martes, 4 de septiembre de 2018

Psiqué te digo... de tu paradigma


Un paradigma es básicamente un modelo o patrón a seguir. En este sentido, también podemos decir que el paradigma es una forma específica de ver o de ser en el mundo. ¿Qué tan sano es romper tu paradigma? ¿Qué ventajas tiene enamorarte tanto de tu propia forma de ver el mundo que ya no quieres conocer otras?

Ningún extremo es sano, a medida que creces (en todos los sentidos del término) vas aprendiendo y recibiendo de la vida más experiencia y conocimiento, así que de una manera natural resulta que un día simplemente te das cuenta que ya cambiaste tu forma de ver y de ser en el mundo, porque los conocimientos previos ya no eran suficientes para entender el contexto en el que te desenvuelves y las relaciones en las que te desenvuelves. Tu línea básica de personalidad no va a cambiar, esa forma parte intrínseca de ti y por lo tanto, puede evolucionar contigo.

Sin embargo, tampoco es sano adoptar distintas filosofías de la vida y cambiar tu forma de ser en el mundo con mucha frecuencia, pues es muy probable que esto te impediría asimilar totalmente tu forma de estar en este mundo, con el riesgo de tener una pérdida de identidad y vivir queriendo imitar a aquellos que sí se han dado el tiempo de valorar su conocimiento de sí mismos y de su realidad.

Tu paradigma puede ser muy bueno, tal vez el mejor, y cuando eso ya no sea suficiente, anímate a cambiarlo por otro. A tu estilo, a tu ritmo, pero consciente de que necesitas cambiar esa capa de conocimientos apretada, por otra más cómoda y funcional.

Junto a ti, muchas otras personas también están decidiendo de manera consciente o inconsciente adoptar nuevas formas de pensar a su estilo de vida. A veces lo hacen de una forma tan sutil que no lo percibimos de inmediato, pero nos damos cuenta de que ya cambiaron. Y a veces lo hacemos antes que ellas mismas se den cuenta.

No somos los mismos, seguiremos cambiando.

Hasta luego.

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