lunes, 20 de enero de 2014

Adiós Ahumada



Llegó el año y se fue Ahumada, onírico incansable, tejedor de rayitas, conocedor de luces y sombras que estará siempre presente en el imaginario gráfico de México. Yo lo conocí en la revista "La Garrapata", a finales de los 70's, y de inmediato me enamoré de su estilo directo, sombrío, surrealista y rockero. Ver una historieta o un cuadro suyo equivale a escuchar una buena rolita de los Beatles o de Dylan, en algunos casos pareciera que es una escena extraída de los Doors o de Pink Floyd.


Porque Ahumada era un poeta universal como lo fueron ellos (sí, ya sé que Dylan aún vive) y así como ellos transmiten un sentir con su música aunque quien los escuche no sepa inglés, también Ahumada compartió sueños sin apenas necesitar palabras, lo básico estaba en las líneas, en las contradicciones de sus claroscuros, en el mar de líneas que entramaban una escena de lo más cotidiano para volverla novedad. Hay moneros solemnes, grandiosos o tremendamente humorísticos, y también está Ahumada, muy humano, con el corazón en las nubes, los ojos llenos de sueños y los pies bien plantados en la tierra.


No creo exagerar si digo que fue, dentro de México, el monero más soñador y el que más ha hecho soñar en las últimas décadas, y aunque no tuve el honor de conocerlo en persona, formo parte del grupo de testigos voluntarios de sus crónicas urbanas, me duele su partida, deja un hueco en los medios de comunicación que no se va a llenar porque los artistas sinceros se dejan conocer tal cual son y eso hizo Ahumada al compartir en cada monito, pintura e ilustración su perspectiva única de la vida, con todo lo que conlleva vivir.


Y ya está en los cielos -¿dónde más?-.

















2 homenajes para Ahumada:


Quisiera desearle que descanse en paz, pero en el fondo también deseo que donde esté siga destilando sus sueños en rayitas interminables, que siga interpretando el otro mundo, tal como lo hizo con éste.

Hasta luego.

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