"Creo que el mejor regalo que puedo recibir de alguien es que me vea, que me escuche, que me entienda, y que me toque.
El mejor regalo que puedo dar es ver, escuchar, entender y tocar a la otra persona.
Cuando se ha hecho esto, siento que se ha hecho contacto."
(Virginia Satir)
El mejor regalo que puedo dar es ver, escuchar, entender y tocar a la otra persona.
Cuando se ha hecho esto, siento que se ha hecho contacto."
(Virginia Satir)
Desarrollar la sensación de "poder personal" no es una tarea rápida, requiere bastante tiempo de dedicación y práctica durante los primeros años de vida y, en esa misma etapa, también se necesita apoyo por parte de los padres y los adultos valiosos para el niño o niña. Si todo sale bien, cuando ese niño o niña crezcan tendrán la suficiente sensación de "poder personal" para hacerse cargo de su vida y animarse a dejar el nido para volar su propia ruta.
En la edad adulta, a la gente que controla su propio "poder personal" le llamamos "personas con autoestima". En su nivel evolutivo, requieren seguir practicando, ser conscientes y constantes en la aplicación de su propia valía personal, y como seres sociales, también necesitan seguir en contacto con los demás para ubicarse en el mundo real sin "perder piso", sino retroalimentando y aprendiendo de la vida misma en compañía de otras personas.
Para seguir desarrollando el "poder personal" y la autoestima en cualquier etapa de nuestra vida, es importante salir de vez en cuando de la zona de confort, de los terrenos conocidos, y animarse a probar experiencias distintas, otros sabores, otros lugares, otras caras, otras pláticas... en fin: otras posibilidades (ver más sobre este tema dando clic en "obesidad mental"). Si no funcionan nos quedará la enseñanza, y si funcionan, esas nuevas experiencias pueden pasar a formar parte de nuestro acervo para la vida.
La anterior es una propuesta de Virginia Satir para ayudarnos a creer en nosotros mismos, palabras más o menos, y para complementarla, propone vivir con estas 5 libertades:
La libertad de ver y escuchar lo que está
aquí, en lugar de lo que debería estar, estuvo o estará.
La libertad de decir lo que se siente y se
piensa, en lugar de lo que se debería sentir y pensar.
La libertad de sentir lo que se siente, en
lugar de lo que debería sentirse.
La libertad de pedir lo que se quiere, en
lugar de tener siempre que pedir permiso.
La libertad de arriesgarse por su propia
cuenta, en lugar de optar únicamente por estar “seguro” y no perturbar la
tranquilidad.
Satir es una excelente escritora, además de uno de los mejores modelos a seguir en terapia familiar y PNL. La propuesta de las cinco libertades y muchas otras con la misma claridad y riqueza de ideas, aparecen en su libro "En contacto íntimo", de 1976.
Hasta luego.
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