Objetos a veces bien identificados y a veces totalmente
desconocidos que vuelan en tu interior, se forman dentro de ti a partir de una
idea, de lo que sientes, de lo que has aprendido, de lo que percibes en el
mundo exterior y también en reacción a otras personas.
Los pensamientos forman enjambres que se orientan hacia un
solo punto haciéndolo ver más importante que todo lo demás.
Mente es el conjunto de pensamientos e intenciones que
parecen guiar tus actos, ¡no te dejes engañar! recuerda que tu mente y tus
pensamientos son tuyos y tú puedes decidir si cambias su curso o si continúas
pensando igual.
Los pensamientos necesitan energía, la consiguen
alimentándose de la actitud que tienes ante la vida y además son caníbales: se alimentan de otros pensamientos. Tú decides la calidad de los alimentos
emocionales que le das a tu cerebro, si le das pensamientos chatarra,
producirás pensamientos chatarra, y si le das pensamientos nutritivos,
generarás pensamientos nutritivos.
Menú
de alimentos chatarra para tus pensamientos:
Quejas, lamentos, reclamos, “teléfonos descompuestos”,
insultos, ofensas, comparaciones, críticas destructivas, indirectas, gestos de
burla, indiferencia o reprobación, impaciencia, intolerancia, frases para
ridiculizar, chismes, desconfianza, envidia, canciones y películas de desamor y desesperanza…
Menú
de alimentos nutritivos para tus pensamientos:
Empatía, respeto, confianza, paciencia, comunicación
asertiva, buen humor, crítica reflexiva, lectura, compañía...
El tipo de pensamiento que generas es el alimento para tus
nuevos pensamientos.
El tipo de pensamiento que generes determina tu actitud
ante la vida.
No basta desear con todas tus fuerzas un alimento
nutritivo, necesitas obtenerlo en pláticas, lecturas, películas, canciones,
actividades, sueños, momentos...
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