"No me asusta ni me extraña el grito de los poderosos, de los opresores, de los dominantes. Me aterra el silencio de los buenos, de los justos, de los pacíficos".
(Martin Luther King)
Son contradicciones. Son todo lo contrario a la asertividad. Si hablamos de humor, son el ingrediente indispensable para que funcione un chiste. Si hablamos de una vida, son formas no sanas de ver y estar en el mundo. Son actitudes que perpetúan un problema sin llegar nunca a resolverlo. Son trampas para no crecer. Son cosas que los demás parecen descubrir muy rápido y quien las hace parece no darse cuenta. Son cosas que todos alguna vez hemos hecho y que se vuelven problema cuando las hacemos con tanta frecuencia que llegan a ser un hábito. En algunos casos se disimulan muy bien, pues solamente son absurdos en función del "para qué" los hacemos.
¿Quieres probar? Aquí algunos absurdos que pueden ser hasta familiares o cotidianos, no para usarlos de ejemplo, sino para identificarlos y decidir qué hacer con ellos:
Es absurdo hablar a gritos y esperar que te respondan con ternura.
Es absurdo gastar más de lo que ganas y querer tener un patrimonio.
Es absurdo llenar tu casa de tecnología y extrañar la comunicación persona a persona.
Es absurdo decir "sí", si lo que quieres decir es "no".
Es absurdo llorarle a tu historia, si en aquel entonces solo sufrías.
Es absurdo tener antojo de pozole y comprar una pizza.
Es absurdo admirar y hacer valer a quien te quita valor.
Es absurdo exigir respeto, confianza y cariño en vez de darlo.
Es absurdo sufrir la violencia en silencio para que no le hagan nada malo a quien te maltrata.
Es absurdo tener tantos vínculos virtuales y cada vez menos vínculos reales.
Es absurdo hablar de los demás y pensar que no te traerán en chismes.
Es absurdo abrir la boca si no tienes nada qué decir.
Es absurdo llorarle a lo que no ha ocurrido si ahora es cuando puedes actuar.
Es absurdo tener hambre o sueño y no querer comer ni dormir.
Es absurdo sobreproteger a tus hijos y querer que sean personas seguras.
Es absurdo mentir y desear que confíen en ti.
Es absurdo desperdiciar tu ternura en alguien que no ve tu dignidad.
Es absurdo leer esto y criticar los absurdos de otra gente sin revisar los propios.
Es absurdo votar por un político y creer que no será corrupto.
Hasta luego.
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