miércoles, 29 de enero de 2014

Dos preguntas antes de dormir

"El ser más importante no es el padre ni la madre, sino el niño, pues de él depende el futuro"
Krishnamurti


¿Quieres mejorar la comunicación con tus hijos? Tengo una sugerencia que te puede ayudar, y de paso también a mejorar la comunicación con uno mismo. Se trata de aprovechar la hora de dormir, que es de los pocos momentos (si no es que el único) en que podemos convivir en casa. 



La propuesta es muy sencilla: Cuando tus hijos se despidan y hayan realizado todo el ritual que acostumbren antes de acostarse (lavarse los dientes, ponerse su pijama, dar las buenas noches, rezar o cualquier otra actividad que normalmente hagan), síéntate con ellos en su cuarto y hazles 2 preguntas:

¿Qué fue lo que te gustó más en este día?

Y

¿Qué fue lo que te gustó menos en este día?

No lances las preguntas bruscamente, si esperas que te pongan atención, entonces hay que hacerles saber que te sientes a gusto con ellos y que te interesa lo que dicen. Así, entre las últimas palabras del día, los pequeños encontrarán la oportunidad de hablar de lo que a ellos les interesa: lo que les ocurrió durante el día, y lo harán de buena gana si les planteas la pregunta sin que parezca una orden, una amenaza o una obligación.

Haz la segunda pregunta hasta que te hayan terminado de contestar la primera.

Cuando escuches las respuestas, dales su tiempo para que se expresen. A veces les cuesta trabajo hacer un repaso de su día y pueden mencionar varias cosas que les gustaron y que no les gustaron, anímalos a identificar la que verdaderamente les gustó más y la que les gustó menos e todo el día; esto les ayudará a ser más conscientes de las distintas experiencias que están viviendo, también les enseñará a valorar los distintos sentimientos que tienen, dependiendo de la intensidad de lo que hayan vivido.

No juzgues. Tú preguntas, ellos responden.

Prepárate para las sorpresas: Cuando los niños tienen este espacio para hablar de lo que les gusta y lo que no les gusta, tal vez escuches cosas que no te imaginabas, y puede ser que descubras que están rodeados de personas que los quieren y los cuidan mucho, y también de enemigos que pueden hacerles la vida insufrible. También te darás cuenta que sus emociones son muy intensas y ante algunos hechos podrá sentir un inmenso placer y ante otros, sentirá un terrible miedo o vergüenza. Eso es la infancia: se vive intensamente el presente.


"Cada día de nuestra vida hacemos depósitos en el banco de la memoria de nuestros hijos."
Charles Swindoll

Procura mantener la calma, evita reaccionar con coraje y enojo cuando sepas que a uno de tus hijos lo regañaron por hacer algo mal en la escuela, o lo amenazó algún otro niño, o tiene miedo de hacer algo con sus amigos o en la escuela. Cuando le preguntas a tus hijos y ellos se atreven a responderte con sinceridad, lo último que esperan es ser castigados por hacerte caso y responder a tus preguntas. Al contrario, si se atreven a contarte esas vivencias tan personales desde su punto de vista, significa que te has ganado su confianza y hay que ayudarles a seguirlo haciendo: Al confiar en un adulto que los quiere también aprenden a confiar en sí mismos, aprenden que lo que les ocurre es importante para alguien más y aprenden a expresar sus sentimientos y pensamientos. Ellos mismos pueden darte opciones para saber qué hacer con los problemas que te cuenten, o tú puedes orientarlos dentro de la plática.

Tus hijos no van a opinar igual que tú. Son niños o adolescentes y su lógica es distinta.

Cuando identifiques un problema que ponga en riesgo la integridad de tus hijos (acoso, bullying, descuido del personal del transporte, malos tratos de las educadoras o maestras, o cualquier otro), hazles saber que los vas a apoyar y que el primer paso será hablar con las autoridades de la escuela o del lugar donde hayan ocurrido los hechos. Es importante decirles que cada conducta tiene consecuencias, y si alguien obra mal deberá ser sancionado, pero si obra bien, también deberá ser reconocido.

Cuando escuches lo que más les gustó de su día, refuérzales los sentimientos que generan esas experiencias agradables. Te darás cuenta que su autoestima se alimenta cuando participan en actividades solidarias, creativas y grupales, o cuando consiguen éxitos personales en la escuela o en algún deporte o disciplina.

No esperes cambios sorprendentes: hay que ser constantes, noche tras noche.

Tal vez te pregunten a ti lo mismo, si es así, puedes escoger algún momento grato del día y también un momento que no te haya gustado mucho, pero ten cuidado: Trata de no aprovechar este momento para chantajear a tus hijos diciéndoles que el momento que menos te gustó de este día fue cuando ellos no te obedecieron o no te hicieron caso. Ellos tienen derecho a saber que vives más cosas allá, afuera de tu casa, aunque sin entrar en detalles de adultos.


En ocasiones no van a responder, por la razón que sea te responderán "todo" o "nada". En esos casos no los forces y espera al siguiente día. También les ayuda darse cuenta que respetas su tiempo y sus decisiones en este espacio "suyo".

Este ejercicio funciona mejor si le dedicas su tiempo por separado a cada uno de tus hijos, sobre todo si son adolescentes. Tal vez les dé pena exponer ante sus hermanos lo que les despertó emociones agradables y desagradables durante el día.

Inténtalo. Usa estas dos preguntas para dejar que tus hijos se expresen. Verás que entre más lo hagan, se conocerán mejor entre ustedes y también tendrán más confianza en sí mismos y en su familia. Si logran esto, también podrán confiar en la vida, requisito indispensable para aceptarse a sí mismosLos niños necesitan ser escuchados, tienen derecho a que su voz y su versión de los hechos se conozcan. 

"Es propio de un padre sabio conocer a su hijo"
William Shakespeare

Evita caer en la crítica constante y la descalificación, o se acabará la comunicación y la confianza:


Al principio de este texto, decía que este ejercicio también te puede ayudar a mejorar la comunicación contigo, y es cierto, si antes de dormir te das un tiempo para repasar tu día y descubrir qué fue lo que te gustó más, lo que te despertó emociones más agradables, toma nota de eso; también dedícale un tiempo a saber qué fue lo que te gustó menos en este día, lo que te hizo sentir más mal, y también toma nota. Con el paso del tiempo te irás dando cuenta que hay un patrón en tu forma de reaccionar, que las experiencias que disfrutas y las que te desagradan tienen algo en común y entenderás que puedes manejar mejor tu manera de relacionarte con los demás, y contigo mismo. 

Igual que ocurre con los hijos, cuando uno se hace caso, toma más en serio sus experiencias cotidianas, esas cosas que ocurren día a día y que a veces son sensacionales y otras veces son de los más sencillas. Pregúntate en serio, sin regañarte y dándote tu tiempo para responder.

Este ejercicio me lo dejaron de tarea en un taller de "Eneagrama" que tomé en la maestría y que fue excelente, por cierto. Nos lo dejaron de tarea a todos los del grupo y nos dieron una hoja para irla llenando noche tras noche de manera muy formal. Ahora lo comparto de una manera más sencilla pero con la misma aclaración que nos hicieron en aquel taller: 

Esta es una tarea para hacerla durante toda la vida.

Hasta luego.

lunes, 27 de enero de 2014

Para decir "NO"

"Sea como sea lo que piensas, creo que es mejor decirlo con buenas palabras"
William Shakespeare


Todos tenemos derecho a decir "no" cuando queramos decirlo, podemos ser niños, niñas, adultos, jóvenes, adolescentes, ancianos, empleados, estudiantes, mamás, papás, hijos, sobrinos, amantes, novios, amigos, esposos o cualquier otra cosa, pero si algo que me piden no es de mi agrado ni está dentro de mis posibilidades, lo más sano es decir "no". 

¿En qué casos decir "no"? Siempre que estés en desacuerdo con lo que te proponen, que te sientas mal haciendo lo que te dicen, o que definitivamente no puedas hacerlo. 

Por ejemplo, te pueden pedir opinión sobre un tema que no conoces o que no dominas, así que es totalmente válido decir "no". Si insisten, tal vez sea útil una pequeña explicación: "No, yo no conozco bien ese tema". También te pueden pedir que critiques a alguien, a una persona que otro u otros están criticando para hacerla sentir mal o simplemente para exhibirla ante los demás, y si tú no quieres hacerlo es válido decir "no". Si insisten, nuevamente puedes dar una breve, muy breve explicación: "no quiero criticar ni opinar". Estas explicaciones deben ser breves y concisas, entre más hablemos para explicar, más fácil será enredarnos en nuestros argumentos y hasta podríamos contradecirnos. En este segundo ejemplo, si la insistencia es mucha, podemos marcar una posición personal. "No quiero criticar, yo no tengo nada contra X, si ustedes tienen algún problema no cuenten conmigo".

El "no" también responde a cuestiones más simples y cotidianas: Porque los hijos piden permiso para salir tarde; porque te preguntan si quieres una comida que no te gusta, porque te piden ponerte la ropa que nunca ha sido de tu agrado, porque te vienen a pedir prestado y desconfías de que te vayan a pagar... hasta puede ser porque te habla un desconocido por teléfono y te empieza a pedir tus datos pero no te atreves a decirle "no".


Aquí comparto algunas sugerencias para decir "no" sin sentirse culpables ni ser agresivos, y la mayoría de las veces funcionan:

Hay una forma efectiva de decir "no", y es esta: "NO"

1. Escucha atentamente la petición que te hacen. No interrumpas y asegúrate de entender bien lo que te están proponiendo. Muchas veces, sobre todo con la gente que tratamos más a menudo, reaccionamos antes de que terminen de hablar porque "ya sabemos" lo que nos va a pedir". Tratemos de no jugar a las adivinanzas en nuestra comunicación. (Ojo: Esta sugerencia no aplica para el ejemplo de la llamada telefónica de un desconocido, pudiera tratarse de una amenaza o un chantaje. En este caso lo mejor es colgar de inmediato.).

2. Pregúntate si tienes deseos o posibilidad de hacer lo que te piden. Después de escuchar revisa si en verdad te quieres negar y si es así, contesta con tono firme pero sin ser cortante ni agresivo. Si es posible, antes de decir "no" menciona el nombre de tu interlocutor.

3. Ante la insistencia, ofrece una pequeña explicación. Es muy probable que te insistan, si ya escuchaste bien lo que te piden y tu respuesta es "no", mantente firme aunque parezcas disco rayado. Después de un momento razonable, se vale dar una pequeña explicación, siempre dentro de la lógica y sin dar más detalles acerca de tu vida. Normalmente es suficiente decir que tienes otros pendientes o que por el momento no es posible.

4. Proponer alternativas. Puede ser que tú si quieras acceder a lo que te piden pero realmente no es posible, así que es válido buscar alternativas hasta encontrar un término medio; por ejemplo: "Hoy no puedo acompañarte porque ya tengo un compromiso, pero me gustaría mucho ir contigo mañana".



5. Revisa tus posibilidades reales. En el afán de no caerle mal a la gente, ni hacer que se sienta mal otra persona, somos capaces de aceptar más compromisos de los que podemos cumplir. Decir "sí" implica comprometer tu tiempo, tus recursos y tu voluntad estando de acuerdo en lo que te pidió otra persona. Si regularmente estás desplazando tus planes y necesidades para satisfacer las de otra gente, tal vez tengas demasiado miedo a ser rechazado  o rechazada y estás tomando decisiones equivocadas para que crean que eres "muy buena persona", en lugar de decirle "sí" a lo que realmente necesitas para tí.

6. Toma tu tiempo, no respondas apresuradamente. Si escuchaste atentamente a tu interlocutor, también vale la pena que escuches tus propios razonamientos para no responder por mera reacción, ni ir a decir un "no" o un "sí" "sin pensarlo".

7. Sé amable. Con frecuencia hacemos cara de estar muy apenados o avergonzados cuando "tenemos que decir que no", como si de verdad fuera muy penoso reconocer que tenemos otros compromisos y actividades. Si dices "no" sin exagerar la actitud de pena o vergüenza, tu interlocutor mantendrá la misma confianza que tenía en ti antes de hacerte esa pregunta, pero ahora ya sabe que en ese terreno específico no cuenta contigo, al menos en este momento.

Lo que has de decir, antes de decirlo a otro, dítelo a ti mismo.
Séneca.

Decir "no" es tan difícil porque atrás de esa palabra está un miedo enorme a ser rechazados. Aunque casi siempre decimos que nos preocupa hacer sentir mal a la persona que nos pregunta, en realidad lo que nos preocupa es que esa persona se vaya a llevar una mala impresión y nos deje de hablar, de buscar, o de querer. Es más probable que la relación se dañe cuando decimos que "sí" a todo lo que nos piden, sin pensar en las consecuencias que tendremos que asumir. 


Pregúntate a ti mismo, trátate como tratarías a tu mejor amigo o amiga, y verás que es más fácil decirte un "sí" o un "no" honesto, ya sea para atender tus necesidades o para dedicarle tiempo y recursos a ayudar a otra persona. También descubrirás que puedes aprender más cosas de ti al hacerte caso.

Hasta luego.

viernes, 24 de enero de 2014

Karate muy Kid



Les comparto 5 impresiones de la película "Karate Kid" en su versión 2010, no desde el punto de vista de la película en sí, que es muy disfrutable, sino rescatando los mensajes que puede trasmitir al público más joven. Aunque no era mi intención, no pude evitar hacer algunas comparaciones con la primera versión, aparecida hace ya 30 años:

Primera: 

A mi hijos les encanta, se emocionan con las aventuras y desventuras de Dre Parker y están decididos a aprender kung fu. Esa es la parte que más me gusta de esta cinta: despierta en mis niños, y en muchos más, el interés por aprender y practicar un deporte, y se dan cuenta que no es una disciplina fácil, por sus comentarios descubro que sí dimensionan el esfuerzo que se requiere para llegar a dominar las artes marciales, y que tienen mucha motivación para hacerlo. El mensaje que captan me lo dicen con toda claridad:

"Yo quiero ser como Dre parker"

En la vida real, el niño es hijo de Will Smith. También aparece Jackie Chan como el maestro Han. Y me gustan las películas de la primera época de estos dos actores. Los niños llaman cariñosamente a Jackie Chan "el viejito chino", haciéndome sentir viejito a mí también, de paso. 


Segunda: 

Dre Parker es un chavo de color "serio", incluso su peinado de rastas acentúa ese sabor afro-latino, y Mei Ying es asiática en todos sus rasgos. Aunque es un truco mercadológico y una moda para identificarse con el público morenito y amarillo, también es una muestra de igualdad y aceptación de las diferencias entre las personas. El mensaje de fondo sería algo así:

"Los héroes no tienen que ser siempre güeritos". 


Tercera:

La versión ochentera de esta historia se desarrolla en Estados Unidos, tiene todo el sabor de una película gringa y el misticismo de oriente, con la filosofía y la disciplina que implica, aparece como un elemento ajeno a la cultura californiana, lo que le da mayor realismo al efecto que causa en "Daniel Larusso" el ir conociendo esa forma distinta de ver el mundo. Por su parte, la versión del 2010 invierte la situación, saca al protagonista de los EEUU y lo instala directamente en China, país que tiene fama a nivel mundial de ser místico, mágico y sabio (así como México tiene fama de estar lleno de rancheros bigotones, nopales, comida picante y tequila). 

Sin embargo, junto con el protagonista los realizadores se llevaron además el ambiente de su país y las tomas, las secuencias y en general la atmósfera de la película me recuerdan el estilo americano, aunque con fondos y paisajes chinos muy padres, por cierto.


Cuarta: 

En la película de 1984, que volvió famoso al "señor Miyagi", los protagonistas son jóvenes, unos muchachos que de acuerdo a la edad que aparentan deben estar cursando la preparatoria y que tratan de afrontar sus problemas con la mínima intervención de sus padres, aunque sí es válido aceptar la intervención de Miyagi. Los adolescentes y los adultos jóvenes están en camino de ser autodependientes y pueden hacer esto, afrontar sus problemas y desarrollar vínculos de amistad y solidaridad, sin aislarse de sus familias ni de otros círculos

En la película del 2010, el Karate Kid es un niño que se comporta como adolescente o adulto joven, toma sus propias decisiones, pareciera que gasta su propio dinero (?), no consulta a su madre y se desenvuelve solo por las calles de China, aún cuando se supone que es recién llegado y no las conoce bien. Me parece de alto riesgo ofrecer a los niños y niñas este modelo, entiendo que la intención de la película es captar al público infantil, pero muchos padres toman como positivos todos los mensajes que transmiten las películas de Disney, y en este caso particular el mensaje de fondo es: 

"Un niño no tiene que esperar a crecer, puede hacer lo que quiera, porque ya sabe lo que le conviene más". 

Es falso. Los niños están en el proceso de aprender a resolver sus situaciones y confiar en si mismos, pero necesitan del apoyo de sus padres o tutores para llegar a ser independientes.


Quinta: 

Dre Parker es víctima de bullyingen varias ocasiones está en peligro su integridad física y de hecho sufre lesiones y golpes que, de haber sido reales, lo hubieran dejado inválido o incapacitado por un tiempo. Sin embargo nunca habla con su madre acerca de esto. Tampoco dice nada a los maestros de su escuela ni al director. En lugar de hacer esto, acumula miedo, odio y rencor en su interior y ataca a sus agresores para provocarlos, aunque sabe que con eso solo conseguirá otra buena golpiza. Aunque es una película para divertir, no está de más recordar que Parker es el modelo a seguir para los fans de esta historia, quienes pueden captar de inmediato estos mensajes: 

"Si alguien me molesta en la escuela, no debo decirle a nadie"

"Yo puedo hacer justicia por mí mismo".

"No quiero que me maltraten: Yo quiero maltratar".

Con el repunte del bullying en nuestro país y el culto a la violencia que hacen los medios de comunicación, estos mensajes confunden la mente de los pequeños espectadores, sobre todo cuando no tienen la oportunidad de retroalimentar sus opiniones y terminan sacando sus propias conclusiones bajo la lógica de su pensamiento infantil. 

Como menciono en mi primera impresión, mis hijos y yo disfrutamos mucho esta película, la he visto junto con ellos y lo importante es que se animan a decir sus propias impresiones, comentarios, dudas y bromas mientras transcurre la trama, eso da pie para que después, cuando retomamos los hechos de la película, podamos comentar sus pros y sus contras. Si la charla resulta bien, tal vez descubran que ellos pueden hacer cosas distintas a las que hace Parker, y que también funcionan.

Si manejamos un buen nivel de comunicación, cualquier película apta para toda la familia puede volverse una oportunidad de aprendizaje.

Hasta luego.

lunes, 20 de enero de 2014

Adiós Ahumada



Llegó el año y se fue Ahumada, onírico incansable, tejedor de rayitas, conocedor de luces y sombras que estará siempre presente en el imaginario gráfico de México. Yo lo conocí en la revista "La Garrapata", a finales de los 70's, y de inmediato me enamoré de su estilo directo, sombrío, surrealista y rockero. Ver una historieta o un cuadro suyo equivale a escuchar una buena rolita de los Beatles o de Dylan, en algunos casos pareciera que es una escena extraída de los Doors o de Pink Floyd.


Porque Ahumada era un poeta universal como lo fueron ellos (sí, ya sé que Dylan aún vive) y así como ellos transmiten un sentir con su música aunque quien los escuche no sepa inglés, también Ahumada compartió sueños sin apenas necesitar palabras, lo básico estaba en las líneas, en las contradicciones de sus claroscuros, en el mar de líneas que entramaban una escena de lo más cotidiano para volverla novedad. Hay moneros solemnes, grandiosos o tremendamente humorísticos, y también está Ahumada, muy humano, con el corazón en las nubes, los ojos llenos de sueños y los pies bien plantados en la tierra.


No creo exagerar si digo que fue, dentro de México, el monero más soñador y el que más ha hecho soñar en las últimas décadas, y aunque no tuve el honor de conocerlo en persona, formo parte del grupo de testigos voluntarios de sus crónicas urbanas, me duele su partida, deja un hueco en los medios de comunicación que no se va a llenar porque los artistas sinceros se dejan conocer tal cual son y eso hizo Ahumada al compartir en cada monito, pintura e ilustración su perspectiva única de la vida, con todo lo que conlleva vivir.


Y ya está en los cielos -¿dónde más?-.

















2 homenajes para Ahumada:


Quisiera desearle que descanse en paz, pero en el fondo también deseo que donde esté siga destilando sus sueños en rayitas interminables, que siga interpretando el otro mundo, tal como lo hizo con éste.

Hasta luego.

sábado, 18 de enero de 2014

Corrupción: Ser como dioses

"Cada grupo humano tiene su estilo de vida. ¿Por qué no mantener la diversidad sin querer imponer lo nuestro?"
(En una reflexión acerca de la película Avatar)


Uno: Super héroes y corruptos.

Cuando era chico disfrutaba mucho las historietas en papel -y todavía-, me gustaba mucho apreciar los distintos estilos de trazo y las muchas formas de representar un gesto o una acción, y aunque al final me incliné más hacia la historieta de humor y crítica, también leía varias de súper héroes como Superman, Batman o las de Marvel, hoy tan exageradas en el cine por los efectos especiales. En estas historias me llamaban la atención, entre otras cosas, que fuera tan fácil distinguir a los buenos de los malos, y sobre todo, que los malos fueran tan zopencos como para querer destruirlo todo, incluidos ellos mismos.

Me parecía una estupidez, y ahora que veo esas historias de lejos, a la distancia de un adulto, confirmo que sí lo era, pero también he confirmado otra cosa: Sí existen personas que hacen esas estupideces, que aspiran a ser amos y señores de todo lo que puedan, que roban el trabajo y el dinero de los demás, abusan de los recursos materiales y humillan a las demás personas, y que destruyen ecosistemas y hábitats sin remordimiento y sin pensar que todos salimos dañados con esas acciones. Son reales y habitan entre nosotros. 


Algunos, Los Menos, tienen un gran poder y deciden sobre la vida y las propiedades de otras muchas personas. Otros, Los Más, no tienen suficientes recursos pero actúan con prepotencia y son capaces de hacer cualquier cosa con tal de subir un escaloncito más arriba, tratando de llegar a esa reducida cima donde están Los Menos.

"Los hombres son corrompidos no tanto por la riqueza, sino por el afán de riqueza"
Giordano Bruno


En las historietas que leía de chico, estos especímenes eran identificados fácilmente como "los malos" y enseguida eran derrotados por los súper héroes. En la vida real, son ellos los que han tomado el control y las decisiones de lo que debe hacerse en nuestro México lindo y querido, y en otros países también. Se ha vuelto muy difícil discernir el bien del mal, nos han enseñado a dudar de nosotros mismos y a atacarnos entre nosotros, la gente trabajadora, para no "alterar el orden" ni atentar contra Los Menos, los que ostentan el poder. Además, hacer que los humanos se peleen entre ellos es la mejor forma de producir más sujetos que gozan pisoteando a los demás.

En la tele y los periódicos aparecen Los Menos, ahora sonrientes, ahora preocupados, ahora muy serios. En las calles, las empresas, las escuelas y otros lugares de diario, se dejan ver Los Más con sus muchas caras, ya de simpatía, ya de experiencia, ya de complicidad, ya de prepotencia... A Los Más y a Los Menos les gusta el poder, estar sobre los demás y ambos tienen un nombre común: Se llaman corruptos y su presencia en nuestra vida diaria se está volviendo cotidiana, porque uno menciona la palabra "corrupto" y de inmediato piensa en políticos, en maestros, en narcos, en líderes sindicales y de opinión... Y esto de la corrupción se contagia rápido. 

En la escuela siempre me contaban el ejemplo de la canasta de manzanas sanas, donde una de ellas se comenzaba a pudrir y si no la sacaban oportunamente, en poco tiempo ya estaban podridas todas las demás. Nunca ocurre al revés: si metes una manzana sana y jugosa en un canasto de manzanas podridas, no se van a componer las que estaban antes, sino que se echará a perder junto con todas las demás. La única manera de evitar que se pudran todas es sacar a tiempo las manzanas podridas y sustituirlas con otras sanas. Si se pudren todas, entonces hay que vaciar el canasto y volverlo a llenar con nuevas manzanas.

En lo poco que conozco de la historia de México, nuestros dirigentes han insistido tercamente en aventar, de vez en cuando, una manzana saludable a sus filas, jurando que con eso se corregirá todo el canasto. Ya sabemos el resultado.

Dos: Familia y corrupción

La corrupción está tan generalizada que se está volviendo "normal", muchos chavos piensan seriamente en llegar a ser grandes corruptos cuando crezcan, ya sea en la política, coyoteando, en la piratería, con los narcos y sicarios o en cualquier otro giro. Lo que realmente les importa es ganar dinero rápido y con el menor esfuerzo, tener poder para humillar a los demás y que la gente los admire y les tenga miedo. 


"Detrás de cada gran fortuna siempre hay un crimen"

Honorato de Balzac

Si en tu familia observas conductas como estas, conviene ir pensando en hacer un cambio drástico en la manera de interactuar para prevenir y evitar que los pseudo-valores de la corrupción llenen la mente de los más jóvenes... y de los adultos también.

Los jóvenes que tienen la edad y la oportunidad de trabajar deben hacerlo, independientemente de que estudien o no. Lo ideal es que sepan asumir sus propias responsabilidades y administrar ellos mismos los beneficios de su trabajo, y sobre todo, compartir de ese beneficio. No importa si el hogar requiere apoyo económico o no, cuando los jóvenes trabajadores colaboran con el gasto de la casa refuerzan su sentido de pertenencia hacia su familia y aprenden a administrarse sin dejar de pertenecer a su comunidad.

Con frecuencia encuentro jóvenes que trabajan y destinan miles de pesos a comprarse celulares, tablets, ipods y toda esa gama de objetos costosos y desechables, además del obligatorio auto propio, sin considerar ni por equivocación en cooperar económicamente con la familia de la que forman parte. En los casos más patéticos, el resto de la familia puede estar lleno de carencias mientras el nuevo asalariado disfruta los beneficios del consumismo. El mensaje de fondo es muy claro: YO trabajo, YO me merezco todo esto y no me importan los demás. Éste es el principio de la corrupción



La falta de solidaridad hacia la gente de nuestras propias raíces y el culto hedonista hacia la propia persona "porque me lo gané, me lo merezco". Obvia decirlo, pero una persona que no se tienta el corazón para privar de ayuda a su familia directa -hermanos, padres, hijos-, no se tentará el corazón para seguir recibiendo ganancias personales, al costo que sea.

¿Cómo estamos educando a nuestros hijos? ¿Saben ellos que son exactamente iguales a las demás personas, o viven creyendo que son especiales y merecen más que los demás? Si están en el segundo supuesto, estamos criando a los corruptos del mañana, que podrán justificar todo lo que hagan porque desde chiquitos les decían que cualquier cosa que hicieran estaba bien, y cualquier cosa que recibieran era poca... ¿acaso no piensan así los corruptos que menciono en la primera parte de este texto?


"Hay dos clases de hombres: Los que viven hablando de las virtudes y los que se limitan a tenerlas."
Antonio Machado

Tres: Humildad contra corrupción.

Seguramente nuestros padres y abuelos no fueron personas perfectas, lo más seguro es que fueron -o son- tan humanos como nosotros mismos. Muchos de nosotros guardamos un recuerdo especial de uno o más antepasados, aunque en ocasiones alguno de ellos pudo haber sido una persona odiosa, sin embargo ahí están las raíces de la familia y por ese solo hecho se les reconoce y acepta sin juzgar, de esa manera tú mismo y tus hijos se sienten parte de algo más grande y no aislados ni marginados. Cuando honramos la memoria de nuestros ancestros, desechamos de nuestro interior un resentimiento social que puede durar toda la vida, hasta que tengamos la humildad de reconocer nuestros orígenes. En este punto, a los papás y las mamás les toca dar el ejemplo sincero.

Parte de honrar esta memoria con humildad consiste en dar a cada miembro de la familia responsabilidades de acuerdo a la edad. Ir a la tienda, hacer pequeños mandados en la casa, barrer, sacudir, hacer las tareas, lavar la loza, ayudar a lavar el carro, regar las plantas... En fin, hay muchas pequeñas tareas que cultivan la idea de que cada uno puede poner un granito de arena para que todos estemos mejor. Lo que toca a los papás es asignar las tareas sin forzar a los hijos y vigilar que las cumplan, con firmeza y amor.

No le demos a los miembros de la familia todo lo que pidan de inmediato: Ni todos los juguetes, ni todos los dulces, ni todos los aparatos electrónicos, ni todos los permisos. Dicen, y dicen bien, que si quieres hacer a un hijo inútil, solamente tienes que acostumbrarlo a recibir todo de sus papás. Y para que no haya confusiones recordemos que un hijo inútil tendrá muchas más probabilidades de ser un corrupto activo.

A una mamá soltera tal vez le suene familiar eso de "No tengo tiempo para estar con mi hijo, por eso mejor le compro cosas", y también se le dan permisos para ver la tele o el Internet. Si no se detiene a tiempo esa inercia de dar y dar constantemente, llegará un momento en que ningún regalo será suficiente, por caro que sea. Y también me ha tocado ver situaciones patéticas de gente que hace tremendos sacrificios en el gasto familiar y personal con tal de seguirle dando gusto a los hijos, creyendo que están cumpliendo con su deber de padres al enseñarles que lo merecen todo y que son mejores que los demás.


"Eduquemos a los niños y no será necesario castigar a los hombres"
Pitágoras


Solo la humildad puede vencer a la corrupción, pero mucho cuidado de no confundirse: La humildad es algo muy distinto a la resignación, una persona con humildad tiene sus aspiraciones y tratará de mejorar sus condiciones de vida, la diferencia con un corrupto es que no tratará de hacerlo pisoteando a los demás.

En un ambiente corrupto no puede haber salud: ni mental, ni financiera, ni emocional y por supuesto, ni física, pues la corrupción arrasa con las partes más honestas de la sociedad, entendiendo por esta desde una familia hasta un país entero.

Hasta luego.

domingo, 12 de enero de 2014

El miedo al éxito

"Existe al menos un rincón del universo que con toda seguridad puedes mejorar, y eres tú mismo."
Aldous Huxley



“Éxito” es una palabra que hace referencia al resultado que se obtiene después de un proceso: Si hay éxito, el resultado es feliz o afortunado; si no lo hay, el resultado es lo contrario. ¿Y el miedo al éxito? Básicamente, es una actitud permanente que consiste en hacerse trampa o boicotearse uno mismo, para no llegar a la meta propuesta originalmente: No se llega al resultado deseado.

Quienes viven con miedo al éxito están muy familiarizados con el “ya casi” y el “ya merito, para la otra”. Esta actitud puede ser consciente o inconsciente, en cualquier caso, el resultado es el mismo: La persona termina resignada a que “no pudo” conseguir su objetivo, y se queda mirando cómo otra persona sí alcanza a cumplir ese propósito; tal vez hasta critique a quien sí lo consiguió, usando frases como “yo lo hubiera hecho mejor”, o describiendo algunos errores o defectos en la actuación de la otra persona.

¿Te suena familiar esta situación? Para acabar de completar este cuadro, normalmente quien tiene miedo al éxito piensa que este mundo no es justo, porque si lo fuera, ya habría conseguido el éxito que se merece: Por estar mirando hacia afuera, se vuelve imposible encontrar los propios errores a corregir.

"Hay quien cruza el bosque y sólo ve leña para el fuego."
Lev Nikolaievich

Podemos superar el miedo al éxito, solamente necesitamos identificar nuestro miedo y aceptarlo para poderlo manejar. Estas son algunas de sus manifestaciones más frecuentes:


1.      Posponer todo para mañana o para después. La flojera es, en muchos casos, una forma de expresar el miedo a actuar.

2.  Justificar la falta de dinero. Si hay una razón creíble por la cual no fluye el dinero necesario, entonces disminuye mucho la exigencia de conseguirlo.

3.  Pensar que uno es demasiado: Demasiado viejo, demasiado joven, demasiado serio, demasiado algo…

4. Administrar mal el tiempo y el dinero propios. Ya sabemos lo que pasa cuando usamos o gastamos más de lo que podemos ganar.

5.  Esperar a que llegue la “gran oportunidad” para actuar. “¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano?”

6. Mantenerse en una situación que no es satisfactoria, y que puede ser laboral o personal. Las personas que tienen miedo al éxito son muy aguantadoras, vivir situaciones insatisfactorias justifican también el no cumplimiento de sus metas.

7.  Culpar a otros por los propios fracasos.

8.  Llenarse de pensamientos pesimistas o fatalistas, del tipo “yo espero siempre lo peor, para que me parezca menos malo cualquier cosa que ocurra”, o “piensa mal y acertarás”.

9.  Enfermarse para no poder actuar. Y se enferman realmente, porque los conflictos entre lo que deseamos y lo que tememos afectan a nuestro organismo cuando no los resolvemos a tiempo.

Si te identificas con uno o más de estos rasgos de personalidad, es el momento de decidirse a hacer un cambio. Estas 9 características tienen en común que todas reflejan una absoluta falta de confianza hacia la vida y por ende, hacia uno mismo. La primera decisión de quien desea perder el miedo al éxito es la de confiar en la vida, creer que el fluir de la vida nos incluye a todos y que podemos actuar para movernos en su cauce.


Muchas veces nos esforzamos por demostrar que creemos en nosotros mismos, que tenemos mucha autoestima y suficientes habilidades y capacidades, pero si no confiamos en la vida nos aislamos, no podremos externar esa seguridad y entonces es cuando aparece de nuevo el miedo al éxito.

Otras veces resulta que desde pequeños nos han inculcado la idea de que el éxito es algo que cuesta mucho, y que uno debe pasar muchos sacrificios para conseguirlo, y esa enseñanza se queda tan arraigada, que ningún sacrificio es suficiente, así que en lo más profundo de nuestra mente se queda la idea de que no alcanzaremos a merecer el éxito.

"La crisis se produce cuando lo viejo no acaba de morir y cuando lo nuevo no acaba de nacer."
Bertolt Brecht

El miedo al éxito se aprende en familia, se transfiere de una generación a otra y por ello a veces es difícil de erradicar, pues aún sabiendo que el éxito es la meta deseada, alcanzarla puede ir en contra de los valores familiares, como la humildad mal entendida, o el valor de ser un buen trabajador, o la creencia religiosa de que uno debe sufrir en este mundo para llegar a ser una gran persona. En general, detrás del miedo al éxito siempre hay un filtro formado por una ideología cerrada, rígida e inflexible. La principal tarea es abrir y flexibilizar las creencias ideológicas, sin renunciar a ellas, para ser capaces de alcanzar el éxito sin traicionarnos al recorrer ese camino.

También puede ser que el éxito sea algo abstracto, un concepto tan amplio que no lo podemos reconocer y por lo mismo, no lo vamos a conseguir. En este caso, lo mejor es ponerle un nombre claro al éxito, y dividirlo en pequeñas partes, cada una de ellas se convertirá en un objetivo más fácil de alcanzar que el resultado final: Por ejemplo, si tu meta es tocar guitarra, deberás aprender primero las notas y los ritmos, antes de interpretar y componer melodías con acordes, adornos y voz, no puedes tocar un arpegio avanzado sin haber pasado antes por el “chun-tata”.


Hasta luego.