domingo, 28 de octubre de 2012

Infidelidad

"Cariño, no es lo que piensas, déjame explicarte"
(Anónimo)


La infidelidad es una de las causas más comunes de ruptura en una relación, si bien hay parejas que logran superar este tipo de experiencias y reafirman su proyecto de vida juntos a partir de haber reestructurado su manera de convivir y de compartirse mutuamente, lo más común es que llegamos a sentirnos tan dueños de esa persona que escogimos como pareja, que también nos sentimos con poder sobe su vida y sus decisiones.

Las canciones de sufrimiento, amargura y despecho no tendrían sentido si no nos sintiéramos dueños de nuestra pareja; lo mismo ocurre con las películas dramáticas donde las parejas sufren mucho (y ni qué decir de las novelas que nos receta Televisa), en estas historias cantadas o actuadas el factor común es que se sufre mucho por el ser amado, y para colmo de males, ese ser amado decide en algún momento traicionar la confianza de quien le ama y deja entrar a otra persona a su vida amorosa.

Generalmente pensamos que quien es infiel es culpable o responsable de dañar la relación, sin embargo, en una relación de pareja la responsabilidad siempre es compartida, según la regla del 50% y el 50%: a partes iguales. Hablando de una relación en la que existe el amor, la confianza y el respeto suficientes para ser funcionales, puede darse el caso de descuido hacia la pareja, incluso por abuso de confianza, que lleva a descuidar las atenciones básicas en la relación.
Pero la infidelidad también puede darse por casualidad de manera ocasional, o para tratar de llenar un hueco existencial metiendo en él a otra persona en lugar de enfrentar ese vacío.

También se da la infidelidad porque siempre es más bonita la etapa del idilio y por eso hay personas que tratan de ser constantes conquistadores, o conquistadoras, aunque inevitablemente todas las nuevas relaciones apasionadas se convertirán en rutinas llenas de afecto y hasta deseo, pero sin la misma pasión del inicio.

Y qué decir del miedo al compromiso, otra causa muy socorrida para robarle tiempo, recursos y tranquilidad a la pareja y los hijos (cuando los hay).

¿Y la curiosidad? Sin ninguna intención de perjudicar la relación que existe con otra persona, puede darse la inquietud de conocer esa experiencia para saber lo que es estar con otra persona.

Existe también la pareja que es infiel porque ambos están de acuerdo. No siempre funciona, pero es un camino posible.

Ser infiel para sentirse atractivos y llenos de energía, compartiendo tiempo, cuerpo, experiencia y energía con otras personas. A quienes están en esta situación les sugiero tener cuidado con el pensamiento mágico de estar bebiendo de la fuente de la eterna juventud: El tiempo seguirá corriendo.

Infidelidad por venganza: Una de las causas más socorridas y más dañinas, tratar de desquitarse de una pareja que puso el cuerno haciéndole lo mismo es la razón por la que algunas personas pueden abrir su intimidad y hacer cosas que después les harán estar en conflicto consigo mismas, sobre todo si más adelante hay oportunidad de entenderse y reconciliarse con la pareja, pero al mismo tiempo deberán reconciliarse consigo mismas para vivir en paz. Además de que habrá otra persona involucrada en la relación.

Infidelidad por compromiso, se da cuando hacemos caso a las presiones, chantajes, promesas o hasta por sentir que de esa manera "pagamos" un favor. Dependiendo de qué tan flexible sea la moral de la pareja, y por justificable o noble que parezca el acto, no deja de ser una infidelidad.
Cada pareja vive su situación particular, y en esta esfera tan íntima se deben respetar los acuerdos previos, considerando volver a ajustar la relación con una nueva negociación si es posible... Sí: es posible retomar una relación después de una infidelidad cuando hay voluntad de ambas partes para volverse a ganar la confianza, el respeto y el amor, con los que se podrá cimentar una nueva estructura de pareja o de familia. Nunca, en ningún caso, se podrá meter reversa y volver a ser la pareja que eran antes de esa experiencia, solamente se puede construir una nueva vida, juntos o separados.

Como en todas las problemáticas que se dan en las relaciones humanas, la comunicación juega un papel muy importante para prevenir y resolver una crisis por infidelidad: Aunque parezca muy obvio, se debe conocer qué es una infidelidad para los miembros de la pareja (o del grupo, cuando la relación se da entre 3 o más personas), hasta donde se permite la relación y el contacto con otras personas y cuáles son las señales de respeto y confianza que cada miembro espera apreciar en su pareja, cuando ésta se relaciona con otras personas. 

Recordemos que nadie es adivino o adivina, y que generalmente todos vemos el mundo desde nuestra posición, así que la única forma de saber cómo lo mira otra persona es poniéndonos en su lugar, comunicándonos para conocer su manera de ser en este mundo.

Otro punto importante dentro de la comunicación al abordar este tema, es saber lo que cada uno considera una traición a sí mismo, es decir, lo que lo hace sentir que es infiel a su propia persona. Tal vez entre los requisitos que una parte de la pareja pone a la otra para sentirse amada y respetada, haya alguno que dañe los valores de la otra parte y le haga sentirse limitada, menospreciada o lastimada en su dignidad, pues prácticamente se le estaría impidiendo externar una conducta que, en su forma de ver el mundo, no significa una infidelidad. Lo que para una parte es un descarado coqueteo, para la otra puede ser no más que un saludo afectuoso.
Así, se debe hablar con toda la claridad y también con todo el respeto, para que los acuerdos a que se lleguen como pareja cumplan los requisitos de:

No hacer que uno mismo sienta conflicto (quedar con la sensación de que haber tomado una mala decisión para darle gusto a la pareja). Si ocurre esto, habrá que volver a hablar.

No obligar a la otra parte a aceptar las condiciones propias, ya sea de manera activa (expresándolo claramente como una exigencia) ni de manera pasiva (mediante chantajes y manipulaciones). Si te descubres haciendo estas manipulaciones para poner la balanza de losa cuerdos a tu favor, habrá que volver a hablar.

Dentro de la comunicación de pareja (o grupo, según) solamente se toman acuerdos para los involucrados. Lo más recomendable es tomar decisiones que no afecten ni comprometan a otras personas ajenas a su relación. Si ocurre esto, habrá que volver a hablar.

Y si no es posible aterrizar esta comunicación en acuerdos concretos, o no están satisfechos con los acuerdos tomados, queda la opción de acudir con un terapeuta de parejas.

Hasta luego.

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