grado de satisfacción. Es decir: Hay consentimiento mutuo y se respetan los acuerdos de la relación, seguimos hablando de una sana expresión de la sexualidad.

3. No se provocan daños a terceros: no se está obligando ni violentando a alguien para que haga algo que dará placer o satisfacción a otra persona. No se infringe ninguna ley ni se busca provocar daños o lesiones físicas, psicológicas o emocionales

Considerando todo lo anterior, lo único que falta tomar en cuenta es el contexto social en que se desenvuelve cada individuo, vivimos en culturas que esperan determinadas conductas y expresiones socialmente aceptadas, por eso lo que resulta aceptable a cierta hora y en cierto lugar, se convierte en un hecho reprobable cuando ocurre en otras circunstancias: No es lo mismo que una pareja se bese y se acaricie en la intimidad de su recámara o de un hotel, a ser descubiertos en su auto, a plena calle; tampoco resulta raro que los asistentes a un table dance observen a las bailarinas  o bailarines desnudos (exhibicionistas, les pondrían de etiqueta), según sea el caso, pero si descubren a un tipo espiando a la vecina, sí se considera algo indebido.

La libertad propia termina donde comienza la libertad del prójimo, esto aplica en todos los casos y no solamente con la expresión de la sexualidad. Así que, en el contexto adecuado y con quien lo conscienta y lo acepte, podemos expresarnos a plenitud.

Se aceptan comentarios, hasta luego.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Cuestionarios para la pareja 3

Éste es el tercer y último cuestionario que bajé del blog de los hermanos
http://alejandrayantoniogodoy.bligoo.cl/, un blog chileno interesante como ya les mencioné antes:



Otra forma de evaluar el estado de la relación de pareja y, eventualmente, enfrentar preventivamente la situación, es identificar las posibles señales iniciales de deterioro:

1) Cuando estoy con mi pareja, muchas veces quisiera estar en otro sitio.
2) Muchas veces siento que existe tensión entre nosotros.
3) Creo que mi pareja apenas conoce mis pensamientos.
4) Siento que deberíamos estar más cercanos en estos momentos.
5) Mi pareja ha deseado estar sola últimamente.
6) Hemos estado peleando más últimamente.
7) No siento que haya habido mucha diversión en nuestra vida últimamente.
8) Pequeños problemas tienden a entrar en una escalada.
9) Siento que hemos estado dañando nuestros sentimientos últimamente.
10) Siento que realmente deberíamos hablar.

Puntaje: más de dos afirmaciones podrían estar indicando la existencia de algunos problemas.

Hasta luego.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Cuestionarios para la pareja 2

Éste es otro test para la pareja, también tomado del blog de los hermanos Godoy, en este caso el cuestionario está diseñado para saber el nivel de aceptación de la pareja y cuánto conocemos de su mundo interior. Recuerden que el test por sí solo no es totalmente confiable, siempre es recomendable consultar cualquier duda con un especialista y sobre todo, no tomar como verdad absoluta el resultado o interpretación que resulte, aunque siempre es una excelente guía:

1. Puedo nombrar el mejor amigo de mi pareja.
2. Conozco cuáles son los momentos estresantes que mi pareja tiene que enfrentar.
3. Conozco los nombres de las personas que han irritado a mi pareja en el último tiempo.
4. Puedo nombrar algunos de los sueños que tiene mi pareja para su vida.
5. Estoy enterado de la filosofía de vida de mi pareja.
6. Puedo listar los parientes con quienes mi pareja tiene conflictos.
7. Siento que mi pareja me conoce muy bien.
8. Cuando estamos separados, recuerdo y pienso en mi pareja.
9. Normalmente le expreso mi cariño a mi pareja besando y acariciando.
10. Siento que mi pareja realmente me respeta.
11. Siento que hay pasión en nuestra relación.
12. Intentamos que algo de romance forme parte de nuestra relación.
13. Mi pareja aprecia las cosas que yo hago en la relación.
14. A mi pareja le gusta mi personalidad en general.
15. Nuestra vida sexual es mayoritariamente satisfactoria.
16. Al final del día a mi pareja le agrada verme.
17. Mi pareja es uno de mis mejores amigos.
18. Nos encanta conversar entre nosotros.
19. En las discusiones que tenemos, los dos tenemos influencia sobre el otro y damos nuestros argumentos.
20. Mi pareja me escucha respetuosamente, aunque no concuerde conmigo.
21. Mi pareja es una gran ayuda al momento de resolver problemas.
22. Generalmente concordamos en nuestros valores y metas en la vida.

Puntaje: sumar todas las respuestas afirmativas

15 o más: existe una gran fortaleza en la relación
8 a 14: pareciera que están pasando por un momento crucial. Hay muchas ventajas que pueden aprovechar, pero también existen deficiencias que requieren su atención.
7 o menos: la relación puede tener problemas serios. Sería altamente recomendable que trataran de solucionar los conflictos.

Cuestionarios para la pareja 1

 "No vemos las cosas cómo son, sino cómo nosotros somos."

Esta frase es de un escritor cuyo nombre ahorita no recuerdo, pero me viene a la mente ahora que toco el tema de los test y los cuestionarios de evaluación, instrumentos que nos ayudan a ver las cosas, en este caso nuestra propia situación como pareja, un poco más como "es" y no como como "yo soy". Les comparto esto:

Ayer conocí el blog “Hablemos de pareja y sexualidad”, un proyecto de dos hermanos chilenos que se han dedicado a trabajar e investigar en estos campos y que al parecer tienen bastante tiempo y camino recorrido. Les recomiendo visitarlo, tiene varias cosas interesantes, incluyendo una sección de preguntas y respuestas que hacen a esta página muy interactiva, aunque en lo personal no estoy 100% convencido de la “atención psicológica remota”, pero reconozco que es una forma muy efectiva de permitirle a las personas ordenar sus ideas (por el simple esfuerzo de pensar en cómo escribirlas), ayudarles a priorizar entre las situaciones que están viviendo y de buscar un mayor entendimiento entre todos los que exponen sus problemas y dificultades.

En fin, el blog ofrece mucho más que la consulta en línea, tiene buenos tips y artículos sobre la pareja, la sexualidad y sus derivados como la comunicación, las relaciones y las emociones, además los hermanos Godoy trabajan el Eneagrama y realizan diagnósticos y perfiles de personalidad usándolo como base; la ruta para quien quiera visitarlo es


De ese blog tomé 3 cuestionarios que me parecen útiles para valorar la relación de pareja, y los reproduzco enseguida, aclarando que también el texto que está entre comillas me lo fusilé del mismo sitio de Alejandra y Antonio Godoy:

John Gottman (1942), Profesor Emérito de Psicología, director del Laboratorio de Investigación de la Familia de la Universidad de Washington es reconocido como experto mundial en estabilidad marital. Gracias a sus años de experiencia analizando el ecosistema matrimonial, Gottman ha logrado tal precisión que, sostiene, puede predecir con una exactitud del 94% cuáles parejas recién casadas terminarán separándose en los próximos tres a seis años.
              
Entre los instrumentos de estudio que utiliza se encuentran ciertos cuestionarios cuyo objetivo es evaluar determinados aspectos del funcionamiento de la pareja. Los profesionales los consideran como una primera aproximación que, a grosso modo, iluminan aquellas áreas de la relación que ameritan una mayor profundización.

Dichos cuestionarios han sido difundidos como autotest para el público en general en distintos medios de comunicación. Los puntajes obtenidos, que supuestamente serían indicativos del estado de la relación, son muy cuestionables y pueden prestarse para malosentendidos, especialmente si no se cuenta con un especialista a quien recurrir para aclarar las dudas que puedan surgir.

En primer lugar, cabe recalcar que los resultados que se obtienen no son, en absoluto, indicadores fehacientes de la calidad de la relación, sino que solamente corresponden a la percepción subjetiva de uno de los miembros de la pareja y, usualmente, estarían midiendo cómo esa persona evalúa su relación en este momento en particular.

En segundo lugar, quisiera advertir que, a los cuestionarios que se presentan a continuación, les hice algunas pequeñas modificaciones de redacción y de graduación:

Teniendo en cuenta pues todo lo subjetivo que puede ser el manejo de estos test, y apreciando al mismo tiempo su valor como guías y reflejo del estado de la relación de pareja en un momento específico, viene enseguida el primero de ellos, orientado a definir el nivel de conocimiento y confianza que hay en la pareja:

1) Conozco las más importantes aspiraciones y esperanzas vitales de mi pareja.
2) Conozco las principales preocupaciones actuales de mi pareja.
3) Conozco los tres momentos más importantes de la vida de mi pareja.
4) Puedo fácilmente señalar los 3 aspectos que más admiro en mi pareja.
5) Procuro tener tiempo libre para disfrutarlo con mi pareja.
6) Nuestras relaciones sexuales son generalmente satisfactorias.
7) Mi pareja es una de mis mejores amistades.
8) Mi pareja me confiesa cuando ha tenido un mal día.
9) Normalmente beso y acaricio con afecto a mi pareja.
10) Estoy verdaderamente interesado/a en las opiniones de mi pareja.
11) Aprendo mucho de mi pareja, incluso en las cosas en que no estamos de acuerdo.
12) Siento que lo que digo es importante para mi pareja cuando tomamos decisiones.
13) Soy capaz de admitir que me he equivocado.
14) Incluso cuando estamos en desacuerdo puedo mantener el sentido del humor.
15) Mi pareja es capaz de calmarme cuando estoy enfadado/a.
16) Siento que mi pareja y yo hacemos un buen equipo.
17) Cuando discutimos, ganar no es el objetivo para ninguno de los dos.
18) Acepto que hay cosas que nunca resolveremos.
19) Compartimos valores similares en cuanto a los roles de cada uno.
20) Siente que ambos tenemos y compartimos muchos recuerdos agradables.

Puntaje: sumar todas las respuestas afirmativas

13 o más: es altamente probable que la relación va a ser estable en el tiempo
7 a 12: pareciera que están pasando por un momento crucial y sería conveniente que ambos reflexionaran qué podrían hacer para facilitar que la relación permanezca en el tiempo.
6 o menos: el riesgo de separación parece alto y sería recomendable que conversaran seriamente

sábado, 1 de septiembre de 2012

Lo que es, es y lo que no, pues no

Las dificultades para vivir en el presente se nos aparecen constantemente y les hacemos mucho más caso que al presente mismo. Es más fácil empezar a recordar hechos y acontecimientos, a veces importante y otras veces insignificantes, pero que casi siempre nos llevan a pensar que ya sabemos "cómo deberían haber sido las cosas" y "qué debió haber hecho tal o cual persona", incluso hay veces en que repasamos todo lo que pudimos haber hecho nosotros mismos.

Pero no siempre es así, a veces le hacemos más caso a todo aquello que seguramente pasará después de que hayamos terminado tal o cual propósito o proyecto que ya tenemos empezado, o cuando hagamos la actividad que tenemos pendiente. Entonces nos enfrascamos tanto en el futuro que terminamos pensando de una manera muy parecida, curiosamente, porque ya sabremos "qué va a pasar", "qué me van a decir los demás", "a quienes no les va a gustar lo que hice" y "cómo me van a juzgar", entre otras cosas.

En ambos casos el resultado es el mismo: Me alejé de mi realidad, de lo que está ocurriendo en este momento, y me dediqué a ponerle atención a lo que creo que piensan los demás, en base a mi historia personal o a juicios muy duros que hago de mi propia persona o de los demás.

Alejarnos del presente y dejar de aceptar a las personas y las cosas tal y como son es el mejor camino para llevar una vida difícil. Es encerrarnos en la ilusión de que nuestra propia imagen de uno mismo, del mundo y de las personas es la única correcta, cerrándole la puerta a miles de opiniones y acciones valiosas solamente porque están fuera de nuestra personalidad.

Hay una mujer que elaboró un programa dedicado a enseñar a la gente a aprender cómo centrarse en el presente y atender en el momento la realidad que la vida nos va poniendo enfrfente a cada momento. Se llama Byron Katie, promociona firmemente su programa  y tiene una página de Internet donde desarrolla esta propuesta. Yo no conozco a fondo su trabajo, no he seguido su programa y desconfío un poco de las recetas que prometen solucionar por igual los problemas de cualquier tipo de personas, pero lo que he conocido me parece interesante y decidí compartirlo aquí, porque puede ser una herramienta útil para adaptarla a nuestra vida.

Lo que van a leer enseguida es un extracto de su libro "Amar lo que es", tomado del portal www.thework.com/espanol y contiene varias ideas valiosas para tener en cuenta, creo que nos pueden ayudar a valorar nuestra relación con nosotros mismos y con los demás y a rescatar nuestro estar en el presente aceptando este mundo tal como es. Aquí va:

"Únicamente sufrimos cuando creemos un pensamiento que no está de acuerdo con lo que es. Cuando la mente está perfectamente clara, lo que es, es lo que queremos.
Querer que la realidad sea diferente de lo que es, es igual que intentar enseñar a ladrar a un gato. Puedes intentarlo una y otra vez y al final, el gato te mirará y volverá a decir: «Miau». Desear que la realidad sea diferente de lo que es, es desesperante.
Y aun así, si prestas atención, advertirás que tienes pensamientos de este tipo docenas de veces al día: «La gente debería ser más amable», «Los niños deberían portarse bien», «Mi mujer (o mi marido) debería estar de acuerdo conmigo», «Yo debería estar más delgada (o ser más guapa o tener más éxito)». Estos pensamientos son formas de querer que la realidad sea diferente de lo que es. Si te parece que esto suena deprimente, estás en lo cierto. Todo el estrés que sentimos se origina en nuestras discusiones con lo que es.
Las personas aún no familiarizadas con El Trabajo me dicen a menudo: «Pero si renunciase a mi discusión con la realidad, perdería parte de mi poder. Si sencillamente acepto la realidad, seré pasiva. Quizás incluso pierda el deseo de actuar». Yo les contesto con una pregunta: « ¿Puedes saber que eso es verdad con absoluta certeza?» ¿Qué es más poderoso?: «Ojalá no hubiese perdido mi trabajo» o «Perdí mi trabajo; ¿qué puedo hacer ahora?»
El Trabajo revela que lo que piensas que no debería haber sucedido, sí debería haber sucedido. Debería haber sucedido porque así fue y ningún pensamiento en el mundo puede cambiarlo. Eso no quiere decir que lo justifiques ni que lo apruebes.
Sólo significa que eres capaz de ver las cosas sin resistencia y sin la confusión de tu lucha interior. Nadie quiere que sus hijos enfermen, nadie quiere ser víctima de un accidente de coche; pero cuando estas cosas ocurren, ¿de qué forma podría ayudar discutir mentalmente con ellas? Sabemos que no tiene sentido, y sin embargo, lo hacemos porque no sabemos cómo dejar de hacerlo.
Soy una amante de lo que es, no porque sea una persona espiritual, sino porque me duele cuando discuto con la realidad. Podemos saber que la realidad está bien tal como es porque cuando discutimos con ella sentimos tensión y frustración. No nos sentimos naturales ni equilibrados. Cuando dejamos de oponernos a la realidad, la acción se convierte en algo sencillo, fluido, amable y seguro.
Ocúpate de tus propios asuntos
Sólo puedo encontrar tres tipos de asuntos en el universo: los míos, los tuyos y los de Dios. (Para mí, la palabra Dios significa «realidad». La realidad es Dios porque rige. Todo lo que escapa a mi control, al tuyo y al de cualquier otra persona es lo que yo denomino «los asuntos de Dios».)
Buena parte de nuestro estrés proviene de vivir mentalmente fuera de nuestros propios asuntos. Cuando pienso: «Necesitas encontrar un trabajo, quiero que seas feliz, deberías ser puntual, necesitas cuidar mejor de ti mismo», me estoy inmiscuyendo en tus asuntos. Cuando me preocupo por los terremotos, las inundaciones, la guerra o la fecha de mi muerte, estoy en los asuntos de Dios. Si mentalmente estoy metida en tus asuntos o en los de Dios, el efecto es la separación. Fui consciente de esto al principio, en 1986. Cuando, por ejemplo, me inmiscuía mentalmente en los asuntos de mi madre con pensamientos del tipo: «Mi madre debería comprenderme», experimentaba de inmediato un sentimiento de soledad. Y comprendí que siempre que me había sentido herida o sola, había estado inmiscuida en los asuntos de otra persona.
Si tú estás viviendo tu vida y yo estoy viviendo mentalmente tu vida, ¿quién está aquí viviendo la mía? Los dos estamos allá. Ocuparme mentalmente de tus asuntos me impide estar presente en los míos. Me separo de mí misma y me pregunto por qué razón mi vida no funciona.
Pensar que yo sé lo que es mejor para los demás es estar fuera de mis asuntos.
Incluso en nombre del amor, es pura arrogancia y el resultado es la tensión, la ansiedad y el miedo. ¿Sé lo que es adecuado para mí? Ese es mi único asunto.
Permíteme trabajar en eso antes de tratar de resolver tus problemas por ti.
Si comprendes los tres tipos de asuntos lo suficiente para ocuparte de los tuyos propios, esto puede liberar tu vida de una manera que ni siquiera eres capaz de imaginar. La próxima vez que sientas tensión o incomodidad, pregúntate de quién son los asuntos de los que te ocupas mentalmente, ¡y quizás estalles en carcajadas!
Esa pregunta puede llevarte de vuelta a ti mismo. Tal vez llegues a descubrir que, en realidad, nunca has estado presente y que te has pasado toda la vida viviendo mentalmente en los asuntos de otras personas. Simplemente darte cuenta de que estás en los asuntos de otro te puede devolver a tu maravilloso ser.
Y si practicas durante un tiempo, quizá descubras que en realidad tú no tienes ningún asunto y que tu vida funciona perfectamente por sí misma.
Encuéntrate con tus pensamientos con comprensión
Un pensamiento es inofensivo a menos que lo creamos. No son nuestros pensamientos, sino nuestro apego a ellos, lo que origina nuestro sufrimiento.
Apegarse a un pensamiento significa creer que es verdad sin indagar en él. Una creencia es un pensamiento al que hemos estado apegados a menudo durante años.
La mayoría de la gente cree que es lo que sus pensamientos dicen que es. Un día advertí que no estaba respirando: estaba siendo respirada. Entonces también me di cuenta, con gran sorpresa, de que no estaba pensando: que, en realidad, estaba siendo pensada y que el pensar no es personal. ¿Te despiertas por la mañana y te dices: «Creo que hoy no voy a pensar»? Es demasiado tarde: ¡ya estás pensando!
Los pensamientos sencillamente aparecen. Provienen de la nada y vuelven a la nada, como nubes que se mueven a través del cielo limpio. Están de paso, no han venido para quedarse. No son perjudiciales hasta que nos apegamos a ellos como si fueran verdad.
Nadie ha sido capaz, jamás, de controlar su pensamiento, aunque la gente quizá cuente la historia de cómo lo ha conseguido. Yo no dejo ir mis pensamientos: los recibo con comprensión. Luego ellos me dejan ir a mí.
Los pensamientos son como la brisa o las hojas de los árboles o las gotas de lluvia que caen. Aparecen así, y mediante la indagación, podemos entablar amistad con ellos. ¿Discutirías con una gota de lluvia? Las gotas de lluvia no son personales, como tampoco lo son los pensamientos. Una vez que has recibido un concepto doloroso con comprensión, la próxima vez que aparezca quizá te resulte interesante. Lo que solía ser una pesadilla ahora es sólo algo interesante. La siguiente vez que aparezca, tal vez te cause risa. Y la siguiente vez, quizá ni siquiera lo adviertas. Este es el poder de amar lo que es."

También quiero incluir aquí algunas frases (no todas) de la misma Byron, que ella expone en su libro con el título de «Katie-ismos»:

"Cuando discutes con la realidad pierdes, pero sólo el 100% de las veces.
Las personalidades no aman, quieren algo.
Nadie puede lastimarme; ese es mi trabajo.
Lo peor que ha sucedido jamás es un pensamiento no cuestionado.
La mente sana no sufre, nunca.
Si yo pienso que tú eres mi problema, yo estoy loca.
Yo no dejo ir mis conceptos, los cuestiono y luego ellos me dejan ir a mí.
Te alejas totalmente de la realidad cuando crees que existe una razón legítima por la cual sufrir. La realidad es siempre más amable que la historia que contamos sobre ella.
Tengo muy claro que todo el mundo me ama. Simplemente no espero que ellos se den cuenta aún.
No existen problemas físicos, sólo mentales. La realidad es Dios porque rige.
Cuando mi mente está perfectamente clara, lo que es, es lo que quiero.
¿Cómo sé que no necesito lo que quiero? No lo tengo.
El perdón es darte cuenta de que lo que creías que había sucedido, no sucedió.
Todo sucede para mí, no a mí.
La gratitud es lo que somos cuando ya no tenemos ninguna historia."

Hasta luego.