Gota
a gota nace un potente río que recorre el cuerpo desde el pecho para regalar
alimento y oxígeno a cada órgano vital, extremidades, musculatura y hasta al
último trozo de carne bajo la piel.
Todos
los días, cada hora, cada minuto, cada latido nace de nuevo el mismo río
diferente con su carga de alimentadores, soldados, médicos y reparadores,
prestos a hacer su rondín.
Al
pasar por los pulmones recibe oxígeno para repartir, del sistema digestivo toma
sus nutrientes, en el hígado y los riñones se limpia y aligera para seguir
avanzando, de regreso lleva los desechos, lo que ya fue útil y debe retirarse, como
el oxígeno quemado que debe volver a los pulmones para llegar al exterior.
Sangre,
relleno rojo, vehículo de vida, protectora del organismo y protagonista de
escenas de violencia, suspenso y terror en la pantalla y en la vida real.
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