martes, 24 de julio de 2012

Encontrando al eslabón perdido

Estaba repasando un libro titulado "El universo secreto de los sueños", escrito por Pierre Fluchaire (ya no pongo el libro porque me han bloqueado varias veces mi carpeta del 4shared diciendo que soy un pirata) y en una página de su capítulo VII me encontré esta chulada de frase:

"Ya descubrí cuál es el eslabón perdido entre los monos y el ser humano: Somos nosotros".

O algo así, pero me encantó esta idea porque viene a confrontar directamente esa imagen idealizada que nos hemos formado de nosotros mismos como especie: es algo muy normal decir y escuchar que somos el grado más alto de la evolución y que prácticamente somos perfectos. De hecho en la religión sí se expresa claramente esta idea, pues fuimos hechos a imagen y semejanza de Dios, por lo tanto ya no somos perfectibles.

Entonces me puse a pensar... ¿y si resultara cierto que aún no llegamos a ese nivel de perfección evolutiva? ¿Explicaría eso que todavía no sepamos resolver nuestros problemas sin usar la violencia? ¿Sería una razón para entender cómo es que aceptamos y hasta podemos admirar a líderes corruptos? ¿Podría ser el origen de nuestra falta de conciencia personal y social? Si esto fuera cierto, tendríamos que ser humildes y aceptar que aún nos falta mucho camino por recorrer.

En algunas mentes no tiene cabida esta idea, tal vez pueda ser cierta para "los otros", pero no para mi o los que son "como yo"... y me acuerdo de Hitler o del KKK, por citar dos ejemplos famosos a nivel mundial, y me acuerdo de los comuneros indígenas asesinados, de las mujeres encarceladas por haber sufrido un aborto y de la represión en Atenco, por citar 3 ejemplos más cercanos de nuestra falta de capacidad para resolver, de manera humana, los problemas que se dan entre personas que piensan distinto.

Creo que aún no llegamos a ser seres humanos, ese chispazo de civilización que ha permitido a nuestra especie desarrollar inventos tan importantes como Internet o los viajes espaciales es tan frágil que desaparece ante la más leve irrupción de nuestras pasiones, generalmente sorpresivas; tampoco resiste los embates de unos cuantos tragos de alcohol ni el bombardeo de los medios de comunicación repitiendo mil veces cualquier mentira hasta que la creamos.

En el fondo seguimos reaccionando como animales, aunque hemos desarrollado una conciencia única entre todas las especies y tenemos la capacidad de darnos cuenta de nuestra realidad y de actuar sobre ella, podemos discernir e identificar nuestros problemas, pero aún no somos capaces de resolverlos. Tenemos la conciencia de cuáles de nuestros actos nos dañan y son dañinos también para otras especies y para el planeta mismo, pero seguimos actuando igual.

Nuestra conciencia apenas empieza a abrirse paso para llegar a la luz de nuestra mente, es un pequeño y frágil resplandor que nos ayuda a entendernos y a hacernos entender con nuestros semejantes, pero lo apagamos rápida y constantemente. La fuerza bruta sigue imperando y se apoya en una parte vergonzosa de nuestra inteligencia: la creación y el uso de armas cada vez más mortíferas.

Carl Sagan y otros pensadores consideran que nuestra conciencia, que es el verdadero camino de la evolución, aún se encuentra en pañales y eso es obvio cuando vemos o escuchamos un noticiero (de los realistas, no de los que sacan puras notas de "sociedad"): Hemos dejado atrás a nuestros ancestros simiescos y homínidos, podemos decir que ya somos hombres y mujeres, pero eso no garantiza que hayamos alcanzado automáticamente el grado de "personas" ni el de "seres humanos".


Los humanos vivimos depredando o parasitando al planeta, y lo podemos de manera agresiva y hasta violenta. Lo hemos hecho desde el principio y también desarrollamos un invento único entre todas las especies: tenemos que pagar por vivir en nuestro mundo.

Sin duda todos queremos alcanzar el nivel de humanidad que presumimos, ojalá tengamos la humildad para reconocer que nuestra especie necesita mejorar, que aún no está terminada y que puede desarrollar un nivel de conciencia más elevado para que podamos ser más dueños de nuestras conductas y reacciones, viviendo en un clima de respeto mutuo y convirtiendo a la pobreza, el hambre y las enfermedades en un problema común.

En casa, a nivel doméstico, podemos ensayar tratando de mantener nuestra conciencia por encima de los corajes, las envidias, los celos y tantas otras pasiones impulsivas (animales, pues). Esto implica tener siempre en mente la convicción de que podemos ser mejores personas y tratarnos mejor a nosotros mismos y a los demás. De eso se debe tratar nuestro paso por este mundo, creo yo.

¿Estoy soñando? Tal vez, junto con nuestra conciencia también hemos desarrollado la capacidad de soñar, y ése puede ser el primer paso en el camino para llegar a ser humanos de verdad. Por lo pronto me quedo con la tarea de buscar nuevas formas de dejar atrás a mi eslabón perdido.

Hasta luego.

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