"No tienes que controlar todos tus pensamientos; solo deja de permitirles que te controlen a ti."
(Dan Millman.)
Hace dos años, aproximadamente, escribí un texto muy académico acerca de la depresión tratando de describir sus síntomas y los alcances de esta enfermedad, que es capaz de reducir al mínimo la actividad y la vida de quienes la padecen. En aquella ocasión tomé datos de algunas páginas para documentar el tema, y todo lo que dejé escrito acerca de la depresión sigue siendo cierto, sin embargo hace poco mi amiga Mayra me pasó la liga a un corto animado que resume en una breve historia todo lo que representa la depresión de una manera muy gráfica y entendible:
La depresión es un perro negro que cualquier día decide escoger a una persona y adoptarla. Así nada más. Se queda a vivir y ya. Quienes conocemos al perro negro sabemos lo difícil que puede ser llegar a moverlo, no digamos a entrenarlo: Esa parece una tarea imposible, sobre todo porque cuando el perro negro va creciendo, va consumiendo nuestra energía como si se alimentara de ella. El perro negro de la depresión es capaz de matar las ganas de todo. Cualquier cosa, incluso la que más te motivaba, pierde todo su interés.
El perro negro escoge a su dueño, es decir que le pertenece a esa persona que escogió. Cuando la persona se da cuenta de esto puede llevar una mejor relación con su perro, una más productiva, aunque es justo decir que para lograr esto se requiere pedir ayuda, y entre más rápido, será mucho mejor. Observa el video, si encuentras que te habla de cosas familiares quiere decir que es un buen momento para buscar ayuda profesional. Si al verlo te refleja lo que le ocurre a alguien que conoces, también es buena idea animar a ese alguien a buscar ayuda.
Si tú no vives con un perro negro, puedes convertirte en la gente adecuada para alguien más. A todas las personas que viven con su perro negro les sirve muchísimo un empujón amistoso que les anime a buscar la ayuda necesaria para estar bien.
Si tú no vives con un perro negro, puedes convertirte en la gente adecuada para alguien más. A todas las personas que viven con su perro negro les sirve muchísimo un empujón amistoso que les anime a buscar la ayuda necesaria para estar bien.
Hasta luego.
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