jueves, 22 de abril de 2021

Estómago

Estómago


Bolsa lisa, húmeda y caliente, con una puerta para entrar y otra para salir, el estómago es como una madre que sale de la cocina llevando comida caliente a su familia y debe comer a su hora, puntual como reloj, pero a veces no tiene comida, la memoria de su dueño o dueña debe estar presente antes que su hambre para cumplir su noble trabajo de distribuir generosamente el alimento y los nutrientes que cada parte del cuerpo necesita.

 

El estómago es el equilibrio se siempre recibir y dar. Cuando entrega lo que comimos y bebimos ya está descompuesto y de nuevo listo para ser usado en otros órganos, hasta que los últimos restos llegan a la salida, donde se debe expulsar lo que ya no sirve.

 

El estómago recibe, y si recibe mucho se estira y se acostumbra a estar lleno de lo que sea, a cambio de vivir trabajando la digestión sin parar. Si recibe muy poco se comienza a comer a sí mismo llenándose de úlceras y dolores ácidos. Y si recibe la porción justa trabaja el tiempo necesario, descansa lo suficiente y sus jugos gástricos no lo atacan.

 

A veces recibe corajes, tristezas, decepciones, miedos o vergüenzas, chatarra que no se deshace ni con todos sus ácidos, el dueño o dueña de ese estómago puede y debe quitarle todo eso que hace daño, para que no termine comiéndose a sí mismo otra vez. Quien dijo que “las penas con pan son buenas” fue un sabio: un bocado de alimento puede salvar al estómago de consumirse cuando solamente recibe emociones indigestas. 


Hasta luego.

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