jueves, 24 de septiembre de 2015

Freud y la sexualidad en la época victoriana

"Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla"
(Sigmund Freud)


Existe la creencia de que Freud utilizó mucho el concepto “sexualidad” para resaltar las diferencias entre hombres y mujeres y como razón básica de los conflictos que se presentan en la dinámica de sus relaciones, todavía en nuestros días se reduce al psicoanálisis y a Freud mismo a los conflictos sexuales, y muchas personas suponen que su teoría se reduce a la relación de aceptación o rechazo de los roles sexuales. Esto es una concepción demasiado simplista del psicoanálisis y del aporte de Freud a la psicología en general. 

Consideremos la circunstancia histórica de Freud, o sea la época y el lugar en que le tocó vivir: no es lo mismo nacer a mitad del siglo XIX que en el XXI, y tampoco es igual crecer en la Europa de esos tiempos que en Brasil, Argentina, España o México. A él le tocó vivir una era de relativa paz y estabilidad social en Austria y en Inglaterra, situación ajena a lo que se vivía al mismo tiempo en los países de América, por ejemplo. Dentro de esa calma se respiraba un ambiente de candidez e inocencia forzadas, porque los temas relacionados con la sexualidad y los placeres del cuerpo eran muy mal vistos y por ende reprimidos (políticamente incorrectos, dirían ahorita) y la sociedad europea se miraba a sí misma con la crítica de quien tiene tiempo de sobra para observar a los demás.


En fin, que en esa época denominada Victoriana (debido a que la reina de Inglaterra, Victoria, reinó durante más de 60 años), los valores se podrían clasificar como "puritanos" destacando en la época cualidades como el ahorro, el afán de trabajo, la extrema importancia de la moral, los deberes de la fe y el descanso dominical como valores de gran importancia. También hay que decir que los ingleses eran (tal vez todavía son) más machistas que muchos machos mexicanos y tenían a la mujer relegada a los roles más sumisos y resignados, tanto así, que los deseos y fantasías sexuales en la  mujer eran considerados síntoma de enfermedad.

Hoy decimos ser más liberales y se supone que ya no vivimos en la época victoriana, pero las mujeres que se atreven a vivir su sexualidad enfrentan igual el rechazo de sus congéneres y la incomprensión de los hombres, que en el fondo o en la superficie seguimos malinterpretando las expresiones honestas que una mujer puede hacer con su sexualidad.


El punto es que en la época de Freud el sexo era un tema tan vetado que forzosamente tenía que estar en el pensamiento de las mayorías: la tentación de lo prohibido. Dicen que si los temas sexuales no hubieran sido tan perseguidos, nunca hubiera nacido el psicoanálisis. Tal vez.

Y también hay quien dice que si Freud hubiera ampliado sus conceptos y en algunas ocasiones hubiera cambiado el término “sexualidad” por el de “dualidad”, sus teorías se hubieran entendido de una manera más completa. Tal vez. Nunca lo sabremos porque lo que él hizo fue lo mejor en su momento histórico, pleno de estabilidad social y de represión moral. Y ahí están los cimientos de todas las corrientes psicológicas modernas.


Más allá de prejuicios y críticas parciales, vale la pena conocer las ideas de Freud y descubrir sus posturas ante temas tan dispares como los sueños, la infancia, la muerte o, por supuesto, la sexualidad.

Hasta luego.

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