miércoles, 30 de noviembre de 2011

Recomendación musical: "God"

Una vez vi la letra de la canción "God", de John Lennon, ilustrada por un gran monero mexicano que firmaba como Efrén, recuerdo que fue en la revista "La Garrapata, el azote de los bueyes" y traté de localizar esa mini gran obra para escanearla y colocarla aquí, pero descubrí que mi colección de tan afamada revista está incompleta y uno de los ejemplares que me faltan es precisamente donde viene ese homenaje a Lennon.

Una vez repuesto de semejante impresión, y siguiendo con mi idea original de compartir la letra de la canción la busqué en el YouTube y me vine encontrando la página de un auténtico melómano, uno de esos seres que nacieron para disfrutar la música, compartirla y entender los porqués de sus creadores. El blog de este sujeto me gustó porque está dedicado a dar a conocer los pormenores detrás de la creación, grabación y difusión de cada pieza musical, así que además de saborear la canción con un video de fondo, también podemos enterarnos de los chismes relacionados con esa canción y sus autores al mismo tiempo.

Les dejo la ruta de este blog para quienes se interesen en visitarlo, nada más les sugiero hacerlo cuando tengan un buen rato para dedicarle, porque hay historias que te atrapan y es posible que dures mucho tiempo saboreando músicas e historias. Total que para no quedarme con las ganas reproduzco enseguida la canción "Dios", subtitulada, que bajé de ese mismo lugar:


El video de Lennon:


Hasta luego, gracias por leer.

Que gane el que sea...

Perdón por el pesimismo, pero no le veo el sentido ni una salida racional a esta guerra estúpida que el Gobierno anuncia como si fuera contra la delincuencia, pero a estas alturas ya no se le cree nada, pues se ha comprobado la existencia y libre actuación de delincuentes que también fungen como funcionarios públicos, también se sospecha que hay una insurgencia real y activa contra ese mismo Gobierno, y que muchas acciones de esta "guerra" las han dirigido hacia los modernos insurgentes. Pa'l caso es lo mismo, la violencia engendra más violencia y la destrucción de los seres queridos genera miedo, odio y frustración. Y en esto de los seres queridos entra mucha gente muerta, caída sin haber tenido culpa alguna.

De ese caldo de emociones encontradas salió esta imagen:


Gracias por leer. Hasta luego.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Creyentes

“Dios es un concepto mediante el cual medimos nuestro dolor”
John Lennon

A Lennon se le criticó demasiado por su manera de expresarse acerca de Dios, o de Jesús, que se toma como sinónimo aunque para mucha gente Dios se representa de otras maneras. El caso es que en la vida diaria la concepción que tengamos de Dios resulta importante para definir una postura ante los problemas que se presentarán inevitablemente en nuestro andar por este camino mundano: Las personas creyentes pueden tener más recursos para perseverar en la búsqueda de una solución, pues el saberse aferradas a un concepto proporciona una sensación de seguridad y esperanza que anima a seguir adelante.

Y no se requiere de una fe ciega en Jesús, sino de creer en el concepto de aquello que es superior a nuestra existencia humana, bajo el nombre que queramos darle:

Dios,

Jesús,

Naturaleza,

Buda,

Yo divino,

Fuerza cósmica…

¡Vaya! Si hasta el hecho de creer en el ateísmo proporciona la seguridad de saber que hay “algo” cierto fuera de uno mismo, más allá de la vida material que conocemos, esta certeza se refleja cuando escuchamos el tono orgulloso del que dice “soy ateo”.

Por el hecho de ser creyentes podemos entrar a la vida espiritual, cada quien a su manera y con sus propios rituales o modalidades. Vivir la parte espiritual es un remedio contra el aislamiento que nos permite reencontrarnos y reconocer que ese concepto de algo superior da un centro o punto de equilibrio a la vida en general.

Quien no lo vive así no puede respetar las búsquedas que se desarrollan en la vida interior de cada persona para tratar de ser mejores, y quien no es capaz de respetar a sus semejantes tampoco podrá valorarse a sí mismo y puede perder el sentido de la vida.

Sin embargo, no es posible vivir sin tener la experiencia espiritual. Tal vez haya quien se niegue a aceptar esa parte de su realidad, pero en la búsqueda de su propia identidad y de afirmar el sentido de pertenencia, el desarrollo de un sistema propio de creencias juega un papel importantísimo e insustituible. Quizá haya quien afirme que no le debe nada a nadie ni a nada, que "se formó solo" y otras cosas así, pero esa idea de la "generación espontánea" no puede mantenerse mucho tiempo: todos nuestros recuerdos son influencias que han ido enraizando en nuestra mente, en la fuente de nuestro ser convirtiéndose, en algunos casos, en creencias firmes y tal vez hasta inflexibles.
Así que es cierto, “Dios es un concepto mediante el cual medimos nuestro dolor”. Y también puede ser muchas cosas más.

“No es posible que Dios haya jugado a los dados con el universo”.
Albert Einstein

domingo, 27 de noviembre de 2011

¿Qué pasó con ese respeto?

Ahora sí me pasé de la raya... ¡El último escrito que puse aquí es del 11 de noviembre y hasta el día 27 regreso a teclear! ¡Cuánto tiempo ha pasado! Y cuántas cosas ha traido este tiempo, la verdad.

Para esta ocasión pensé en el respeto, porque ha sido un factor muy importante en estos días para mí en mi interacción con la gente que está a mi alrededor, porque estoy leyendo un libro titulado "El lugar del alma", escrito por Gary Zukov (altamente recomendable, pero aún no lo consigo en versión electrónica, así que no lo puedo compartir todavía) y porque el respeto es un ingrediente mal entendido y peor utilizado en la vida diaria.

Los que se sienten con algún tipo de autoridad sobre los demás justifican muchos de sus actos porque son pa' que los demás aprendamos a respetar, y bajo esa bandera se realizan toda clase de atropellos y fregaderas que se puedan cometer contra los semejantes, porque es más fácil justificar lo que hago que hacer algo distinto, y porque es muy fácil también confundir el respeto con muchas cosas que son lo contrario.

"Pa que aprendan a respetar", dicen muchos mensajes del crimen organizado y desorganizado en nuestro país, y el mensaje real es "pa' que sepan que deben tenernos miedo". Y lo han logrado. Tal vez sí sepamos respetar pero la violencia y la prepotencia no generan respeto sino enojo, miedo e impotencia, y la gente que se escuda en las armas y la capacidad de destruir a los demás solamente se cubre con un escudo de odio y resentimiento, de miedo intenso.

"Si viera que obediente y respetuoso es mi hijo", dicen los padres y madres sobreprotectores que no han permitido a su subordinado asomarse a conocer el mundo, y no le queda más remedio que asumir su dependencia y tragarse las ganas de vivir su vida, pero eso tampoco es respeto, puede ser otra forma de represión y de limitación.

A veces con burlas, otras veces con amenazas, o con indirectas o ataques físicos o verbales, pero en muchas ocasiones invadimos la realidad de otra persona y justificamos nuestra invasión diciendo que es por respeto o para que nos respeten.

Vivir respetuosamente requiere mucho valor. Valor para respetar la vida en cualquiera de sus manifestaciones, valor para respetar las opiniones distintas a la propia, por muy radicales que sean las posturas ideológicas de cada quien, valor para dejar crecer fuera de la influencia propia a quien quiera hacerlo así, valor para saber una vez más que todas las vidas valen lo mismo y no hay una que puedas estar por encima de las demás. Valor para decir estas cosas y, sobre todo, para actuar de acuerdo a estas creencias cuando sea el momento.

El respeto significa tomar la decisión de aceptar y crear en lugar de destruir o atacar, y esta actitud puede ser muy criticada en muchas ocasiones.

Desde mi punto de vista, el respeto es una de las mejores señales de evolución que hemos logrado como seres humanos, aunque no es de las más comprendidas, con todo respeto.

Gracias por leer, hasta luego.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Jorge Bucay y las hojas de ruta

"Cuatro caminos hay en mi vida, ¿cuál de los cuatro será el mejor..?"

Casi todos los días escuchaba a mi tío Domingo cantar este verso, y no recuerdo haberlo escuchado cantar toda la letra, así que se me quedaron grabados los 4 caminos entonados por su voz, y tal vez por eso me llamó la atención el libro de Jorge Bucay "Hojas de ruta", que consiste precisamente en describir los 4 caminos por los que debería pasar toda vida que se precie de haber sido vivida, según ese autor. O tal vez el libro me impresionó porque me lo presentó mi excelente amiga y colega Manguis (a quien no me atrevo a llamar "vaca sagrada", pero sí me parece una "becerrita divina" en esto de la psicología) en una situación muy especial, pues en aquellos días había fallecido mi mamá y Manguis tuvo la genial idea de leer para mi un cuento incluido en el libro, gesto que le agradezco mucho porque fue mi primer contacto con Bucay y eso me animó a conseguir esta obra y adentrarme en primer lugar al apartado "El camino de las lágrimas", me sirvió bastante para ir asimilando mucho de lo que sentía y pensaba en esos momentos por la pérdida de mi querida mamá, a quien aún extraño.

El caso es que seguí interesado en Bucay y fui encontrando y leyendo más libros de él, y descubriendo que me encanta su manera de escribir.

¿Y qué tiene de especial Jorge Bucay? No construyó una gran teoría que revolucionara la psicología como lo hicieran Freud, Fritz Perls o Skinner; tampoco desarrolló técnicas especializadas y eficaces como en su momento hicieron Milton Erickson, Carl Jung, Reich ni el mismo Perls entre otros, ni tiene una historia escabrosa y apantallante como Víktor Frankl, por ejemplo. Por si fuera poco, ya ni siquiera se dedica a la práctica de la psicoterapia... ¿Entonces? ¿Cuál es su mérito?

A mi humilde modo de ver, su mérito reside en que se ha mostrado tan humano como cualquier hijo de vecino, ha tomado los conocimientos heredados por los grandes teóricos y prácticos durante la corta (relativamente) historia de la psicología y los ha manejado con términos cotidianos, le ha quitado el manto de "sagrado" a los conocimientos sobre la naturaleza humana, la comunicación y las relaciones (con perdón de las vacas sagradas) para convertirlos en una masa de realidades moldeable, accesible a quien quiera avanzar en el camino de convertirse en persona, o en mejor persona. Y su mayor mérito es que nos ha influenciado, contagiando esta sencillez para acompañar a quien se acerca a buscar apoyo, confiando en que cada uno de nosotros tiene dentro de sí la semilla de la que brotan sus propias soluciones, sin que esto implique abandonar la responsabilidad de guiar y ayudar a desarrollar sus propias herramientas y habilidades.

(Imagen en la página principal de la revista "Mente sana", dirigida por Bucay.
Según dice ahí, se actualizó por última vez en 2008)

"Haiga sido como haiga sido" -como dice un personaje tristemente célebre en la política mexicana-, el caso es que Jorge Bucay se ganó un lugarcito entre los grandes y cuenta con millares de adeptos, entre los que me incluyo sin llegar al fanatismo, y además a estas fechas aún continúa vivo. Casi siempre recomiendo a mis pacientes leer el libro con el que lo conocí, y aunque no sean pacientes conmigo ni con otro terapeuta, le recomiendo a cualquier persona que lo lea, así que aquí dejo para quien guste leer o releer esta obra, dividida en los 4 caminos que la integran:

1. El camino de la autodependencia:
http://www.4shared.com/document/L8-d6Z4W/Ruta_1_-_El_Camino_de_la_Autod.html

2. El camino del encuentro:
http://www.4shared.com/document/lx-JwWW3/Ruta_2_-_El_Camino_del_Encuent.html

3. El camino de las lágrimas:
http://www.4shared.com/document/-NczzfUi/Ruta_3_-_El_Camino_de_las_Lgri.html

4. El camino de la felicidad: 
http://www.4shared.com/document/yVIOy9ri/Ruta_4_-_El_Camino_De_La_Felic.html

Les deseo que tengan la paciencia de leerlos, que los disfruten y que puedan recorrer todos estos caminos de la mejor manera.

Hasta luego, gracias por leer.

domingo, 6 de noviembre de 2011

La vida en un día (Documental)

Este escrito también podría titularse "El rescate de lo cotidiano".

El 25 de octubre, hace poco menos de dos semanas, comentaba acerca de las etapas de una vida normal y de lo difícil que es definir esa cuestión de la normalidad, además de lo fácil que es juzgar las vidas ajenas suponiendo que las experiencias de uno mismo son las "normales".

Bueno, el pasado viernes mi amiga Adrianis me pasó la liga a un documental de YouTube que se llama "La vida en un día" y me senté a verlo esa misma noche, lo disfruté mucho, me dejó una serie de emociones encontradas y reencontradas el ver tantas vidas distintas compartiendo el mismo momento en el girar de nuestro planeta, y me reafirmó esa idea de que la normalidad no es más que un ideal en nuestras mentes, tal vez para sentirnos bien con nosotros mismo o para disfrazar nuestra comodidad individual sin tener que molestarnos en reconocer las diferencias que hay con nuestros semejantes que viven en distintas condiciones a las nuestras. No digo mejores ni peores, pues son las vidas "normales" de cada quién, pero sí digo distintas.


La idea de este documental fue pedirle a un gran número de personas que grabaran un día normal de sus vidas y respondieran unas pregunts sencillas dentro de su grabación. En YouTube dicen que recibieron miles de horas de grabaciones y que participaron voluntarios de 192 países. El resultado ya editado es un video que dura poco más de una hora y media con un contenido muy honesto, emotivo y cotidiano. Me emocionaba pensando que esas imágenes reflejan lo que vive a diario la gente que grabó esas escenas, o al menos con cierta regularidad, y esas "vidas normales" son tan distintas entre sí, que hasta ahorita no he podido terminar de asimilar tantas formas de existir en este mismo mundo, tantas pequeñas batallas que se libran a diario y tantos detalles pequeños que a veces no se aprecian lo suficiente.

La chica que habla al final deja un testimonio muy sincero y creo que también muy compartido por muchos, acerca de la necesidad de trascender, de sentirnos importantes, de sentir que nuestros días valen la pena vivirse, y como dice alguien en los comentarios acerca de este video: Las palabras que ella expresa hablan por todos.

Descargué el video pensando en reproducirlo en este blog, desafortunadamente se descargó sin los subtítulos en español, así que mejor les comparto la ruta directa para que entren a verlo en alguna ocasión que tengan hora y media para observar con calma y apertura el testimonio de cómo fue la vida el 24 de julio de 2010, para mucha gente de este planeta:


 Un abrazo, gracias por leer.

lunes, 31 de octubre de 2011

Mark Gungor y los dos cerebros

Entre mis correos viejitos encontré este video, lo grabó Mark Gungor, un señor que a mi gusto es un excelente motivador y decidí subirlo hoy a este blog porque me gusta mucho la manera en que aborda una de las situaciones más reales en nuestras relaciones de pareja:

Somos diferentes.

Y también me gusta la manera en que insinúa cómo tratar con esta realidad:

Respetemos nuestras diferencias.


Aunque este video me llegó por correo, existen en Internet otros trabajos de Gungor, algunos gratuitos pero solamente en inglés, of course, y otros en un DVD con costo, empaque y toda la cosa.

Pero a mí lo que me interesa es sembrar la propuesta de este señor para ver si crece y da frutos en alguien que la lea: Si es posible abordar nuestras diferencias divirtiéndonos con ello, entonces es posible ver la vida con humor y optimismo. Entonces también es posible que surja la tolerancia, la confianza y el respeto, sobre esa base se puede alcanzar una relación de larga duración, con dos personas comprometidas.

Gracias por leer, hasta luego y si quieren dejar su opinión, será bien recibida.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Agradecimiento

En la terapia individual siempre está latente el riesgo de que las dos personas que se encierran a hablar acerca de un problema por resolver, terminen volviéndose cómplices que cuchichean a solas en un cuarto.

En la terapia de pareja el riesgo es que el terapeuta, asesor o como gusten llamarle haga alianza con uno de los miembros de la pareja, en lugar de apoyar a ambos para que refuercen su relación o decidan terminarla, si es lo mejor para ellos.

En la terapia familiar existe el riesgo de que el mismo terapeuta sea tragado entero por el sistema disfuncional que acude a buscar opciones para funcionar correctamente.

En la terapia grupal el riesgo de alianzas es menor porque los mismos miembros del grupo monitorean su avance, pero el terapeuta puede darse sus mañas para preferir las dinámicas, el liderazgo y las representaciones en lugar de abordar los conflictos.

Y aún así, con todos estos riesgos y otros muchos que están latentes en la relación humana que se da al interior de un consultorio, quien necesita ayuda se anima a acudir, abrir su corazón y sus pensamientos y avanzar hacia el cambio. Por su valor, confianza y determinación, agradezco y envío un saludo con mucho aprecio a quienes han coincidido conmigo para compartir una parte de su historia y de sus pasos por el camino que conduce a ser mejores personas.

El camino hacia el alma pasa por el corazón y guía los pensamientos.
El vehículo que circula por ese camino es la confianza.
En algún punto de ese camino está el "yo" que cada uno quiere llegar a ser.
Iniciamos el camino solos y de la misma forma llegamos al final.
Que siempre tengamos el valor y la confianza para seguir caminando.

Hasta luego.

martes, 25 de octubre de 2011

Las etapas de una vida normal

¿Y con qué derecho puede Eric Ericsson (o cualquier otro psicólogo) decir cuáles son las etapas por las que debe pasar una vida para decir que se desarrolló bien? ¿De verdad se puede decir que una vida es normal y otra no?

Es muy difícil responder a estas cuestiones, los llamados psicólogos del desarrollo lo han tratado de hacer encontrando rasgos equivalentes en las distintas edades del ser humano, pero aún no se ha podido definir qué es normal y qué es anormal con un criterio aceptado por todos. La historia la escriben los vencedores, y las definiciones de "normalidad" las escriben las mayorías... o al menos eso nos han hecho pensar.

En nuestro país es visto como normal pertenecer a la religión católica o a la cristiana, y todos los que no están dentro de estas creencias son anormales; sin embargo, a escala mundial el catolicismo o el cristianismo no son las religiones que cuentan con mayor número de adeptos, es decir, no serían las religiones de la gente normal.

En nuestra cultura, todavía en un incipiente despertar, lo normal es la familia de papá y mamá casados y con hijos, y todo lo que no se apegue a este esquema será anormal, descartando del mundo de lo bien visto a la homosexualidad, la unión libre, la soltería a edad avanzada, las madres solteras y otro montón de conductas, preferencias y formas de relacionarse que existen y se practican día a día por gente tan humana como todos.

El apego al dinero, la imagen que mostramos en este mundo material y la adicción a tener son otras cuestiones "normales" y bien vistas, aunque rayan en la hipocresía porque las mayorías también están de acuerdo en opinar que no debemos vivir para estos fines.

Y sin embargo, sí es necesario contar con un parámetro que nos permita identificar si estamos dentro de la normalidad, para aceptarnos a nosotros mismos y desenvolvernos satisfactoriamente entre los demás. En el mundo físico es más fácil hacer esto, pues es fácil notar si una persona va alcanzando la estatura y el peso que le corresponde de acuerdo a su edad, si es capaz de realizar los movimientos que realizan sus compañeros, si habla correctamente o si no se entiende lo que dice, si es fuerte o débil, ágil o lenta, alegre o seria, atractiva o fea. Todos estos son rasgos que se ven o se perciben con el contacto cotidiano, y no requieren un gran esfuerzo para identificarlos.

Entrar al mundo interior y decir que hubo un accidente que dejó secuelas en el ánimo, en el autoconcepto o en el respeto a sí mismo, es una cuestión muy diferente pero real, de ahí la importancia de definir ciertos parámetros de lo que debe ser y hacer, en su mundo interior, una persona que se desarrolla de manera sana. En el mundo físico, la medida de normalidad corresponde a rasgos como los que se mencionan en el párrafo anterior, y en la vida psicológica o espiritual, la medida que permite identificar si vamos por el camino de desarrollo "normal" es el conflicto.

Si entro en conflicto conmigo mismo con más frecuencia de la que me permite sentirme cómodo, tal vez haya un niño herido en mi interior, o no he alcanzado la etapa que me permite relacionarme sin vergüenza con los demás, o podemos estar atorados en cualquier momento de nuestra vida solamente porque no podemos reconocer sin que me cause conflicto que mientras a mí me gusta el color rojo, otra persona prefiere el verde, mientras yo disfruto el pozole, otro puede saborear un pastel, mientras a mí me gustan las mujeres, alguien más puede inclinarse hacia su mismo sexo, y que aún teniendo nuestras preferencias muy distintas o muy similares, hemos pasado por etapas de desarrollo que nos han permitido llegar hasta el punto en el que nos encontramos hoy, y seguiremos avanzando en el camino de la vida.

¿Cuál vida es "más normal", entonces? ¿La que se parece más a la mía, la que se apega más a los valores en los que yo creo? Me parece que la vida "más normal" (por llamarle de algún modo) es la de aquellas personas que sufren menos conflictos internos sin lastimar a terceros (el que anda por ahí fregando al prójimo sin ningún conflicto o remordimiento está más cerca de ser un psicópata que una persona normal), las personas que son honestas consigo mismas también lo son con el mundo en general.

Como dicen los filósofos venezolanos del grupo Desorden público: "El hombre bueno no teme a la muerte, no teme a la noche oscura".

Sea pues: Seguiré hablando de normalidad, de etapas de la vida y de algunos otros conceptos, aclarando que son solo eso: conceptos, puntos de referencia, señales en el camino de la vida que casi todos podemos reconocer, ideales que deseamos alcanzar en nuestro afán de ser mejores, pero no un dogma ni una verdad rígida y absoluta. La verdad es una obra que se construye entre mucha gente y que nunca está terminada, pero nos podemos aferrar a ella si entendemos su flexibilidad.

Gracias por leer, y también se vale opinar.

Hasta luego.

lunes, 24 de octubre de 2011

Autoestima según Ericsson

La autoestima nace con uno mismo.

La autoestima a veces crece a la par que uno mismo, a veces se va quedando más chaparrita y en ocasiones alcanza mucha más altura que uno mismo.

La autoestima se puede resquebrajar y hasta destruir.

La autoestima se puede reconstruir en cualquier momento de la vida.

La autoestima se desarrolla a lo largo de toda la vida, es la meta de vivir siendo el mejor amigo de uno mismo.


Ericsson (y no es marca de teléfonos) propone 8 etapas para el desarrollo de la autoestima, a lo largo de la vida:


1. La primera etapa es la de "Confianza Básica" contra "desconfianza" donde queda conformada la autoestima. Esta etapa es muy importante en el desarrollo de la persona, pues según sea ésta, así llevará la confianza, la fe, la aceptación de sí misma y hacia los demás, ya que el niño percibe que es importante y valioso para las personas que lo son significativas.
La satisfacción de obtener logros le dará la seguridad necesaria para "arriesgarse" a dar el siguiente paso. Entonces las crisis, depresiones y ansiedades serán contractivas y no destructivas. El niño en esta etapa está para recibir, no tiene la capacidad para dar.

2. En la segunda etapa “Autonomía frente a vergüenza” comienza a darse cuenta de que puede dar, empieza a tener autocontrol y fuerza de voluntad. Se atreve y no. Debe recordarse que hay que alentar lo positivo de cada etapa para que la autoestima se vaya enriqueciendo y afirmando. El ejemplo de los padres es muy importante, pues es más fácil desarrollarse en un ambiente de flexibilidad que en uno de rigidez; en uno que ponga límites, que él tendrá que respetar y cumplir, pero también que provea el respeto a su persona.

3. De los 4 a los 6 años (iniciativa frente a culpa), ya se dirige su voluntad a un propósito; se le llama esta etapa lúdica o de juego. Hace y deshace, construye y destruye, compone y descompone;
todo esto le va dando seguridad. Su curiosidad sexual y fantasías no deben ser coartadas, sino encauzadas. Si esta etapa se resuelve bien, pasa a la siguiente.

4. Laboriosidad contra inferioridad: aquí su autoestima lo hace ser responsable, cooperar en grupos, y se despierta su interés en aprender

5. De los 12 a los 16 años, empezando con la pubertad, se llega a la adolescencia. Es la crisis en donde las etapas anteriores se cuestionan; se pone en juego la construcción de la "identidad". La
persona se vuelve egoísta, solitaria, de carácter cambiante; la misma está feliz, que enojada, no sabe qué le pasa ni qué quiere.
En esta etapa puede recuperar aclarar y fortalecer su autoestima. Darle confianza, comprensión, respeto y ayuda le facilitará esta difícil etapa.

6. En la sexta etapa, "intimidad contra aislamiento" comienza ya a realizarse compartiendo, aprecia la intimidad, la amistad profunda e integra el sexo al amor. La persona ya es madura y busca trascender. Si no se consolidaron las etapas anteriores se provocará aislamiento y estados de neurosis.

7. En la etapa de "generatividad contra estancamiento", las personas son productivas creativas, consolidan y cuidan su familia, amigos y trabajo. Hay una total proyección del ser humano a relacionarse y ser productivo. En caso contrario las personas se encuentran estancadas, no aman, no son creativas ni productivas. Viven en el egoísmo, no se han encontrado a si mismas (etapas anteriores no superadas). Su autoestima es baja con todas sus consecuencias.

8. La ultima etapa, "integridad contra desesperación", es la integración de todas las etapas. Aquí, la fe, seguridad armonía, espiritualidad y el orden dan todos sus frutos. Al estar satisfecho y feliz de una vida plena, la trascendencia y los valores supremos de amor, bondad, paciencia, y todo lo que significa sabiduría se manifiestan. El individuo vive mas consciente y pleno.

Arriba dice que esto de la autoestima consiste en ser amigo de uno mismo, y quien vive plenamente esta especie de amistad se da cuenta que es algo más que eso: es sentir el amor a sí mismos y por ende, a los demás y a la vida en general. En este camino hacia la autoestima se vale detenernos un poco para revisar, ¿qué tal están mis emociones hoy? ¿coinciden con mis pensamientos? ¿están de acuerdo con mis actos? Si respondo que no, es buen momento de decidir qué partes de mí mismo quiero reconstruir antes de seguir el camino.

La autoestima vive de la manera en que uno mismo ve el mundo.

La autoestima se alimenta de las relaciones de uno mismo con los demás.

La autoestima cree en lo que uno mismo cree.

Las 8 etapas que reproduzco en este escrito, y la pirámide de la autoestima, las tomé de un ensayo anónimo que bajé hace algunos años de Internet, no recuerdo de qué página pero lo pueden bajar si gustan desde aquí:


Gracias por leer, hasta luego.

lunes, 17 de octubre de 2011

Niños heridos, niños rescatados

¿Alguna vez te has sorprendido soñando con ser alguien más grande? Tal vez te ha ocurrido esto o alguna otra cosa parecida, de esas cosas simples que se disfrutan bastante por el solo hecho de vivirlas.

Si te ha ocurrido, y al darte cuenta sientes que eso te motiva para seguir creciendo y no es un pretexto para regañarte y hacerte sentir mal, eres de las afortunadas personas que saben convivir con su niño interior y lo dejan expresarse, porque el punto de todo esto es que, por más años que cumplamos, los adultos y los niños tendremos siempre necesidades muy parecidas que satisfacer:

·       Recibir y dar amor.
·       Comprensión.
·       Aceptación.
·       Reconocimiento.
·       Apoyo.
·       Libertad.
·       Independencia.
·       Confianza.
·       Consejos.
·       Control.
·       Ser escuchados.
·       Apoyo para descubrir el mundo.
·       Ser investigadores (curiosos).
·       Tener seguridad.
·       Crecer.
·       Jugar incansablemente.
·       Soñar a ser grandes.
El adulto amigo de su parte infantil busca cómo satisfacer estas necesidades, el que no disfruta esa amistad, se boicotea para no alcanzar la satisfacción de una o varias de ellas. La tarea de rescatar al niño interior cuando está herido es de vital importancia para que nuestra verdad más profunda se atreva a expresarse, primero ante nosotros mismos y después ante quien sea: Solamente se puede lograr creyendo en uno mismo y aceptándose tal cual, si mi niño interior no cree en él y se avergüenza de ser quien es, estará a la sombra de un adulto que no vive para su presente, sino para atender ese pasado que le duele.

Rescatar al niño herido es darle al adulto actual la oportunidad de revalorar su propia historia para hacerse dueño de sus acontecimientos y vivir el aquí y ahora acompañado de su yo-niño en su versión más sana, la que quiere aprender, experimentar y conocer más el mundo, la que se da cuenta que por más tiempo que pase no alcanzarán a vivir todo en el corto lapso de una vida, pero encuentra en eso un reto y una motivación, en lugar de un pretexto para no hacer.

Es posible vivir descubriendo el mundo cada día sin fingir saberlo todo. Es posible cambiar la posición del Rey Mierdas por una postura de sencillez y agradecimiento por estar aquí, el tiempo que podamos. Es posible vivir sin miedo ni resentimiento con la vida.

Hay varios talleres dedicados al rescate del niño herido, y como ocurre con todas estas cosas, hay muchas formas de enfocar ese taller, si te interesa rescatar a tu niño herido, ya sea en sesiones de terapia o asistiendo a algún curso o taller, ten siempre en cuenta que se trata de rescatarte a ti mismo en otra época, cuando contabas con menos recursos de los que tienes ahora.

También hay varios libros interesantes sobre este tema, aquí comparto uno que estoy leyendo, lo escribió un ingeniero de Tabasco llamado Ernesto Rodríguez Moguel y él mismo lo subió a un sitio web llamado "Gestiópolis.com", de donde yo lo bajé, pueden buscarlo en esa página o descargarlo de acá:

http://www.4shared.com/document/zVBRifGf/Rescata_a_tu_nio_herido.html

Gracias por leer, hasta luego.

viernes, 7 de octubre de 2011

Jobs

Antier murió Steve Jobs y hoy todos son sus admiradores. Yo sigo sin conocer mucho acerca de él, creo que fue un buen hombre, ingenioso y decidido, pero además honesto, cualidad poco común.

Aquí reproduzco un video que me compartió mi hermano Rubén hace dos o tres años... me gusta mucho escuchar al famoso Jobs, espero que también a ustedes les deje un agradable sabor recibir estas palabras:


Y también reproduzco un dibujo homenaje de un monero de Guanajuato. Esta imagen también me impresionó desde la primera vez que la vi:



Hasta luego.

jueves, 6 de octubre de 2011

Los otros

Desde que estamos chicos nos enseñan a darnos cuenta de que somos parte de algo más grande que nosotros mismos, a desarrollar nuestro sentido de pertenencia para saber que somos miembros de una familia, de un grupo escolar, de un equipo deportivo, de un grupo de aficionados que comparten el mismo gusto por un artista o un equipo determinado, o simplemente porque nos tocó nacer en "nuestra" localidad (pueblo o ciudad), tener cierto color de piel, hablar el idioma español (o cualquier otro), creer en Dios como lo pide nuestra religión y desarrollar los mismos valores que la mayoría ... El sentido de pertenencia nos ayuda a crear la sensación de que "somos iguales" a los que están a nuestro alrededor.

Y así vamos desarrollando nuestras redes sociales, buscando la empatía y el espejo donde podamos encontrar nuestras mismas costumbres, gustos y expresiones. Aprendemos a ser parte de un grupo y nos llamamos "nosotros". Esta identidad nos da seguridad y confianza para segur adelante, tal como el niño va conociendo su vecindario y reconociendo donde hay más similitudes con sus intereses, así los jóvenes y adultos seguimos tratando de ampliar nuestro mundo encontrando más gentes afines a nosotros.

¿Y qué pasa con los que no coinciden con nuestra forma de ver el mundo? ¿Con los que no siguen la misma religión? ¿Con aquellos que hablan otro idioma y tienen otro color de piel? ¿O con los que se ven iguales a nosotros pero no son de aquí?

Fácil: Si algunas personas son diferentes no son parte de nosotros, son "los otros" y junto con nuestro sentido de pertenencia se nos ha enseñado a discriminarlos y rechazarlos. Tristemente la humanidad ha evolucionado con esa idea de "grupos" cerrados y en muy raras ocasiones ha sobrepasado el límite de lo que considera son "diferencias" irreconciliables con sus semejantes.


Muy raro es que un pueblo se muestre abierto a costumbres ajenas de manera pacífica (aunque sí los hay), es más común que de vez en cuando emergen sujetos excepcionales que alcanzan a vivir ese sentido de pertenencia con toda la humanidad y no con un grupo específico. Lo más común es que el temor a lo nuevo, a lo desconocido, nos guíe y nos lleve a ese lugar seguro que llamamos "nosotros" para justificar nuestro rechazo a todos los que son distintos.

Recuerdo que cuando estaba chico, en mi pueblo había un chavo más grande que yo que no podía hablar y todos le decíamos nada mas "el mudo", el pobre chavo nunca pudo jugar con nosotros, los niños de mi generación, porque todos estábamos convencidos de que él era un niño malo, siempre que se acercaba hacía unos ruidos espantosos y gesticulaba tratando de hacerse entender pero lo único que conseguía era verse más grotesco y asustarnos, así que salíamos corriendo y los más aventados de mis amigos lo atacaban sin que ninguna persona tratara de impedirlo o defendiera al pobre mudo. Incluso los adultos se burlaban de él y nos decían que no lo dejáramos acercarse. Ahora lo pienso y me imagino la desesperación del pobre muchacho que creció solo y rechazado, quién sabe qué trataba de decirnos (a lo mejor eran puras mentadas, pero incluso eso ya era comunicación); esa desesperación es la que justifica sus gestos exagerados y sus ruidos extraños que trataban de decir algo. Pero aunque trataba, nunca creímos que él fuera como nosotros, porque interpretábamos su lenguaje corporal como agresión.

"La revolución es el recurso de los desesperados", estaba escrito en una pared, y es cierto. Nada más que la revolución de los desesperados es violenta y causa mucho daño, tanto que a veces el logro revolucionario no compensa todo el daño causado a la sociedad.


Cuando relegamos a los que consideramos "diferentes" los agrupamos primero en el genérico "los otros", y poco a poco los vamos convirtiendo en masa, un montón de gente que vista así ni siquiera parece humana. La masa. Cantidades inimaginables de personas que no comparten algunas características superficiales con nosotros y por ese solo hecho, les negamos el derecho de reconocerles todas las características más profundas que tenemos en común.

¿Has tenido la desagradable experiencia de ser tratado como uno de "los otros" en lugar de uno de "nosotros"?

Atrás de este concepto se encierra una de tantas razones por las que quieren justificar las guerras, el sufrimiento y las muertes de algunas personas: No se preocupen: son "los otros". Y entonces tratan de decirnos que está bien que muera tal o cual persona, o tal o cual grupo de personas, como si en verdad hubiera alguien capaz de decirnos cuáles vidas valen más y cuáles valen menos.

No importa si en este momento soy de los de "nosotros" o de "los otros", la vida sigue dando vueltas y, al final, todos somos humanos. Me quedo con el reto de ser más tolerante y de ir incluyendo en mi grupo de "nosotros" a "los otros" o, por lo menos, de aceptar a la gente tal como es sin pretender que soy un mejor ejemplo para los demás.

Hasta luego.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Agradecido con la vida

Al pensar en este escrito me llegó de inmediato una frase de Arturo Meza, de su disco "Sin título": "No le pidas cuentas a la vida, porque seguramente le sales debiendo".

Y es que ayer hablaba sobre lo difícil que es para cualquiera dar ejemplo a los hijos, o a cualquier otra persona, de cómo ser felices con la vida, y eso es difícil porque no estamos acostumbrados a creer en la felicidad cotidiana, más bien pensamos en la felicidad como un momento de júbilo o de alegría desbordante, jacarandosa y escandalosa, pero es obvio que no podemos vivir siempre en ese estado de ánimo y eso crea la frustración de vivir "buscando la felicidad", es decir, esos momentos de euforia para poder decir que uno se siente bien.

La felicidad está lejos de las canciones ruidosas y las fiestas con excesos(eso es escapismo puro), consiste más bien en aceptar la vida como es y ser agradecidos con ella.

¿La vida no te ha dado todo lo que quieres? A mí tampoco, y no se detiene por eso, la vida sigue y yo y tú y todos los conocidos vivos vamos en ella. Tengo entonces la oportunidad de pedirle lo que realmente quiero y esforzarme por conseguirlo, mi responsabilidad es saber qué quiero y enfocar mis esfuerzos a ese objetivo, si los enfoco a otra cosa también es mi responsabilidad y no puedo culpar por ello a mi vida ni a la de otro. ni modo. A menos que seamos pariente cercano de Slim, de Bill Gates o de un empresario de esa talla, no podremos tenerlo todo en términos materiales, así que hay que saber escoger.

También podemos tener muchas cosas materiales por la vía del crimen y de la corrupción, pero aquí estoy en el entendido de que también quiero vivir en paz conmigo y con mis semejantes, así que de entrada descarto como opción eso de convertirme en parte de la delincuencia organizada o en achichincle de algún político de alto nivel, que ahorita es otra forma de mafia organizada.

Asumo que la mayoría de los que leen esto (si no es que todos) formamos parte del común de ciudadanos que tenemos que vender nuestros conocimientos o nuestra fuerza de trabajo, o un poquito de ambos artículos para vivir.

Y aún así es posible vivir dignamente y sacar adelante una vida que nos deje satisfechos por cómo la hemos vivido. El reto principal es mantener lejos al Rey Mierdas en cualquier manifestación y en lugar de quitarle valor a todo y vivir quejándonos y culpando a los demás, podemos agradecer este día y vivir plenamente el presente, ese famoso "aquí y ahora".

Tengo muchas broncas y problemas, y yo me encargo de ellos hasta donde puedo, si se me atora mi barco, pido ayuda reconociendo que no puedo solo con todo y si no se atora, pues sigo dando pasitos en mi camino, con confianza.

Hemos aprendido a preocuparnos y ocuparnos del mundo material, lo cual está muy bien porque sobre esa base nos alimentamos y nos movemos, es el alimento tangible, la "leche" de nuestras vidas. Pero también existe el mundo de las emociones, los pensamientos, los sentimientos y el espíritu; si dejamos de hacerle caso nos ocurrirá como decía en los "apuntes sobre el origen de la rebeldía", que en pocas palabras es ir por la vida sin saborear su "miel", aún cuando estemos bien nutridos en cuestiones materialistas.

Y aquí me detengo porque me acordé de otra frase que escuché en la película "Solo contra el mundo" y me gustó mucho:

"Yo no tomo de la vida más de lo que le puedo devolver".

Otra vez gracias por leer, si quieren opinar adelante.

Hasta luego.

jueves, 29 de septiembre de 2011

Apuntes sobre el origen de la rebeldía

Dicen que la rebeldía es una característica inseparable de la juventud, incluso Salvador Allende dijo en una visita que hizo a la Universidad de Guadalajara su famosa frase "Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica". Y nótese que estoy utilizando intencionalmente las palabras "rebelde" y "revolucionario" como sinónimos, ya que toda rebeldía indica que hay una inconformidad con algo, que se busca un cambio.

Todos los revolucionarios se ganan la simpatía de un grupo de personas y el rechazo de otro grupo, el de intereses contrarios. En este caso me voy a referir a la rebeldía individual, esa que se va desarrollando conforme crece la persona y siente como que le va quedando chico el ambiente donde creció, por decirlo de una manera muy simplista. Y hago otra aclaración: lo que expongo aquí son ideas que pueden ser ampliadas pero que considero seriamente como elementos que influyen en el origen de la rebeldía. El cómo se encauza esa energía rebelde o cómo llega a ser una fuerza destructora será motivo de un escrito posterior. Aquí vamos:

Unos dicen que todo empieza en la infancia, cuando el niño se crea una “imagen” de las personas más importantes en su vida y esta imagen se queda grabada en su mente como si fuera una verdad absoluta. El niño adquiere entonces unos puntos de referencia importantes para confirmarse a sí mismo como persona, en base a la seguridad que le da el "saber" como son las gentes con las que convive.

Con el paso del tiempo el niño va creciendo, conoce más personas, ingresa a escuelas, aprende cosas y cambia su convivencia con esas personas importantes de su niñez más temprana, que aún así siguen siendo las más importantes para él porque forman su núcleo familiar, aunque ahora puede ser que lo traten de manera diferente y que el comportamiento en general de estas personas también sea distinto, pues poco a poco se van quitando la máscara de "cuidado, no hagas eso que aquí está el niño", y además va dejando de ser niño: Las personas cambian, la imagen no. Si no hay una comunicación directa con el niño, él seguirá tratando de encajar a sus seres queridos o importantes en la imagen que se formó de ellos.

El niño sigue creciendo y sus seres queridos también continúan cambiando, hasta que llega un momento en que la realidad y su imagen no pueden coincidir. Éste es el momento en que se toma la decisión: negarse a aceptar la realidad o tratar de cambiar para adaptarse a los cambios externos.

El que creó la imagen se siente decepcionado, lastimado y ofendido, no alcanza a darse cuenta que él mismo ha cambiado y seguirá cambiando, y solamente percibe el cambio en los demás.

La otra persona sigue siendo quien es. Esto no significa que esa otra persona no va a cambiar, al contrario: sigue siendo una persona cambiante, tal como ha sido desde antes y como seguirá siendo mientras viva, eso es la evolución.

Sin embargo, el “ofendido” reacciona con rebeldía, en cualquiera de sus presentaciones. ¿Y cuál es la forma más común de "rebelarse" ante la gente que antes era importante? Pues convertirse en Rey Mierdas y echarle la culpa de todo a los demás, es decir: La persona se niega a reconocer su propia necesidad de cambio y a hacerse responsable de su vida, no quiere crecer.

¿Y esto tiene remedio? Pues sí, para remediar esta actitud hace falta tomar otra decisión: Si el ofendido actualiza su “imagen” de la persona y la suya propia, las relaciones pueden continuar de manera sana y nutricia para todos los que participen en ella.

En caso contrario, el "ofendido" seguirá justificando sus actos para seguir con actitud "rebelde".

Y hasta aquí la teoría básica, donde el pequeño que va creciendo forma su propia imagen de los demás y después, en base a ella, decide rebelarse. Hay otros elementos que influyen en la conducta rebelde de los hijos y que no dependen de ellos ni de su forma de ver el mundo, sino de las conductas de sus "seres importantes". Por cuestiones de espacio y tiempo voy a mencionar aquí unas cuantas solamente:
Padres crean imagen falsa (mentiras). Y no existen las mentiras piadosas, todas las personas tienen derecho a crecer con la verdad, aunque un requisito deseable es que las verdades se manejen con amor o por lo menos cariño, y de acuerdo a la capacidad de comprensión, de manera progresiva de acuerdo al desarrollo del menor.

Padres rompen imagen bruscamente. Esto es muy común cuando las parejas se olvidan del amor que los llevó a unirse en alguna ocasión y con ello, se pierden el respeto y van cediendo todo su interés a un egoísmo rencoroso donde los más afectados son ¿ya adivinaron? Pues sí: Esos "rebeldes" que nadie soporta. Y esto puede ocurrir aunque los papás no se divorcien "para no afectar a los niños".

Hijos pierden a los padres. Puede ser que fallezcan ambos o uno de ellos, o que por alguna cuestión legal la familia quede separada, o que uno o ambos padres abandone el hogar. En cualquier caso se trata de una pérdida que no se puede reponer y que inevitablemente hará que el menor (o los menores) se sientan ofendidos en su valía como personas y tarde o temprano ese sentimiento aflorará como rebeldía.

Hijos pierden sus sueños. Casi todos, cuando estamos pequeños, soñamos con ser alguien valioso al crecer y si se dan las condiciones adecuadas, tratamos de avanzar para conseguir esa meta; sin embargo hay ocasiones en que esas condiciones no se dan y por lo tanto no existe la posibilidad de que el niño estudie lo que quiere, o de desarrollarse en el área que se siente más capaz. Cuando las circunstancias externas impiden que el niño reciba este apoyo, tal vez sea capaz de comprenderlo y de adaptarse, conozco muchos adultos que no pudieron seguir la línea de vida que se trazaron de pequeños y aún así han podido realizarse en otras actividades que no se hubieran imaginado entonces. Pero si el pequeño no es capaz de asimilar esta verdad y se aferra a su imagen, comienza nuevamente la "rebeldía".

Los padres no tienen los recursos que el niño exige. Esto es algo muy común, y muy triste también cuando un hijo o hija le reclama a los padres por no tener suficiente dinero en vez de preguntarse cómo apoyar a mejorar el ingreso familiar. Casi siempre hay uno o ambos padres sobreprotectores atrás de esta actitud, sacrificándose para que sus hijos "tengan lo que ellos no tuvieron", y privan a esos hijos de la satisfacción de conseguir algo con su propio esfuerzo.

En nuestro país hay más de 50 millones de personas viviendo en la pobreza, y por lo tanto no es raro encontrar este tipo de elementos como origen de la rebeldía, y no solamente en los hijos.
Hay muchísimos más ejemplos, si ustedes quieren compartir alguno se los agradeceré. Hay una cosa que tienen en común estos rebeldes de la segunda teoría: Tal vez fueron criados por "buenas madres y padres" que les inculcaron lo que la vida debe ser, pero seguramente olvidaron enseñarles a ser felices porque no supieron cómo dar ese ejemplo. No cualquiera puede presumir de darles a sus hijos, además de reglas, normas y cuidados, el ejemplo de ser feliz en la vida.

Y después esos niños crecen y se convierten en jóvenes que estudian, empiezan a tener sus noviazgos más serios, trabajan y van haciendo su vida. Claro que pueden tener problemas con el estudio, concretamente con los profesores; pueden pelear constantemente con la novia o el novio, y si se casan seguirán discutiendo con su pareja; también puede ser que no duren en sus trabajos y si duran, que se quejen constantemente de sus jefes y de cualquier autoridad... Y un día pueden llegar a formar sus propias familias sin haber satisfecho el origen de esa rebeldía que sobrevive oculta en su interior y la historia vuelve a comenzar, o ¿por qué sigue habiendo pades que mienten a sus hijos, los abandonan (en sentido figurado o real), los ignoran, o prefieren pelear con su pareja en lugar de hacerles caso?

Al llegar al final de estas breves reflexiones sobre el origen de la rebeldía resulta que caigo también en el origen de la baja autoestima y que atrás de todo esto hay un niño herido que no se puede sanar en su infancia real, por eso al crecer sigue reclamando con berrinches, corajes, chantajes y otras manifestaciones viscerales, pues no aprendió a pedir de otra manera y esa es precisamente la parte que hace falta sanar.

Y viendo esto, vale la pena dedicarle otro espacio a platicar sobre el niño herido. Ya habrá tiempo.

Gracias por darse el tiempo de leer, hasta luego.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Cómo observar

Si observo a las personas superficialmente solamente podré notar las diferencias que hay entre ellas y también las que tienen conmigo, eso ayuda a justificar la discriminación y los ataques a "los otros".

Si observo a un nivel más profundo podré darme cuenta de que todos somos iguales, buscamos los mismos objetivos y coincidimos mucho más de lo que alcanzamos a percibir, eso ayuda a entendernos y colaborar mutuamente.

Todo es cuestión de decidir, nuevamente. Amar a los que llevan mi propia sangre y carne no es ningún mérito, el verdadero amor, amistad o fraternidad se vive con los que no considero mis "iguales".

miércoles, 21 de septiembre de 2011

2 visiones de la evolución

La evolución, tal como nos la enseñan en la escuela, es el predominio de los más fuertes sobre los más débiles, por lo tanto solamente sobreviven los primeros. Bueno, no es exactamente así, parece que en esta teoría también pueden sobrevivir aquellas especies que no son las más fuertes pero sí tienen alguna habilidad especial para escapar de las garras de sus depredadores y crear sus sistemas de vida. Esta teoría de la evolución sugiere que unos siempre estarán cuidándose de otros, la dualidad. Aquellas especies que han sobrevivido hasta nuestros días están más evolucionadas, pero la lucha por la supervivencia para seguir avanzando por el camino evolutivo aún sigue.

En otra teoría, más reciente, existe otro tipo de evolución que no depende únicamente de la fuerza, la depredación y las habilidades de supervivencia. Según esta visión de la vida, en la especie humana hay algunos seres más evolucionados por su alto desarrollo espiritual, intelectual o mental, que les permite contar con una visión del mundo más unitaria, y citan por ejemplo a un Carl Jung, un Einstein, Gandhi, Jesús, la Madre Teresa de Calcuta o hasta Carl Sagan. Casi todos estos seres, altamente evolucionados según esta teoría, carecen de las características para sobrevivir por medio de la fuerza ante sus semejantes y ante otras especies.

¿Cuál teoría es la correcta? ¿O será una combinación de ambas?

La lucha evolutiva de la primera teoría es la lucha por el poder externo, por dominar únicamente el mundo material a través de poseer dinero, un cuerpo hermoso, residencias, autos último modelo, o pertenecer a una minoría que por contar con más recursos (armas, influencias, religión o control sobre la opinión pública) puede dominar a las personas que tienen menos recursos materiales. Todo ello representa el poder externo, y obviamente hace que la persona salga de sí misma.

En la segunda teoría, la lucha evolutiva depende de que las personas puedan percibir valores y conceptos intangibles y tratar de avanzar hacia ellos. Así tenemos, por ejemplo, la honestidad, la tolerancia, el progreso, el bienestar compartido... Conceptos que no se ven, por ello no hay guerras para poseerlos, dominarlos o quitárselos a quienes los llevan consigo, por ello se puede decir que esta lucha evolutiva se basa en el dominio del poder interno y requiere de una percepción que va más allá del mundo físico inmediato, para alcanzar un mundo que se percibe con algo más que 5 sentidos.

¿En cuál teoría creer? ¿Seremos capaces de actuar de acuerdo a una teoría que busca la unidad y el poder interno? ¿O nos dejaremos envolver por la ilusión del poder externo?

La corrupción, la delincuencia organizada, los narcos y sicarios, la impunidad para quien daña a sus semejantes, la extorsión, el abuso en la distribución de la riqueza en pocas manos, son ejemplos de esa evolución que busca capturar el poder externo, y a mi modo de ver puede terminar en una involución, un retroceso que detenga el desarrollo humano, o peor aún: que nos consuma a todos, como cáncer autodestructivo. Si cada uno de nosotros termina buscando el poder externo, la competencia para sobrevivir será cada vez más violenta y despiadada. Para que una persona obtenga más poder externo, es inevitable que haya otras perdiéndolo.

Ante los embates de la violencia, la intransigencia y la ignorancia, entre otras manifestaciones de los fieles creyentes de la primera teoría de la evolución mencionada aquí, es importante tener claro si pertenecemos a la especie que cree en los valores y conceptos intangibles. Se requiere cultura y educación, no es solamente una cuestión de tener fé, sino de adquirir conocimientos que permitan ver más allá del éxito inmediato para una sola persona. A largo plazo, el poder interno permite unir a varios seres para crear mejores condiciones de vida, y los ejemplos están en los países que consideramos más civilizados.

No hay medias tintas: los pleitos que se viven al interior de un matrimonio o en cualquier oficina para estar mejor que los demás, se alimentan del mismo sabor y contenido que las guerras por dominar a los "enemigos", o sea a las personas diferentes. Todos estos casos se distinguen porque los que pelean buscan el poder externo para decir el clásico "¡me los chingué!".

Hasta luego.

sábado, 10 de septiembre de 2011

La rutina

Uno se levanta cada mañana sin una meta fija y va pasando el día cumpliendo sus rutinas y sus quehaceres cotidianos sin más color o brillo. Viviendo así, ¿acaso hay algo de raro en que al anochecer, a la hora de dormirse y repasar el día, uno se sienta cansado y aburrido?

No sé cuál es la clave del éxito, pero una de las claves más certeras para llegar al fracaso es la de vivir únicamente tratando de complacer a los demás, llámense amigos, papá, mamá, hermanos, jefes, maestros o quien sea.

Hasta luego.

martes, 6 de septiembre de 2011

Que la vida sea un espejo

En este momento deseo que la belleza de la palabra iguale a la grandeza de los más nobles corazones y la vida sea un espejo que nos deje disfrutar todo lo bueno que hemos regalado a los demás.

Cándida impaciencia irrumpe con sorpresa rompiendo mi sueño y me manda a trabajar, todos tenemos que trabajar para pagar las cadenas con las que nos amarran y la autoridad que nos imponen, y pagamos también las armas que se compran por nuestra seguridad para protegernos de las armas que se compran junto con las conciencias y la solidaridad.

Del respeto ya ni hablar, no sé qué buscamos allá afuera si en el interior tenemos todo, en el interior de mi familia viven los buenos recuerdos, las caras amorosas, la esperanza, la confianza, el respeto y la cursilería que aquí sí se anima a salir.

En mi familia hay una cama resguardada por cuatro paredes que me invita a descansar pero no quiero quedarme dormido, hay bocas sin llenadera que alimentar y nunca descansan de hablar, unos cuantos berrinches que resistir, enfermedades y necesidades, vida y emoción. Aquí nace y crece el amor.

El sol nace cada día y se vuelve uno distinto para cada ser humano, cada quien lleva consigo su día, su historia, su futuro, su sol, su luna y su mundo entero, algunos lo llevan cargando, otros a empujones y otros solamente quieren que el mundo los siga a ellos.

Mi mundo tiene ventanas que dan de frente con otros, me dejan mirar afuera y deja que otros se asomen. No me gusta todo lo que veo aunque es mi mundo, mi país y mi ciudad pues hay mucha gente que sí llegó de un mundo raro, no sabe del dolor ni del amor y no sé si alguna vez ha llorado, pero sí ha hecho llorar a muchos.

Y al principio y al final todos somos iguales, todos nos estamos yendo pues nada más hay un eterno y todos los demás nos dedicamos a construirnos infiernos, a refundir nuestras almas en horarios extremos, a valorar nuestras vidas con la nómina y el sueldo, a apretujar nuestros sueños junto al miedo de despertarlos y a cuidarnos del vecino que tal vez quiera fregarnos.

Esta persona y todas las que ves se venden, pero esta cuesta más que el dinero y pide solo sinceridad. A veces la vida me da alimentos que no me gustan y nada más, yo le agradezco que me quite el hambre.

En este momento deseo que la belleza de la palabra iguale a la grandeza de los más nobles corazones y la vida sea un espejo que nos deje disfrutar todo lo bueno que hemos regalado a los demás.

Hasta luego.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Morir solo, vivir solo

Ayer estaba viendo "El hombre araña" con mis niños y en la escena donde se muere el tío de Peter Parker, a ellos les llamó mucho la atención que el señor empieza a llorar justo cuando llega su sobrino y me preguntaban "¿por qué llora, si ya llegó Peter?" y también "¿se muere de todos modos, aunque haya llegado Peter?" Y sí, sí se muere aunque haya llegado Peter, pero no se muere solo, tiene una persona querida junto a él y eso hace una importante diferencia: Puede hablar con la seguridad de que lo va a escuchar una persona a la que le interesa lo que él dice. Puede decir lo que piensa en sus últimos momentos y sentirse comprendido. Puede irse sin el pendiente de que su familia no sabrá lo que le ocurrió. Y llora porque es un alivio tener cerca a Peter, y porque las lágrimas limpian cualquier sentimiento.

Morir solo y lejos de la gente amada debe estar entre las peores experiencias de un ser humano.

Y en vida, ¿cuál es el equivalente a esta experiencia? Tal vez vivir sin amor, estar cerca de las personas amadas y poner barreras ante ellas, no hablar claro o ni siquiera hablar. Tenemos la costumbre de respetar las últimas palabras de un moribundo pero al mismo tiempo acostumbramos ignorar las palabras cotidianas de nuestros vivos o guardarnos nuestras opiniones y los sentimientos que despiertan en nosotros las demás personas, vivimos a medias y nos sentimos insatisfechos, con sobrada razón.

En mi escrito anterior decía que es bueno poner un poco de música fresca en el corazón, hoy agrego que es mejor dejar que esa música salga en forma de plática amorosa hacia nuestra gente. Tal vez sea difícil empezar, pero solo se sabrá si lo intentamos. No hay garantías de que nuestras palabras serán bien recibidas, puesto que nos hemos condicionado a creer que los demás deben reaccionar como nosotros queremos y no como son en realidad, así que el primer reto es aceptar que tal vez nuestra buena intención de expresar y escuchar en vida no será comprendida en un principio, sino hasta que se vuelva una actitud permanente en nosotros (como la prueba de los 21 días que viene en otro escrito de este blog).

Esta es una sugerencia, y la única recompensa es que no tendremos que esperar hasta nuestro último día para ver si alguien se interesa por escuchar nuestra última frase o por darnos su palabra de aliento... si es que tenemos la suerte de tener a un lado a alguien que queremos, en ese día. También tenemos la opción de seguir jugando al solitario, al prepotente, al desvalido, al independiente y a cualquier otro rol que nos sirva para no expresarnos con amor, como realmente somos aunque hablemos con la gente que más queremos.

Aquí y ahora sigue siendo la propuesta.

Hasta luego.