"Todo lo creíble es una imagen de la verdad".
William Blake
En este país, nuestro México lindo y querido, los gobiernos gastan una buena cantidad de sus dineros en convencernos de que están haciendo bien su trabajo en lugar de hacerlo. En carteles, en periódicos, en páginas de Internet, en llamadas telefónicas, en la tele, en el radio, en el cine... gastan mucho en tratar de convencernos de que están usando bien sus dineros, que a fin de cuentas son nuestros dineros.
¿Qué pasaría si esto ocurriera también en otros ámbitos? ¿Si los jefes de familia o del trabajo tomaran un 30%, o un 40% de su dinero para convencernos de que lo están haciendo bien; o si los directores de escuelas, universidades e institutos hicieran lo mismo; o los novios y esposos (hombres y mujeres)? Imagínense lo que pasaría si todos los líderes dedicaran un alto porcentaje de sus recursos, sus tiempos y sus esfuerzos a decirnos que actúan sin que se vean sus acciones...
La palabra "líderes" abarca a un amplio rano de personas: papás, mamás, maestros, médicos, políticos, empresarios, sacerdotes, pastores, esposos... en fin, cada quien dentro de su ámbito puede tener un rol de liderazgo (asumirlo es otra cosa).
Pagar una campaña publicitaria todo el tiempo es muy caro, muy desgastante y también es la mejor forma de perder credibilidad, pues cuando debemos pagar e vez de de confiar en que los hechos hablen, significa que las cosas andan mal. Es posible que se llegue a crear una excelente imagen, lucirla y presumirla, pero si por alguna razón esa imagen se daña, esas mismas personas que pagaron por convencer se dedicarán a buscar culpables que castigar, en vez de soluciones que aplicar.
"El político se conforma solamente con una buena imagen, ése será el mayor logro que obtendrá"
Herbet Marshall McLuhan
¿Y tanta corrupción afectará nuestra forma de pensar, de percibir el mundo?
Yo creo que sí. Si los líderes de una nación son capaces de irse por la apariencia de éxito fácil, habrá muchos que crean que esa es una opción válida, y de hecho lo es, aunque antes de llegar a ella hay varias opciones distintas que ayudan a mejorar tanto la imagen como los resultados, y que a la larga pueden ocasionar menos gasto y esfuerzo para los gobernantes y los gobernados aunque implican un mayor esfuerzo inicial pero, sobre todo, menos ganancias personales.
Revisemos nuestro quehacer, seamos un poco más autocríticos y reduzcamos aquellas actividades pantalla para enfocarnos más en las acciones que nos dirigen hacia la meta que queremos alcanzar en la vida. Es decir: enfoquémonos en el trabajo que nos llevará a ser mejores personas y no solo a parecer que lo somos. Si las cosas salen bien, sigamos haciendo lo que debemos hacer. Si salen mal, cambiemos algo pero sigamos haciendo.
Hasta luego.
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