Crisis de comunicación:
Todos queremos ser escuchados pero no nos importa lo que digan los demás, y esto no es nuevo ni se le puede achacar a la industrialización o a la digitalización. Desde que me acuerdo (y obviamente desde mucho antes) la gente ha buscado formas de hacerse entender o por lo menos de sentirse entendida, a algunos les parece necesario que mucha gente les haga caso y a otros solo les interesa ser escuchados por un reducido y selecto círculo de conocidos, pero todos tenemos esta necesidad.
Todos queremos ser escuchados pero no nos importa lo que digan los demás, y esto no es nuevo ni se le puede achacar a la industrialización o a la digitalización. Desde que me acuerdo (y obviamente desde mucho antes) la gente ha buscado formas de hacerse entender o por lo menos de sentirse entendida, a algunos les parece necesario que mucha gente les haga caso y a otros solo les interesa ser escuchados por un reducido y selecto círculo de conocidos, pero todos tenemos esta necesidad.
Ahora que tenemos los recursos para hacer redes sociales "virtuales", o sea "como si" fueran reales, se ha hecho más notorio este fenómeno y en algunos círculos hasta es bien visto eso de pasar el tiempo lanzando mensajes al ciber espacio. Antes era clásico el dibujito del náufrago solitario que desde su isla arroja mensajes al mar dentro de una botella, con la esperanza de que alguien los lea, ahora seguimos aventando nuestros mensajes encapsulados y a veces solamente nos llega como respuesta una carita o una expresión rara, ¡pero la entendemos! Está bien, no se trata de esconder nuestro instinto innato de comunicación y cercanía con los demás, sino de aprovechar las distintas opciones para dejarlo salir.
Eso sí, el contenido de cada mensaje y sus respuestas son lo que hace la diferencia entre sentir que realmente estamos comunicados o que simplemente estamos rellenando momentos con ocurrencias. Todo se vale, pero si persiste una sensación de soledad a pesar de estar saludando a cien o mil personas distintas, tal vez debamos revisar nuestro estilo de comunicación.
También lanzamos mensajes con la esperanza de que sean bien recibidos por la gente que nos conoce o que coincide con nuestra forma de pensar y además, para ayudarnos a ordenar las ideas que revolotean dentro de la cabeza sin animarse a anidar.
Si los mensaje son honestos no importa el medio por el que los expresemos, ya sea hablando, escribiendo, usando dibujos, videos o cualquier otro medio, la honestidad encontrará respuesta y ahí es donde es posible que nazca una real comunicación.
Con la práctica descubriremos que nos hace falta platicar más con uno mismo, estar más tiempo honestamente con uno mismo y con la gente que también sabe hablar y escuchar con honestidad. Descubrir esto es una gran ganancia y un paso necesario para nuestro crecimiento personal.
Si los mensaje son honestos no importa el medio por el que los expresemos, ya sea hablando, escribiendo, usando dibujos, videos o cualquier otro medio, la honestidad encontrará respuesta y ahí es donde es posible que nazca una real comunicación.
Con la práctica descubriremos que nos hace falta platicar más con uno mismo, estar más tiempo honestamente con uno mismo y con la gente que también sabe hablar y escuchar con honestidad. Descubrir esto es una gran ganancia y un paso necesario para nuestro crecimiento personal.
Hasta luego.
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