Uno se levanta cada mañana sin una meta fija y va pasando el día cumpliendo sus rutinas y sus quehaceres cotidianos sin más color o brillo. Viviendo así, ¿acaso hay algo de raro en que al anochecer, a la hora de dormirse y repasar el día, uno se sienta cansado y aburrido?
No sé cuál es la clave del éxito, pero una de las claves más certeras para llegar al fracaso es la de vivir únicamente tratando de complacer a los demás, llámense amigos, papá, mamá, hermanos, jefes, maestros o quien sea.
Hasta luego.
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