miércoles, 2 de mayo de 2012

La depresión

La depresión no es lo mismo que el sentimiento de tristeza, desánimo o soledad que a veces uno puede sentir frente a alguna circunstancia específica en la vida. Normalmente estos sentimientos llegan cuando sufrimos la pérdida de un ser querido o de algo que es muy importante para nosotros. O cuando nos damos cuenta de esa pérdida, aunque ya haya pasado mucho tiempo. O cuando se va la ilusión de algo que queríamos incluir en nuestra vida y de pronto aceptamos que irremediablemente quedará fuera... Pero la depresión va más allá, es una enfermedad que puede quitarle todo el sentido a la existencia propia y llevarse con ella cualquier motivación, incluso cualquier sentimiento de valía o autoestima.

Es importante saber reconocer la verdadera depresión y no tratarla igual que los episodios de tristeza que son normales en las etapas de duelo, como las mencionadas arriba, por eso reproduzco enseguida los principales síntomas de depresión, a saber:
  • Estado de ánimo irritable o bajo la mayoría de las veces.
  • Pérdida de placer en las actividades habituales.
  • Pérdida de interés en el placer sexual.
  • Dificultad para conciliar el sueño, o exceso de sueño.
  • Cambios grandes en el apetito, a menudo con aumento o pérdida de peso.
  • Cansancio y falta de energía.
  • Sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y culpa.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Movimientos lentos o rápidos.
  • Inactividad y retraimiento de las actividades usuales.
  • Sentimientos de desesperanza y abandono.
  • Pensamientos repetitivos de muerte o suicidio.
Como decía al principio, la baja autoestima es común cuando aparece la depresión, al igual que los arrebatos repentinos de ira y la falta de placer en actividades que normalmente hacen feliz a una persona, entre ellas, la actividad sexual.

Se debe tener mucho cuidado con los niños, pues si sospecha que están deprimidos debe tener presente que no presentarán todos los síntomas clásicos de la depresión en los adultos. Para diagnosticar una depresión infantil, hay que vigilar especialmente los cambios en el rendimiento escolar, el sueño y la conducta, y si crees que tu hijo podría estar deprimido, vale la pena consultarlo con el médico y, obviamente, con un terapeuta.

Un caricaturista satiriza lo anterior imaginándose a un psiquiatra actual que se acomide a atender al recién nacido Jesús, quien llora inconsolable: "Obviamente el pobre chico está deprimido... Sin juguetes para Navidad... Solamente incienso y mirra... Además el estigma social de haber nacido en un pesebre... ¡Le pondré un antidepresivo!".

La depresión también es un conjunto de actitudes que puede transmitirse de padres a hijos; algunos especulan que esto puede deberse a los genes (en este caso la depre sería hereditaria), a comportamientos aprendidos en el hogar o a ambas causas.

Independientemente de si los genes hacen que usted sea o no más propenso a presentar depresión, un hecho estresante o infeliz en la vida generalmente desencadena esta afección. Entre los factores que pueden causar la depresión se cuentan:
  • Alcoholismo, drogadicción o cualquier dependencia de satisfactores externos
  • Algunas afecciones y tratamientos médicos, como:
    • ciertos tipos de cáncer
    • dolor prolongado
    • problemas para dormir (causa y síntoma)
    • medicamentos esteroides
    • baja actividad de la tiroides (hipotiroidismo)
  • Situaciones o hechos estresantes en la vida, como:
    • maltrato o rechazo
    • ruptura de relaciones con el novio o la novia
    • ciertos tipos de cáncer
    • muerte de un amigo o familiar
    • divorcio, incluso el divorcio de los padres
    • reprobar una asignatura
    • enfermedad en la familia
    • pérdida del trabajo
    • aislamiento social (causa común de depresión en los ancianos)


Si usted presenta síntomas de depresión durante dos semanas o más, busque ayuda del médico y del terapeuta antes de que los síntomas empeoren. En todos los casos, las siguientes medidas de cuidados personales pueden ayudar: 
  • Dormir bien.
  • Consumir una alimentación nutritiva y saludable.
  • Hacer ejercicio regularmente.
  • Evitar el consumo de alcohol, marihuana y otras drogas psicoactivas.
  • Involucrarse en actividades que lo hagan feliz.
  • Pasar el tiempo con familiares y amigos.
  • Si usted es una persona religiosa o espiritual, hable con clérigos o consejeros espirituales.
  • Practicar la meditación, el tai chi y otros métodos de relajación.
  • Agregar ácidos grasos omega-3 a la dieta, los cuales se pueden obtener en suplementos de venta libre o consumiendo pescado como el atún, el salmón o la caballa.
La persona con depresión tenderá a retraerse de los demás, con cualquier pretexto irá dejando las actividades y distracciones que regularmente le atraían y encontrará las mejores excusas para estar en soledad o con el mínimo de compañía posible. Estos son síntomas importantes a considerar, y junto con ellos será notoria la falta de iniciativa, aunque tal vez se presente disfrazada de reproches, de planes a futuro, de comparaciones con lo que hacía en el pasado y otras formas de "hacer como que hace algo", y que en realidad son estrategias muy útiles para justificar la falta de voluntad e iniciativa. También será común empezar a escucharle diciéndose a sí mismo frases despectivas, como si se estuviera regañando o castigando por ser incapaz de lograr esos planes que la misma persona deprimida se va boicoteando de manera muy disimulada.


Visto el cuadro general de una depresión, sin entrar en detalles técnicos de distimias, depresiones reactivas, trastornos bipolares y todos esos nombres extraños que acompañan a cada manifestación específica de la depre, es recomendable que las personas cercanas a un deprimido tengan en cuenta lo siguiente:

Empujar a la presona deprimida para que realice alguna actividad: No le pida que la haga, ya que no tiene la iniciativa necesaria, así que tendrá que acompañarla en algún deporte, juego o lo que les interese hacer.
Si pertenece o pertenecía a algún grupo, club o asociación, animarle a seguir formando parte de él, y si ya lo abandonó, acompañarle para que se reinscriba. La soledad es la peor consejera para la persona deprimida.
Visitar a la persona deprimida en su casa e invitarla a salir. Al parque, a caminar, a la calle, a ver otros conocidos, al cine... Donde sea, se trata de evitar el encierro y recordar que el mundo es más amplio, en todos los sentidos. Si una persona es importante para ti, hay que invertir tiempo en ella.
Evitar los dramas: Telenovelas, canciones de "rompe y rasga" (nefastas las canciones de corazones rotos y esas que alaban la soledad como virtud), colores oscuros, y todo lo que huela a "este mundo es pura porquería". No queremos que vea el mundo color de rosa, pero tampoco que se vaya al extremo opuesto, se trata de buscar el equilibrio de manera creativa, no destructiva.
Animarle a hacer algo para sí misma. Incluso el simple hecho de escribir al final de cada día "qué me gustó y qué no me gustó" (por decir algo) es una actividad que amerita esforzar las neuronas, concentrar el pensamiento y situarse en el presente.
Si es necesario, hay que buscar ayuda profesional.

Hasta luego.

En este texto se utilizaron datos de la página "medlineplus.com"

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