Me gustan las palabras libres, circulando y encontrándose unas con otras, si en su andar se topan con la persona adecuada, tal vez las puede acomodar en nuevas ideas, y con suerte buenas.
Yo me robo palabras de otros, no las pido prestadas porque nunca las regreso y por si fuera poco las exhibo públicamente por si alguien más las quiere tomar.
La única disculpa que tengo es que siempre digo a quién se las robé y las mantengo libres con la esperanza de que puedan crecer y reproducirse hasta el infinito.
También saco mis palabras y las
exhibo, pero a estas alturas la verdad ya no distingo cuáles son las mías y
cuáles son ajenas, de tanto que se han mezclado… y que así sigan.
Hasta luego.
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