martes, 23 de junio de 2015

Parejas: Dueños o compañeros


"Si la felicidad de tu pareja implica tu infelicidad, ¿qué estás haciendo ahí?
(Walter Rizo)


¿Qué es un apego? Voy a tratar de describirlo brevemente en unas cuantas líneas:

El apego es un vínculo, un lazo de afecto o cariño que te une con unas cuantas personas y resulta de vital importancia para que puedas reconocer tu lugar en el mundo y entre las demás personas, pero sobre todo te da la seguridad de formar parte de algo más grande que tú mismo. El vínculo es necesario para desarrollar el sentido de pertenencia y con él, serás capaz de adquirir compromisos y afrontar retos personales. El apego proporciona esa sensación de "querer estar aquí". porque "aquí" es donde te identificas y puedes crecer.

Eso que acabo de describir es un apego sano, que aparece desde la más lejana infancia y te acompaña toda la vida. Ahora voy a tratar de explicar también de una forma breve lo que es el apego malsano:

El apego malsano aparece cuando te sientes dueño o dueña de la persona que quieres. Si el apego sano crea un vinculo de afecto que te une a los demás, el apego malsano crea un lazo de inseguridad que te hace exigir a la persona que amas que te haga caso, que te valore. La pérdida o la amenaza de perder a la persona provoca angustia y miedo.

¿Cómo es eso de vivir sin apegos? Para responder esta pregunta, debo comentar que algunos psicólogos, sobre todo psicoanalistas y en menor medida los conductistas, consideran que el apego solamente se da en la infancia, y que si llega a aparecer en otra etapa de la vida, forzosamente se tratará de un apego malsano o enfermizo. Por mi parte, yo creo que existen vínculos sanos y malsanos a lo largo de nuestra vida y no solamente en una de sus etapas: Ni modo: los apegos malsanos no se curan simplemente con la edad. Así pues, ¿cómo es eso de vivir sin apegos malsanos?


Es vivir libre.

Amar a quien amas y dedicarte a esa persona sin miedo a que te rechace. 

Aceptarte tal como eres y aceptar a quien amas tal como es.

Vivir sin tener que sacrificar a tu propia persona para que otra sea feliz.

Construir momentos de felicidad en compañía, para que ambos la disfruten.

Dejar de pensar que solo puedes ser feliz si haces feliz a la persona que amas.

Confiar en que la persona que amas es capaz de tomar sus propias decisiones y aprovechar sus recursos de la mejor manera.

Hablar sin temor ni vergüenza de los que sientes, quieres, temes, deseas, haces, planeas, etc.

Saber que la persona que amas también es libre y está contigo por su voluntad.

Entender que no eres dueño de tu pareja, ni tampoco eres de su propiedad.


Donde hay apegos malsanos las relaciones se van llenando de abusos y de codependencia, porque el apego se siente igual que cuando éramos niños y dependíamos de mamá o de alguien que nos cuidara y nos quisiera. Donde hay un apego sano solamente está el vínculo de afecto que nos ayuda a estar junto a la persona que amamos, sin perder de vista nuestra dignidad y nuestro valor como personas.

Vivir sin apegos malsanos es vivir sin sentir culpa de quererte más que a otras personas, eso te permite reconocer y desarrollar todo el potencial que hay en ti y compartir tu bienestar y tus capacidades con quien tú decidas.

Revisa tu relación, solamente hay 3 posibilidades:


1. ¿Tu pareja abusa de ti? ¿Te dejas manipular por miedo a quedarte sin pareja?

2. ¿Tú abusas de tu pareja? ¿Piensas que la mejor defensa es el ataque, y decides que mejor tú vas a manipular y a controlar la relación para que tu pareja no abuse de ti?

3. ¿Vas por la vida en compañía? ¿Te valoras, te conoces y te quieres lo suficiente como para no tener que controlar la vida de otra ni dejar que otra persona te domine a ti?

Hasta luego.

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