martes, 16 de abril de 2013

El origen de la violencia en la pareja

"La violencia es un animal incontrolable, que suele terminar atacando a su propio amo."
Renny Yagosesky


Leí un artículo sobre el origen de la violencia en la pareja y hubo un parte que me convenció y además se puede extender a muchos otros tipos de violencia: Nace como un juego.

En la adolescencia es cuando normalmente empezamos a pensar con toda seriedad en relacionarnos con otra persona para formar una pareja sentimental, y es en esa etapa también cuando estamos despidiendo a nuestra infancia y buscamos un modelo para definir cómo queremos ser de grandes. Para bien o para mal, esos modelos ya no son los papás, abuelos, tíos o amigos de la familia (al menos no de manera consciente), sino los ídolos que exhaltan los medios de comunicación, así que en vez de modelos a seguir, tenemos estereotipos sociales. Por eso, es muy común ver que los jóvenes enamorados, con frecuencia en la secundaria o la prepa, se sienten orgullosos de su pareja y hasta la presumen: Presumen su amor. Pero si él o ella aceptan la mirada o la sonrisa coqueta de otra persona, entonces la cosa cambia y se enojan, se insultan y hasta pueden llegar a cachetearse. Así durarán un rato hasta que llegue la reconciliación, que es la mejor parte.

Y así va creciendo la relación: Las nalgaditas, pellizquitos, empujones y caras de enfado se vuelven parte "normal" de la vida en pareja y se resuelven con un simple "No pasa nada, si es a ti a quien quiero". 

Estas conductas son violentas. Sustituyen al diálogo y al ser adoptadas por la pareja, se convierten en una forma de comunicación que esconde las preguntas y las conversaciones sobre lo que está ocurriendo entre los dos. Con el tiempo, las nalgaditas, pellizquitos y demás van dejando de ser cariñosos para volverse actos más agresivos, y si la pareja duró lo suficiente con esos hábitos de intercambio, también habrán aprendido a no hablar de lo que realmente sienten, porque a fuerza de aceptar la constante vigilancia y castigo de su pareja, los sentimientos se convierten en algo vergonzoso y da miedo hablar de ellos.
"La violencia no es el remedio, tenemos que hacer frente al odio con el amor."
Martin Luther King

Es tan frecuente la escena de celos - reclamo - empujones que ambos se acostumbran. Pero la cosa no para ahí, porque después ya no es suficiente ese ciclo. Del reclamo se pasará al insulto, del insulto a los golpes, de los golpes al sometimiento y de ahí a la violencia sexual. ¿Qué une a la pareja? Tal vez el tener los mismos estereotipos sociales, la creencia de que el hombre debe dominar aunque racionalmente no queramos aceptarlo. Tal vez la decepción de que esta relación tan bonita y juguetona ya no funciona como al principio, y no funcionará, porque se permitió que la violencia, aún a nivel de juego, entrara en la relación tomando el lugar del diálogo.

Estas reacciones típicas en la adolescencia pueden ser el origen de las futuras parejas maltratadas y maltratadoras. El origen, porque si bien la violencia es más visible en un noviazgo adolescente (en el juego se valen los golpes), también es cierto que en el matrimonio es más dañina y agresiva, pues los roles de dominio y sumisión asumidos anteriormente se vuelven cotidianos y dejan de ser un juego.

La pareja tiene hijos y estos se acostumbran a que en casa hay gritos, empujones y pequeños golpecitos, las frases del tipo "Si te pego es porque te quiero", o "Si no te regaño es que no te quiero" se vuelven parte de la cultura de los hijos (para los papás es normal este tipo de justificaciones) y entonces tenemos lista la siguiente generación de parejas violentas. Pero hay otras formas de demostrar interés por los hijos además de regañarlos y pegarles: Podemos ser firmes y amorosos, sin necesidad de someter al otro para que nos crea que somos "mejores".

En el noviazgo los golpecitos son parte del juego, en la casa los regaños y castigos son porque nos quieren. Cuando estas expresiones violentas son aceptadas, la violencia se vuelve normal, ya no es algo grave y quienes la viven no se dan cuenta de ella. ¿Es normal vivir aguantando a tu pareja en lugar de disfrutarla? ¿No será que una parte nuestra, allá muy en el fondo de nuestra mente, sigue creyendo eso de que "si no me pega es que no me quiere? 

Si no puedes expresar lo que sientes y lo que deseas, revisa los niveles de "violencia juguetona" que hay en tu relación, el primer paso para evolucionar es darse cuenta de que hay algo que necesitamos cambiar. La violencia no es normal.


"El hombre nació en la barbarie, cuando matar a su semejante era una condición normal de la existencia. Se le otorgo una conciencia. Y ahora ha llegado el día en que la violencia hacia otro ser humano debe volverse tan aborrecible como comer la carne de otro."
Martin Luther King
 
Ya para cerrar, reproduzco un dibujo usado como parte de una campaña orientada a mejorar la relación de pareja en Venezuela; mi único comentario es que esta idea aplica tanto para los hombres como para las mujeres:


Hasta luego.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Quieres comentar?: