"Un héroe es alguien que entiende la responsabilidad que acompaña a su libertad"
Bob Dylan
En julio del 2012 comentaba acerca de las equivalencias físico-emocionales, o sea de lo que representan los síntomas y enfermedades de nuestro cuerpo a nivel emocional y de nuestras actitudes. Y no solamente eso, también decía que en la mayoría de las ocasiones, el origen de nuestros males corporales está precisamente en nuestro mundo emocional, en nuestra forma de ver la vida, en nuestra manera de actuar y relacionarnos.
Aquella vez reproduje un cuadro que presenta Louise L. Hay en su libro "Tú puedes sanar tu vida". Para seguir sobre esa linea de una manera más accesible, reproduzco ahora un cuadro que le robé a mi amigo Enrique de su página del facebook (¡bendita tecnología!), en el cual muestra cuáles síntomas nos pueden afectar si mantenemos estas actitudes ante la vida:
Si se fijan, el solo hecho de ser reconocidos como responsables no ocasiona un dolor de espalda, sin embargo, cuando el origen de esa responsabilidad no es la simple conciencia de cumplir nuestra misión en esta vida (o sea, hacer lo que me toca hacer y ya), la responsabilidad se va convirtiendo en una carga pesada, ¿y dónde se resiente la carga? Así es: En la espalda. Si padeces de dolor en la espalda, conviene revisar tu actitud ante la vida y, si fuera el caso, buscar estrategias o mecanismos para dejar de cargar con los demás y hacerte cargo de ti mismo, sin llegar al extremo opuesto, egoísta, de dejar de apoyar a los demás cuando ellos requieran tu ayuda.
¿Sientes que cargas con más responsabilidades de las que deberías? ¿Te sientes culpable si no haces algunas cosas, aunque en realidad crees que tú no eres el indicado para hacerlas? ¿Te regañas, terminas enojado y repartiendo mentadas a otros o a ti mismo después de cumplir tus responsabilidades? ¿Te da miedo lo que pueda pasar si tú dejas de hacer todo lo que haces?
No siempre estarás actuando en contra de tu salud. Vale la pena revisar tu vida y cambiar el enfoque desde el que estás viendo tus relaciones y tu manera de sobrevivir en este mundo.
Y en la parte media, la cintura, la parte más estrecha de nuestra espalda (sin contar las llantas o longitas, que son pura cubierta de grasa), es el punto medio de nuestro cuerpo, el paso obligado de la sangre y los alimentos entre la mitad superior y la inferior, es nuestro centro. No es casualidad que ahí duela cuando el miedo o la inseguridad dominan nuestros pensamientos y emociones. Y tampoco es casualidad que en esas condiciones no nos atrevamos a tomar decisiones.
Y más abajo, en ese punto donde la espalda comienza a perder su elegante nombre, se asientan los juegos de supervivencia y la sensación de no tener satisfechas las necesidades básicas. En la geografía de nuestro cuerpo, las caderas representan la pasión, el instinto y nuestros impulsos más naturales. Ahí está también nuestro sexo, fuente de nuevas vidas y del placer. Pensando en casos extremos, tanto nuestra supervivencia como nuestra sexualidad (impulsos básicos) pueden ser vistos como algo ajeno y amenazante o como algo divertido, como un juego.
"Si podemos formularnos la pregunta: ¿soy o no soy responsable de mis actos?, significa que sí lo somos"
Fodor Dostoievsky
Vuelvo a decir que cualquier postura ante la vida es válida, por eso hay tal variedad de formas-de-ser-en-el-mundo. La señal que nos alerta sobre una actitud rígida ante la responsabilidad (y por lo tanto enfermiza) es, en primer lugar, la existencia de dolor en una parte del cuerpo y, en segundo lugar, la dificultad para aceptar puntos de vista ajenos al propio. Nada es bueno en exceso, dicen, y dicen bien.
Nuevamente, como en otros casos, conviene revisar la historia personal para descubrir cómo aprendimos a reaccionar así ante la vida. Si es necesario, hay que volver a educar a nuestro niño interior en esa parte de la responsabilidad para que deje de sentirse culpable, enojado, asustado o exagerado ante sus obligaciones... y ante sus derechos.
Hasta luego.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Quieres comentar?: