jueves, 6 de octubre de 2011

Los otros

Desde que estamos chicos nos enseñan a darnos cuenta de que somos parte de algo más grande que nosotros mismos, a desarrollar nuestro sentido de pertenencia para saber que somos miembros de una familia, de un grupo escolar, de un equipo deportivo, de un grupo de aficionados que comparten el mismo gusto por un artista o un equipo determinado, o simplemente porque nos tocó nacer en "nuestra" localidad (pueblo o ciudad), tener cierto color de piel, hablar el idioma español (o cualquier otro), creer en Dios como lo pide nuestra religión y desarrollar los mismos valores que la mayoría ... El sentido de pertenencia nos ayuda a crear la sensación de que "somos iguales" a los que están a nuestro alrededor.

Y así vamos desarrollando nuestras redes sociales, buscando la empatía y el espejo donde podamos encontrar nuestras mismas costumbres, gustos y expresiones. Aprendemos a ser parte de un grupo y nos llamamos "nosotros". Esta identidad nos da seguridad y confianza para segur adelante, tal como el niño va conociendo su vecindario y reconociendo donde hay más similitudes con sus intereses, así los jóvenes y adultos seguimos tratando de ampliar nuestro mundo encontrando más gentes afines a nosotros.

¿Y qué pasa con los que no coinciden con nuestra forma de ver el mundo? ¿Con los que no siguen la misma religión? ¿Con aquellos que hablan otro idioma y tienen otro color de piel? ¿O con los que se ven iguales a nosotros pero no son de aquí?

Fácil: Si algunas personas son diferentes no son parte de nosotros, son "los otros" y junto con nuestro sentido de pertenencia se nos ha enseñado a discriminarlos y rechazarlos. Tristemente la humanidad ha evolucionado con esa idea de "grupos" cerrados y en muy raras ocasiones ha sobrepasado el límite de lo que considera son "diferencias" irreconciliables con sus semejantes.


Muy raro es que un pueblo se muestre abierto a costumbres ajenas de manera pacífica (aunque sí los hay), es más común que de vez en cuando emergen sujetos excepcionales que alcanzan a vivir ese sentido de pertenencia con toda la humanidad y no con un grupo específico. Lo más común es que el temor a lo nuevo, a lo desconocido, nos guíe y nos lleve a ese lugar seguro que llamamos "nosotros" para justificar nuestro rechazo a todos los que son distintos.

Recuerdo que cuando estaba chico, en mi pueblo había un chavo más grande que yo que no podía hablar y todos le decíamos nada mas "el mudo", el pobre chavo nunca pudo jugar con nosotros, los niños de mi generación, porque todos estábamos convencidos de que él era un niño malo, siempre que se acercaba hacía unos ruidos espantosos y gesticulaba tratando de hacerse entender pero lo único que conseguía era verse más grotesco y asustarnos, así que salíamos corriendo y los más aventados de mis amigos lo atacaban sin que ninguna persona tratara de impedirlo o defendiera al pobre mudo. Incluso los adultos se burlaban de él y nos decían que no lo dejáramos acercarse. Ahora lo pienso y me imagino la desesperación del pobre muchacho que creció solo y rechazado, quién sabe qué trataba de decirnos (a lo mejor eran puras mentadas, pero incluso eso ya era comunicación); esa desesperación es la que justifica sus gestos exagerados y sus ruidos extraños que trataban de decir algo. Pero aunque trataba, nunca creímos que él fuera como nosotros, porque interpretábamos su lenguaje corporal como agresión.

"La revolución es el recurso de los desesperados", estaba escrito en una pared, y es cierto. Nada más que la revolución de los desesperados es violenta y causa mucho daño, tanto que a veces el logro revolucionario no compensa todo el daño causado a la sociedad.


Cuando relegamos a los que consideramos "diferentes" los agrupamos primero en el genérico "los otros", y poco a poco los vamos convirtiendo en masa, un montón de gente que vista así ni siquiera parece humana. La masa. Cantidades inimaginables de personas que no comparten algunas características superficiales con nosotros y por ese solo hecho, les negamos el derecho de reconocerles todas las características más profundas que tenemos en común.

¿Has tenido la desagradable experiencia de ser tratado como uno de "los otros" en lugar de uno de "nosotros"?

Atrás de este concepto se encierra una de tantas razones por las que quieren justificar las guerras, el sufrimiento y las muertes de algunas personas: No se preocupen: son "los otros". Y entonces tratan de decirnos que está bien que muera tal o cual persona, o tal o cual grupo de personas, como si en verdad hubiera alguien capaz de decirnos cuáles vidas valen más y cuáles valen menos.

No importa si en este momento soy de los de "nosotros" o de "los otros", la vida sigue dando vueltas y, al final, todos somos humanos. Me quedo con el reto de ser más tolerante y de ir incluyendo en mi grupo de "nosotros" a "los otros" o, por lo menos, de aceptar a la gente tal como es sin pretender que soy un mejor ejemplo para los demás.

Hasta luego.

1 comentario:

  1. PUES LÁSTIMA QUE CON EL ANTERIOR FORMATO NO APARECIO EL MEGA COMENTARIO QUE HICE AL RESPECTO, PERO EN POCAS PALABRAS, CONSIDERO QUE TODOS CAEMOS EN ESTE TIPO DE DISCRIMINACIÓN POR LLAMARLO, INCLUSO CON LA GENTE QUE NOS RODEA POR SIMPLE PERCEPCIÓN SUBJETIVA, Y UNO MISMO CREA DIFERENCIAS Y BARRERAS DONDE NO TENDRÍAN QUE EXISTIR, PROVOCANDO TAL VEZ EN LAS OTRAS PERSONAS LOS MISMOS SENTIMIENTO DE RECHAZO O QUE SE YO, INDEPENDIENTEMENTE QUE HAY NIVELES OBVIO, PERO NO CABE DUDA QUE PARA VIVIR EN PAZ SE DEBE ACEPTAR A LOS DEMÁS TAL CUAL, AL MENOS EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE CON TAL DE CREAR UN AMBIENTE SANO, Y SI LO LLEVAMOS EN TODOS LOS AMBITOS CREO QUE SERIAMOS UN POQUITO MEJOR, Y COOPERARIAMOS A MEJORAR NUESTRO ENTORNO, EN FIN, COMO SIEMPRE TOTALMENTE DE ACUERDO CON USTED, TRATEMOS DE DAR LO MEJOR DE NOSOTROS.......(QUE CONSTE QUE NO LO VOLVÍ A LEER HOY LIC. JAJAJA ESPERO QUE NO ME HAYA IDO POR OTRO LADO (TEMA), EN FIN.....)

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