"Es imposible no comunicar"
(Paul Watzlawick)
Te encuentras frente a tu padre, tu madre, un hermano o hermana... o frente a tu pareja. Si estás en la escuela o el trabajo, te ves de nuevo ante esos compañeros que te hacen sentir mal. Y te alcanza de nuevo esa sensación de ya haber pasado por esta situación, de volver a enfrentar el mismo problema... Y de tener miedo de salir dañada o dañado después de enfrentarse a lo mismo. Aquí nace la violencia.
La violencia doméstica o familiar puede definirse como aquellos actos u omisiones que se realizan de manera intencional para causar un daño a otra persona.
En el juego diario de las relaciones humanas tú, yo y todos intercambiamos muchas actitudes, gestos, palabras y significados que dicen más cosas de las que nos damos cuenta... aparentemente. Más bien dicen esas cosas que a veces no queremos reconocer y por eso, cuando alguien nos hace ver lo que hicimos o dijimos simplemente comentamos algo como "¿de verdad? ¡Ay, perdón, no me dí cuenta!".
Algunas de esas actitudes son agresiones demasiado directas hacia una o varias personas y para reconocerlas, un señor llamado Thomas Gordon las agrupó en un conjunto de "barreras a la comunicación" llamado la docena sucia, y aquí las reproduzco:
Parte 1 - Mensajes para deslindarse de la responsabilidad y tratar de que otra persona solucione las cosas:
1. Ordenar, dirigir, mandar, imponer (Tú debes de... Tú tienes que...).
2. Amenazar, amonestar (Si no lo haces, entonces... Más te vale que hagas lo que te digo...).
3. Sermonear, moralizar (Tú deberías... Esa es tu obligación... Esa es tu responsabilidad...).
4. Aconsejar, dar soluciones (¿Por qué tú no... Yo te aseguro que... Sería mejor para ti que...).
5. Persuadir con lógica, dar cátedra (¿No te das cuenta..? Creo que estás en un error... Mira, lo más lógico es que... Debes entender que...).
Parte 2 - Mensajes que hacen menos a la persona y le quitan valor:
6. Juzgar, censurar, criticar (Eres malo... ¡Como eres flojo..! Te estás portando como loquito).
7. Alabar, aprobar, halagar (Eres tan bueno... Haces todo muy bien... Así es como todos deberían actuar...).
8. Ridiculizar, avergonzar (Eres un niño todavía... Lo que usted diga, señor...).
9. Interpretar, analizar, diagnosticar (Lo que tú necesitas es... Tú realmente quieres decir que... Tu problema es...).
10. Consolar, amparar, minimizar (Eso no es tan malo... No te preocupes, te sentirás mejor... Déjaselo al tiempo... Tu problema se va a resolver...)
11. Preguntar, interrogar (¿Por qué hiciste..? ¿Por qué no hiciste..? ¿Quién hizo...? ¿Cómo ocurrió..?)
Parte 3 - Mensaje para evadir el tema principal:
12. Distraer, bromear (No se habla de eso en la mesa... Eso me recuerda que... Te levantaste con el pie izquierdo...).
Tal vez descubriste alguna actitud que usas con frecuencia, o cuando te diriges a alguna persona en particular... yo tengo bien ubicadas las mías, y son una parte importante de mis retos a vencer.
Es inevitable mostrar alguna de estas actitudes en ocasiones, pero abusar de ellas o de algunas de ellas es lo que las convierte en barreras que impiden la comunicación asertiva, pues impiden escuchar lo que realmente te quieren decir, y al comunicarte bloquean la empatía para poner por delante un escudo de prejuicios e ideologías que no dejan ver a la otra persona tal como es...
Y bueno, regresando al punto 4 de esta lista, te aconsejo revisar tus reacciones ante distintas personas para identificar cuáles conductas de esta docena sucia utilizas y con quiénes. Aceptarlas es el primer paso para manejarlas y cambiarlas.
Hasta luego.
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