"En una relación saludable ambos miembros tienen los mismos derechos y
ambos se sienten a gusto."
Yeni Sobeida
No importa que se trate de una relación de pareja, de amigos, de parientes o de compañeros, en cualquier caso necesitamos crear las condiciones propicias para que la relación germine, crezca y florezca. Estas condiciones deben crearse entre las personas que participan de la relación, y cuando esto sucede, tenemos la primera señal de que estamos viviendo una relación saludable.
Es cierto que no existen las relaciones perfectas. Como he comentado en otros
escritos de este blog, esa aventura de juntar dos historias de vida para
hacer una nueva lleva muchos riesgos, el principal de ellos es el de
estar dispuestos a cambiar, a ser flexibles para aprovechar toda la
experiencia sin que ésta se vuelva una barrera entre la otra persona y
yo, y sin que deje de ser yo mismo en ese proceso de compartir mi vida con otra persona. Estar dispuesto a cambiar no implica tener que renunciar a ser quien soy. Como no hay relaciones perfectas, siempre existe la posibilidad de
mejorar.
Ya sé que he abordado en bastantes ocasiones el tema de las relaciones en este blog, pero yo sigo creyendo que la principal fuente de alimento (nutritivo y chatarra, eso depende de cómo vive cada quien su relación) para nuestra autoestima y nuestro desarrollo personal está en el contacto con los demás y en la manera como asimilamos ese contacto, por eso quise reproducir aquí (aunque no de manera idéntica) un listado con las características de una relación saludable que vi en el blog "equilibrioyelección.wordpress.com", de Yeni Sobeida, una chica venezolana bastante movidita y con muchos escritos interesantes que vale la pena revisar, aquí dejo la ruta para los que quieran leerla.
Y aquí está la lista, seamos honestos al repasarla y ojalá encontremos en nuestra relación todos los aspectos que se describen aquí, como parte de una relación saludable. Hay que recordar que estas características aplican a cualquier relación y no solamente a la de pareja:
Una relación es saludable cuando:
1. Ambos pueden opinar
sin ningún temor. Los dos respetan sus ideas y opiniones aunque no estén de
acuerdo.
2. Ninguno vive con
miedo de ser lastimado física o emocionalmente. No hay amenazas o acusaciones.
3. Ambos pueden tener
amistades fuera de la relación.
4. Pueden dejar atrás
los errores del pasado y del presente, en la relación pueden aprender de sus errores y seguir
adelante. Digamos que en estas relaciones equivocarse no es pecado, así que no amerita ser culpados ni castigados.
5. Ambos sienten que
su relación les levanta la autoestima.
6. Tienen el derecho
de expresar sus sentimientos negativos y positivos (enojo, dolor y desilusiones)
de una manera clara y no violenta.
7. El espacio
individual de ambos es importante, se respetan los espacios privados de cada
uno.
8. La integridad
psicológica de ambos es tan vital como su integridad física.
9. Las relaciones íntimas son amorosas y confortantes para ambos. Los dos
están de acuerdo dónde, cuándo y cómo. Los dos hablan de cómo protegerse de HIV
o de un embarazó no deseado. Las discusiones son justas y la comunicación
es importante.
El punto 9 aplica exclusivamente para la relación de pareja, aún cuando el contacto físico es importante en las relaciones de amistad, familiares o de otro tipo (el lenguaje corporal siempre aporta algo a favor o en contra de la relación), pero con la pareja el contacto físico implica el intercambio sexual explícito y por eso se maneja en otro nivel.
¿Qué tal? Así son las relaciones saludables, ¡y sí existen! Si estás viviendo una de ellas déjame felicitarte y desearte que sigan avanzando por ese camino que lleva al crecimiento de quienes participan en la relación. Si por el contrario descubres que falta uno o dos puntos de los que se describen en esta lista, es el momento de empezar a valorar más tu relación y buscar, junto con la gente que quieres, la manera de crear las condiciones propicias para que esas vivencias juntos sean gratificantes y se disfruten en vez de tener que soportarse mutuamente. Esta es una tarea que deben realizar ambos miembros de la relación y no dejársela a una sola parte.
Si en más de 2 puntos de
esta lista pensaste “Eso NO pasa en mi relación y no veo manera de que llegue a ocurrir", sería bueno aceptar que te has
involucrado en una mala relación y en ese caso tienes el derecho de hablar claramente acerca de lo
que ambos han hecho mal para tratar de corregirlo también entre ambos. Si esto no es posible, recuerda que sí hay relaciones tóxicas, dañinas y perjudiciales. Puedes terminar con una relación dañina aunque esto parezca doloroso al principio, pues solo así podrás darte la oportunidad de reencontrarte con tu auténtico YO y empezar a relacionarte de una
manera vital y equilibrada, que favorezca tu salud emocional, física y
espiritual.
Hablar de una relación saludable es hablar de manejar bien tus afectos, de abir tus sentimientos sin miedo, de llevarte bien contigo antes de esperar que otra persona te valore o te dé un lugar especial.
Hasta luego.
Gracias por compartir sus conocimientos y experiencias, me ayuda mucho leer sus publicaciones.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias, cuando leo comentarios como el tuyo me da más gusto escribir y compartir pensamientos en este espacio, le encuentro más sentido a hacerlo cuando sé lo que piensa quien me lee. Que estés muy bien.
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