Las palabras pantalla forman
parte de nuestra herencia cultural, las aprendemos en casa y en la escuela, las
vivimos en el trabajo, con la familia y los amigos, y nos ayudan a crear la
ilusión de que nos entendemos, aunque en realidad van creando velos (o
pantallas, precisamente) que evitan la comunicación real.
Una pantalla
es una superficie que se utiliza para cubrir algo y para proyectar algo sobre
ella, como ocurre en el cine o en las lámparas para iluminar sin arrojar luz
directa, o como ocurre también con la pantalla del aparato donde estás viendo este texto. La pantalla nos permite ver únicamente una parte del todo y nos da la
apariencia de algo.
Por eso resulta que al
utilizar "palabras pantalla" podemos evadir el compromiso, tanto con nosotros
mismos como con alguien más, porque esas palabras nunca son lo suficientemente
claras y solamente expresan una parte de nuestro mensaje real, y porque la forma en que nos expresamos refleja la manera en
que vemos la realidad, ya que el lenguaje es parte de la imagen que proyectamos hacia
el mundo, y parte de la imagen que tenemos del mundo. Desafortunadamente, en
muchas ocasiones no nos damos cuenta de esto y vivimos en una realidad
distorsionada (tras la pantalla, pues).
Enseguida vienen algunos ejemplos
de palabras pantalla, tal vez muchas resulten familiares, en todo caso vale, la pena tomar nota para identificar cuáles utilizamos con más frecuencia:
“A lo mejor”. Ésta es de mis
consentidas, casi todos la usamos cuando hablamos de algo que afecta a nuestra
propia persona o algo que sentimos como propio (sentimientos, proyectos,
planes, resultados). Decir “a lo mejor” es no afirmar lo que estoy expresando,
es dudar de mí mismo y de mi interlocutor. “A
lo mejor no voy a ir” “A lo mejor sí”.
“Como que…” Para mi, esta pantalla es la
máxima expresión de la inseguridad y la decimos frecuentemente, sobre todo
cuando tratamos de comprender o explicar una situación cualquiera, ya sea
familiar o novedosa para nosotros. “Como
que me siento triste”, “Como
que ya te entendí”.
Cuando
comenzamos una declaración diciendo “Yo
creo que…” “Tal vez”, también
estamos poniendo sobre aviso a los oyentes de que no estamos 100% seguros de lo
que estamos diciendo, y lo que van a escuchar puede no ser exacto, sino una
opinión personal. “Yo creo que sobre
aviso no hay engaño”.
“Pero”. Esta es una palabra bastante
perjudicial, sobre todo si la usamos entre dos afirmaciones, porque entonces
le quitamos todo el valor a lo que habíamos dicho en primer lugar: “Es la mejor mujer que he conocido, todo en ella me gusta, pero ojalá no
tuviera tantas amigas”.
“¿Hablar con preguntas?”, es otra forma
de hacer entender a los demás que estoy hablando de un tema difícil de manejar
o de aceptar para mí. Normalmente podemos quitarle los signos de interrogación
a esas preguntas sobre nosotros mismos que hacemos a los demás. “¿Me tomaré la última, para irme temprano?”,
“¿Sería mejor tener compañía?”
Generalizar:
“Uno”, “La gente”, “Todos”, “Nadie”, “Siempre”, “Nunca”, este
tipo de expresiones nos justifican cuando no queremos analizar ni pensar lo que
decimos, es más fácil poner la etiqueta general de que “Siempre hace lo mismo” o de que “Todos piensan así”, en vez de revisar la situación que estamos
viviendo con una persona en específico, o con mi propia persona.
“Prometer” y “Amenazar”, ambas son otra forma de generalizar, utilizadas para
manipular a quien depende de nosotros de alguna manera, ya sea emocional o
jerárquica, comúnmente se da en la relación padres-hijos, maestro-alumno o
jefe-empleado, donde la jerarquía es muy clara. Pero también se da entre amigos
y en la pareja, cuando una parte asume el control “manipulador” de la relación
y la otra lo acepta.
¿Ya no quieres usar palabras pantalla?, bueno pues:
Quítalas de tus pláticas, la parte más difícil es darnos cuenta cuándo las
utilizamos, para dejar de hacerlo.
Pide que sea más específica la persona con la que estés hablando. Si aceptas una
comunicación pantalla, estás participando.
Toma decisiones, al quitar las palabras pantalla se acaba el “como
que” y el “a lo mejor”, en su lugar queda una afirmación que nos quitará el
peso de la duda: Sí o no.
Confía en ti, acéptate como eres y dudarás menos de lo que quieres decir.
Una aclaración: Las palabras
pantalla no son iguales que las mentiras, pues no las decimos con la intención
de engañar a nadie, al contrario, normalmente creemos que hablamos con la
verdad al utilizarlas, y en el caso de las mentiras, siempre que las decimos
estamos conscientes de que hay un engaño o falsedad.
Y “como que” ya no tengo
ganas de escribir, “a lo mejor” escribo después otra cosa, "pero" ahorita me despido dejando abierta la invitación a hacernos responsables de nuestras palabras y a dejar de utilizar las que son pura pantalla.
Yo sé que es difícil de creer, pero se logran grandes cambios favorables en nuestras relaciones con los demás (y con uno mismo) si decidimos hacer este cambio en nuestro estilo de comunicación.
Yo sé que es difícil de creer, pero se logran grandes cambios favorables en nuestras relaciones con los demás (y con uno mismo) si decidimos hacer este cambio en nuestro estilo de comunicación.
Hasta luego.
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