Así es la cosa:
Es una decisión muy importante y hay que tomarla a diario, porque tus reacciones y actitudes ante la vida dependen de lo que decides llevar en tu corazón.
Puedes echarle la culpa a alguien más por las cosas que has hecho o por lo que te ha ocurrido, o por lo que has querido hacer toda la vida pero lo has dejado en espera, o por tu fracaso en lo profesional, lo amoroso, lo académico o en cualquier área.
Puedes decir "yo nos soy así" todas las veces que sea necesario, pero tus hechos son siempre más poderosos que las palabras.
Y puedes usar miles de máscaras para que los demás crean que eres una buena persona, o tal vez para convencerte de que en realidad las malas decisiones que tomas y las pésimas actitudes que tienes ante la vida (o sea la gente que te rodea) no son cosa tuya: aparecen espontáneamente, nomás.
La verdad es que dentro de ti no hay nadie más, solo tú decides por quién te dejas influenciar, qué palabras vas a utilizar en cada conversación, con quién te acercas y de quién te alejas, solo tú decides si amas y construyes o si odias y destruyes. Solo tú decides con qué llenas tu corazón.
Hasta luego.
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