"Existe al menos un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar, y eres tú mismo."
Aldous Huxley
“Éxito” es una palabra que hace referencia
al resultado que se obtiene después de un proceso: Si
hay éxito, el resultado es feliz o afortunado; si no lo hay, el resultado es lo
contrario. ¿Y el miedo al éxito? Básicamente, es una actitud permanente que
consiste en hacerse trampa o boicotearse uno mismo, para no llegar a la meta
propuesta originalmente: No se llega al resultado deseado.
Quienes
viven con miedo al éxito están muy familiarizados con el “ya casi” y el “ya
merito, para la otra”. Esta actitud puede ser consciente o inconsciente, en
cualquier caso, el resultado es el mismo: La persona termina resignada a que
“no pudo” conseguir su objetivo, y se queda mirando cómo otra persona sí
alcanza a cumplir ese propósito; tal vez hasta critique a quien sí lo
consiguió, usando frases como “yo lo hubiera hecho mejor”, o describiendo
algunos errores o defectos en la actuación de la otra persona.
¿Te suena familiar esta situación? Para acabar
de completar este cuadro, normalmente quien tiene miedo al éxito piensa que
este mundo no es justo, porque si lo fuera, ya habría conseguido el éxito que
se merece: Por estar mirando
hacia afuera, se vuelve imposible encontrar los propios errores a corregir.
"Hay quien cruza el bosque y sólo ve leña para el fuego."
Lev Nikolaievich
Podemos superar el miedo al éxito,
solamente necesitamos identificar nuestro miedo y aceptarlo para poderlo
manejar. Estas son algunas de sus manifestaciones más frecuentes:
1. Posponer todo para mañana o para después. La flojera es,
en muchos casos, una forma de expresar el miedo a actuar.
2. Justificar la falta de dinero. Si hay una razón
creíble por la cual no fluye el dinero necesario, entonces disminuye mucho la
exigencia de conseguirlo.
3. Pensar que uno es demasiado: Demasiado viejo,
demasiado joven, demasiado serio, demasiado algo…
4. Administrar mal el tiempo y el dinero propios. Ya sabemos lo
que pasa cuando usamos o gastamos más de lo que podemos ganar.
5. Esperar a que llegue la “gran oportunidad” para actuar. “¿A qué le tiras
cuando sueñas, mexicano?”
6. Mantenerse en una situación que no es satisfactoria, y que puede ser
laboral o personal. Las personas que tienen miedo al éxito son muy
aguantadoras, vivir situaciones insatisfactorias justifican también el no
cumplimiento de sus metas.
7. Culpar a otros por los propios fracasos.
8. Llenarse de pensamientos pesimistas o fatalistas, del tipo “yo
espero siempre lo peor, para que me parezca menos malo cualquier cosa que
ocurra”, o “piensa mal y acertarás”.
9. Enfermarse para no poder actuar. Y se enferman
realmente, porque los conflictos entre lo que deseamos y lo que tememos afectan
a nuestro organismo cuando no los resolvemos a tiempo.
Si te identificas con uno o más de estos
rasgos de personalidad, es el momento de decidirse a hacer un cambio. Estas 9
características tienen en común que todas reflejan
una absoluta falta de confianza hacia la vida y por ende, hacia uno mismo. La primera
decisión de quien desea perder el miedo al éxito es la de confiar en la vida,
creer que el fluir de la vida nos incluye a todos y que podemos actuar para
movernos en su cauce.
Muchas veces nos esforzamos por demostrar
que creemos en nosotros mismos, que tenemos mucha autoestima y suficientes
habilidades y capacidades, pero si no confiamos en
la vida nos aislamos, no podremos externar esa seguridad y entonces es cuando
aparece de nuevo el miedo al éxito.
Otras veces resulta que desde pequeños nos han inculcado la idea de que el éxito es algo que
cuesta mucho, y que uno debe pasar muchos sacrificios para conseguirlo, y esa
enseñanza se queda tan arraigada, que ningún sacrificio es suficiente, así que
en lo más profundo de nuestra mente se queda la idea de que no alcanzaremos a
merecer el éxito.
"La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer."
Bertolt Brecht
El
miedo al éxito se aprende en familia, se transfiere de una generación a otra y
por ello a veces es difícil de erradicar, pues aún sabiendo que el éxito es la
meta deseada, alcanzarla puede ir en contra de los valores familiares, como la
humildad mal entendida, o el valor de ser un buen trabajador, o la creencia
religiosa de que uno debe sufrir en este mundo para llegar a ser una gran
persona. En general, detrás del miedo
al éxito siempre hay un filtro formado por una ideología cerrada, rígida e
inflexible. La principal tarea es abrir y flexibilizar las creencias
ideológicas, sin renunciar a ellas, para ser capaces de alcanzar el éxito sin
traicionarnos al recorrer ese camino.
También puede ser que el éxito sea algo
abstracto, un concepto tan amplio que no lo podemos reconocer y por lo mismo,
no lo vamos a conseguir. En este caso, lo
mejor es ponerle un nombre claro al éxito, y dividirlo en pequeñas partes, cada una de
ellas se convertirá en un objetivo más fácil de alcanzar que el resultado
final: Por ejemplo, si tu meta es tocar guitarra, deberás aprender primero las
notas y los ritmos, antes de interpretar y componer melodías con acordes,
adornos y voz, no puedes tocar un arpegio avanzado sin haber pasado antes por
el “chun-tata”.
Hasta luego.
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