miércoles, 14 de abril de 2021

Los niveles en el juego del amor

 


La atracción es una cosa espontánea, simplemente se da cuando una persona te gusta y si a esa persona le pasa lo mismo contigo “hacen clic” y se conectan, por lo menos físicamente. Así empiezan muchas relaciones, con el típico "flechazo" porque “de la vista nace el amor”, dicen. Y si la cosa llega hasta ahí tal vez haya un final feliz y dos personas se retiren satisfechas por haber ligado y encontrado al amor de su vida por un instante efímero, ¡bendita ilusión! ¡Amar sin complicaciones! Obviamente la atracción no es amor, aunque puede ser pasión o romanticismo o qué se yo, alguna otra emoción de esas que nos dejan satisfechos y con el ego bien alimentado.

Si después del “flechazo” la relación sigue, tal vez pienses que encontraste el amor y ojalá que sí, todo es posible. Sin embargo, es muy común encontrar gente decepcionada de su pareja y de sí misma porque después de convivir bastante tiempo (eso de “bastante” es una cantidad que puede variar mucho entre una persona y otra) resulta que esa persona en la que invirtió tanto tiempo no era lo que esperaba y “no valora” todo el amor que se le dio.

Sí. Nos ha pasado a muchos, y si no lo hemos vivido en carne propia seguramente conocemos al primo, a la novia, al amigo o a quien sea que le haya ocurrido. Los seres humanos nos confundimos fácilmente y muy rápido, queremos creer que lo que sentimos por la persona que nos gusta es amor y creemos con toda seguridad que esa persona siente lo mismo hacia uno, o sea hacia mí.

Las relaciones tienen varios niveles, como en los videojuegos, y aunque sí hay atajos para llegar al máximo nivel, también hay trampas que te pueden engañar y hacerte detener en un nivel intermedio creyendo que ahí es el nivel final, el amor.

Los niveles tienen nombre, y no tienes que pasar necesariamente por todos, pero es muy sano reconocerlos porque el compromiso emocional cambia en cada uno de ellos, la interrelación es cada vez más profunda a medida que se sube de nivel, por ejemplo:

1.       Conocido

2.       Compañero

3.       Amistad

4.       Afecto

5.       Aprecio

6.       Cariño

7.       Amor

Piensa en alguna persona que corresponda a cada nivel… cambia mucho la sensación en cada uno, ¿verdad? Cada nivel que avanzas se vuelve más exclusivo, cabe menos gente en él, porque a medida que profundizas más en una relación, también vas conociendo más a la persona con quien te relacionas, y dejándote conocer, hasta llegar al punto del amor, en el que exageras la diferencia que hay entre una persona y todas las demás, respetando su individualidad.

La pasión de un “flechazo” también nos hace exagerar la diferencia entre nuestro estímulo sexual y todas las demás personas, pero es una situación diferente, que exige satisfacción inmediata y por eso se le llama deseo.

Y aquí está una de las razones más comunes por las que existen los problemas de pareja: Es muy fácil sentir “algo” (uno de los 7 niveles) y pensar que ese sentimiento es amor. Y si lo crees, tal vez des tu amor a cambio de compañía, o de amistad, o de aprecio, o de cariño, o de… lo que sea, pero no es amor y obviamente el nivel de compromiso no será el mismo en las dos personas que llevan esa relación.

O tal vez ocurra lo contrario y tú sientas un gran afecto o cariño por alguien que se enamoró de ti y por más que quieras nunca podrás darle de regreso lo que te brinda en la relación, porque el amor que te dan es más grande que lo que tú sientes. No están en el mismo nivel.

Como sea, uno de los principales problemas de las parejas es que las dos personas están seguras de que lo que sienten es amor y por ende lo que siente su pareja también debe ser amor, sin darse la oportunidad de saber en cuál nivel del juego están. En esa trampa de pensamiento mágico hasta se llega a creer que los dos quieren o aman igual y parece hasta ofensivo revisar qué sentimientos están en juego dentro de la relación, aunque la convivencia esté basada en puras discusiones, pleitos y maltratos.

Vale la pena darse un tiempo para revisar primero en uno mismo (porque luego somos muy buenos para revisar a la pareja y decirle todo lo que debe cambiar, para que me quiera como yo quiero) qué es lo que siento y si estoy dispuesto (o dispuesta) a aportar más a nuestra relación.

El nivel en el que te encuentres se puede volver una zona de confort, de modo que en lugar de cuestionarte, vas a asegurar que estás bien y obviamente das amor. Te sugiero que revises los 5 ingredientes del amor para ver si tú los estás aportando (recuerda que primero en uno mismo) y si no es así, puedes empezar a hacerlo.

Si la relación está dañada o estancada, tal vez sea necesario buscar ayuda profesional. Si vienes de una relación que ya terminó y sigues pensando que la forma en que se trataban tu pareja y tú es el verdadero nivel del amor, también puede ayudarte un profesional. En ambos casos, lo más importante es descubrir en uno mismo todos los niveles y saber que puedes ser desde un conocido hasta un amor. Si identificas esto en tu propia persona, podrás identificarlo en otras, y podrás alimentar tu autoestima y la relación para avanzar los niveles que quieras en este juego de la vida, del amor. Y si deseas quedarte en el nivel del “flechazo” está bien, todo se vale si lo haces de forma consciente, bien ubicado en el nivel de relación donde quieres moverte, con respeto a ti mismo y a la otra persona.

Hasta luego.


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