Psiqué y reflexiones 4

Es cierto que una de tus emociones va a determinar tu forma de ser en el mundo, tu manera de reaccionar a lo que ocurre en tu entorno y de decidir qué es lo que vas a hacer ante una determinada situación, plan o proyecto. También es cierto que la emoción predominante tú no la escoges ni la decides, sino que forma parte de tu esencia personal.

Esa emoción que predomina sobre las demás es definitiva en lo que llamamos "caracter": si tu emoción predominante tiende a ser más bien introyectiva, como la ira, la vergüenza, la tristeza o el miedo, tus estados de ánimo tenderán a ser más taciturnos con sorpresivas explosiones hacia los demás o hacia tu propia persona. Si tu emoción predominante es más bien de tipo expansiva como la alegría, la paz o el entusiasmo, tu estado de ánimo tiene mayores posibilidades de ser estable por periodos prolongados.

Y el punto es, tal como dice ahí arriba, que un solo estado de ánimo no es sano para definir a una persona en su totalidad. Es decir, si te la crees que eres el triste, que eres el enojón, que eres el alegre o que eres pura paz, tal vez te niegues la posibilidad de probar otros sabores emocionales, ¡porque de veras crees que solo puedes ser así!

Aún así, respetando esa emoción que te va a acompañar de por vida (no es necesario que entres en conflicto contigo), te recomiendo darte la oportunidad de dejar salir otra emoción. Tu naturaleza hará que siga predominando en ti la emoción que ya conoces, y podrás conocer y disfrutar en tu propia persona esas otras emociones de las que tal vez hoy dices "yo no soy así". Prueba, tal vez ocurra que reafirmes tu estilo de vida y finalmente aceptes tu adicción a un estado de ánimo, pero tal vez suceda que dejes de darle la exclusiva a una sola forma de ver el mundo, para sentirlo de maneras distintas.

Siempre seguirás siendo tú y regresando a las sensaciones, emociones y estados de ánimo conocidos, pero de una manera más enriquecedora.

Hasta luego.