jueves, 7 de julio de 2016

Los árboles y la vida

Mi mamá amó la vida, mi papá también la ama.


¿Qué le puedo regalar a la vida?
Me gustaría tumbarme en el pasto
al cobijo de un buen árbol y tratar de dibujar
la luz que pasa entre sus hojas
jugando a deshacer sombras.

Espero pintar una ventana con sus cortinas
corridas desde donde se ve un gran árbol
o tal vez una noche oscura con su negrura estrellada
y una gorda luna que baña de luz a un árbol
o un camino ancho largo y un poco sinuoso
lleno de huellas cuidadas por árboles
y si no tal vez un bosque muy cercano
para poder distinguir sus árboles 
o una moderna ciudad minimalista que rompe
sus líneas rectas con la forma de sus árboles
o el detalle minucioso complejo y abstracto
de la corteza de cualquier árbol.

¿Qué le puedo regalar a la vida?
Yo disfruto ver los árboles
sentirme cerca de ellos
y vivir su diferencia indiferente ante los cambios
que los hombres hacemos queriendo y sin querer.

Nobles criaturas inmensas y silenciosas
los mejores amigos del hombre y de todo ser vivo
por eso mi padre ama las plantas
especialmente a los árboles y él mismo da frutos
igual que ellos y muchas veces reverdece.

Hasta luego.

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