"Si quieres conocerte, observa la conducta de los demás; si quieres conocer a los demás, mira en tu propio corazón."
Schiller
Hay personas que prefieren esperar y alejarse de las demás para conocerse más, y reflexionan mucho, a veces demasiado sobre lo que podrían hacer o lo que han hecho hasta ese momento y entonces llegan a la conclusión de que deben esperar un poco más hasta conocerse mejor, sólo entonces podrán salir y desenvolverse entre las demás personas porque ya sabrán como actuar para que las cosas resulten bien.
¿Saben qué?
La verdad es que no hay garantías de que todo saldrá bien después de reflexionar y pensar mucho las cosas.
Tampoco es seguro que después de pasar unas semanas, meses o años como ermitaño o asceta terminaremos conociéndonos mejor.
Es más fácil llegar a conocernos por nuestros actos que por nuestros pensamientos.
Y son más significativas nuestras acciones en relación con otros, entre la gente, que cuando actuamos solos o aislados.
Si queremos saber de qué somos capaces y cuáles son nuestros límites no hay mejor recomendación que salir y actuar.
Si queremos saber si nos damos a entender o debemos mejorar nuestra comunicación, hay que hablar con alguien más.
Si queremos vivir hay que asumir el riesgo de ser aceptados por unas cosas y rechazados por otras, no solamente pensar en eso.
La vida es un espejo que nos regresa lo que damos y de esa manera nos permite conocernos para saber cómo avanzar.
No funciona pensando lo que queremos sin hacer nada más.
Al aislarnos nos negamos a los demás, no damos nada de nuestro ser, y quien no da, no recibe.
"Conocer a otros es inteligencia; conocerse a sí mismo es verdadera sabiduría.
Ser maestro de otros es fuerza; ser maestro de sí mismo es verdadero poder.
Tao Te Ching - Lao Tzu"
Si eres de esas personas que se quieren conocer más, deja que te conozcan, muestra el espejo de tu rostro, de tu voz y tus ideas para que puedas encontrar lo mismo en los demás y en ti.
Hasta luego.
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