"Donde pones tu atención, también estás poniendo tu intención". Muchas veces no nos damos cuenta de esto, y seguimos haciendo las mismas cosas que acostumbramos realizar, y vamos diciendo las mismas frases que hemos escuchado, pero interiormente nos enfocamos a otro ideal o a otro propósito que es en realidad el que nos interesa. Si tengo ganas de ir al baño, detengo lo que esté haciendo y voy; si me da hambre, comienzo a tener mal humor hasta que consigo algo qué comer; si tengo sueño, ya no hago caso de nadie por interesante que pueda ser... y esto es lo sano: hacer caso de mi intención para atenderla en su momento.
Eso me ocurrió en estos días, me enfrasqué en otras actividades y aunque se me ocurrieron algunas ideas para escribir y compartir en este espacio, las pensaba más bien como un "tengo que hacerlo" y no como un "quiero hacerlo" y no me podía concentrar. Así que he estado haciendo unos dibujos infantiles, revisando notas y ejercicios de autoestima y comunicación asertiva y algunas otras cosas hasta hoy, que en medio de esas actividades me di cuenta que mi atención estaba nuevamente en escribir algo para compartir aquí. Donde pongo mi atención también pongo mi intención, cuidando de no cruzar el límite de la irresponsabilidad, claro.
Hasta luego.
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