“El
infierno está lleno de buenos deseos, y el cielo de buenas obras”
Refrán
popular.
Esta vez comparto un extracto del libro de Osho “Mi camino. El
camino de la nube blanca”. Debo aclarar que no conozco mucho de Osho, me parece que es un gurú que ha ganado muchos adeptos a su
filosofía de vida y es comparable, a mi modo de ver, con Krishnamurti, pues ambos
son dueños de la sencillez y profundidad que da la sabiduría oriental. Sus
mensajes son poéticos y certeros, me gustan porque aún cuando no los entiendo
del todo (cada vez que leo a estas gentes descubro algo nuevo en la misma lectura)
disfruto mucho con las imágenes que van creando y con la lógica descriptiva que
manejan en su lenguaje, su semántica, a veces surrealista, a veces onírica, a
veces como la voz de un anciano paciente que regala la experiencia vivida.
En la parte que reproduzco enseguida, le preguntaron a Osho “¿es verdad
que, para abrirse paso verdaderamente, para estar totalmente presente, para volverse
una nube blanca, debemos sobrevivir a todos nuestros sueños, a todas nuestras
fantasías?” Osho responde de manera directa y clara:
“La
cuestión no es si uno ha sobrevivido a todos sus sueños y a sus fantasías, o
no. Estás viviendo en ellos. Ya estás en ellos. No es una cuestión de
alternativas. No puedes elegir. ¿Puedes elegir? ¿Puedes abandonar tus sueños?
¿Puedes abandonar tus fantasías? Si
tratas de dejar tus sueños, tendrás que sustituirlos por otros sueños. Si
intentas cambiar tus fantasías, se transformarán en otra clase de fantasías.
Pero seguirán siendo sueños y fantasías.
Entonces,
¿qué hacer? Aceptarlos. ¿Por qué ponerse en contra de ellos? Este árbol tiene
flores rojas, aquel árbol tiene flores amarillas. Entonces, está bien. Tienes
ciertos sueños: sueños amarillos.
Otra
persona tiene otros sueños: sueños azules, sueños rojos. Así que está bien.
¿Por qué luchar contra los sueños? ¿Por qué intentar modificarlos? Cuando
tratas de cambiarlos, crees demasiado en ellos. No piensas que son sueños, sino
que los consideras reales y crees que modificarlos sería importante. Si los
sueños, sueños son, ¿por qué no aceptarlos?
En el
momento en que los aceptas, desaparecen: éste es el secreto. Cuando los
aceptas, desaparecen.
Porque la
mente onírica cobra existencia a través de la represión. El fenómeno mismo de
la mente onírica implica represión.
Has reprimido muchas cosas; por eso, inesperadamente,
aparecen en tus sueños. Estás caminando por la calle; miras a un hombre o a una
mujer hermosa. Surge el deseo. De repente, lo dejas de lado. ¡Esto está mal!
La
tradición, la cultura, la sociedad, la moralidad dicen: ¡Esto no está bien!
Puedes
mirar una flor hermosa, no hay nada malo en ello. Pero, cuando miras un rostro
hermoso, algo inmediatamente está mal: lo reprimes. Ahora, este rostro se
transformará en un sueño. Lo reprimido se convierte en sueños. Ahora, este
rostro te perseguirá. Ahora, de noche, este rostro dará vueltas a tu alrededor.
Ahora,
este cuerpo te estará revoloteando. Los
deseos que has reprimido se transformarán en sueños. Los deseos que has
reprimido se convertirán en sueños y fantasías.
Entonces,
¿cómo crear un sueño? El secreto es reprimir. Cuanto más reprimas, más sueños
habrá. Quienes se van a la montaña, quienes rechazan la vida, están repletos de
demasiados sueños. Sus sueños se tornan tan reales, al modo de las
alucinaciones, que no pueden discriminar si se trata de un sueño o de la
realidad.
No
reprimas; si lo haces, crearás más sueños. Acepta. Sea lo que sea lo que te
sucede, acéptalo como parte de tu ser. No lo condenes. Cuando te vuelves más
tolerante, los sueños se disuelven. Una persona que acepta completamente la
vida deja de soñar, porque se ha cortado la raíz de los sueños. Ésa es una
cuestión.”
Como dije al principio, soy de cabeza
dura y me cuesta trabajo entender estos textos. Por eso, para tratar de
entender mejor la visión del maestro Osho desde mi perspectiva de que los
sueños siempre tienen un mensaje valioso para nuestra existencia, decidí
cambiar en toda su respuesta la palabra “sueños” y “soñar” por “deseo” y “desear”.
Si no reprimo mis deseos, acepto abiertamente lo que quiero y me puedo plantear
en términos realistas a cuáles de esos deseos voy a encaminar mis esfuerzos.
Eso es, según mi interpretación, vivir los sueños.
La ensoñación que tenemos mientras
estamos dormidos, que proviene de nuestra más honesta vida interior, aparece
para darnos un mensaje relacionado con nuestro YO y con lo que queremos en nuestra vida, también nos indican con frecuencia
esas partes de nosotros que estamos reprimiendo y nos limitan la existencia. En
los términos que maneja Osho, el sueño está más bien dirigido a los deseos y la
ambición de poseer algo o alguien, o de querer llegar a ser “más” que nuestros
semejantes.
Sea como sea, los sueños nos dicen
algo y si aceptamos su mensaje podemos actuar en consecuencia, no para
superarlos sino para vivirlos, asimilarlos como parte de nuestro propio ser.
Hasta luego.