jueves, 13 de marzo de 2014

Una buena intención

"El camino al infierno está lleno de buenas intenciones"
(Refrán popular)


Todos tenemos una buena intención que motiva nuestras acciones. Lo que hace la diferencia entre nosotros es cómo llegamos a satisfacer esa buena intención.


Unos trabajan, otros roban, unos siembran, otros amenazan, unos construyen, otros destruyen, unos sirven, otros matan... Y atrás de todas estas acciones hay una buena intención, que puede ser ayudar a un familiar enfermo, cumplirle un gusto a un hijo, ganarse la admiración de una bella mujer, conseguir un mejor puesto en el trabajo, pasar de año con buenas calificaciones, agradarle a la mamá, al papá o a la pareja... 

La buena intención siempre es un noble fin, sin embargo, no debería usarse para justificar actos destructivos (sobre este tema, véanse las ideas de Dale Carnegie aquí), aunque tenemos bastantes ejemplos en la vida diaria de esta nación.

"El fin justifica los medios"
Maquiavelo

Hay un principio natural que dice algo así como "lo afín busca lo afín"; yo entiendo en esta frase que las personas destructivas terminarán junto a otras personas destructivas y no podrán salir de esa red hasta que cambien la manera de satisfacer sus necesidades, hasta que dejen de lado la soberbia y la prepotencia.  Si no saben cómo pero quieren hacerlo, es buen momento para aprender... por el momento hay un buen tip, y es el de hacerle menos caso al orgullo malsano.


La sugerencia más antigua y eficaz que conozco es la de ser más empáticos y tratar de relacionarnos con la gente con la intención de descubrir las virtudes en los otros. Dicen que esta novedad la recomendaba Pitágoras varios años antes de Cristo, y también dicen que enfrentaba la misma dificultad que nosotros en pleno siglo XXI: Aunque sabemos que esta actitud es más conveniente, nos sorprendemos con mucha frecuencia mirando solamente el lado negativo de las demás personas (nos sentimos más atraídos hacia ese lado, tal vez). 

Descubrir las virtudes en los demás es un esfuerzo diario, renovado y consciente, una vez que lo hagamos parte de nuestra vida diaria, podremos olvidarnos de realizar actos destructivos y de justificarlos con el pretexto de que los hicimos para alcanzar una "buena intención". 

"Trata a los demás como quieres que te traten, 
y no permitas que te traten como tú no los tratarías".
¿Confucio?

Hasta luego.

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