miércoles, 30 de noviembre de 2011

Recomendación musical: "God"

Una vez vi la letra de la canción "God", de John Lennon, ilustrada por un gran monero mexicano que firmaba como Efrén, recuerdo que fue en la revista "La Garrapata, el azote de los bueyes" y traté de localizar esa mini gran obra para escanearla y colocarla aquí, pero descubrí que mi colección de tan afamada revista está incompleta y uno de los ejemplares que me faltan es precisamente donde viene ese homenaje a Lennon.

Una vez repuesto de semejante impresión, y siguiendo con mi idea original de compartir la letra de la canción la busqué en el YouTube y me vine encontrando la página de un auténtico melómano, uno de esos seres que nacieron para disfrutar la música, compartirla y entender los porqués de sus creadores. El blog de este sujeto me gustó porque está dedicado a dar a conocer los pormenores detrás de la creación, grabación y difusión de cada pieza musical, así que además de saborear la canción con un video de fondo, también podemos enterarnos de los chismes relacionados con esa canción y sus autores al mismo tiempo.

Les dejo la ruta de este blog para quienes se interesen en visitarlo, nada más les sugiero hacerlo cuando tengan un buen rato para dedicarle, porque hay historias que te atrapan y es posible que dures mucho tiempo saboreando músicas e historias. Total que para no quedarme con las ganas reproduzco enseguida la canción "Dios", subtitulada, que bajé de ese mismo lugar:


El video de Lennon:


Hasta luego, gracias por leer.

Que gane el que sea...

Perdón por el pesimismo, pero no le veo el sentido ni una salida racional a esta guerra estúpida que el Gobierno anuncia como si fuera contra la delincuencia, pero a estas alturas ya no se le cree nada, pues se ha comprobado la existencia y libre actuación de delincuentes que también fungen como funcionarios públicos, también se sospecha que hay una insurgencia real y activa contra ese mismo Gobierno, y que muchas acciones de esta "guerra" las han dirigido hacia los modernos insurgentes. Pa'l caso es lo mismo, la violencia engendra más violencia y la destrucción de los seres queridos genera miedo, odio y frustración. Y en esto de los seres queridos entra mucha gente muerta, caída sin haber tenido culpa alguna.

De ese caldo de emociones encontradas salió esta imagen:


Gracias por leer. Hasta luego.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Creyentes

“Dios es un concepto mediante el cual medimos nuestro dolor”
John Lennon

A Lennon se le criticó demasiado por su manera de expresarse acerca de Dios, o de Jesús, que se toma como sinónimo aunque para mucha gente Dios se representa de otras maneras. El caso es que en la vida diaria la concepción que tengamos de Dios resulta importante para definir una postura ante los problemas que se presentarán inevitablemente en nuestro andar por este camino mundano: Las personas creyentes pueden tener más recursos para perseverar en la búsqueda de una solución, pues el saberse aferradas a un concepto proporciona una sensación de seguridad y esperanza que anima a seguir adelante.

Y no se requiere de una fe ciega en Jesús, sino de creer en el concepto de aquello que es superior a nuestra existencia humana, bajo el nombre que queramos darle:

Dios,

Jesús,

Naturaleza,

Buda,

Yo divino,

Fuerza cósmica…

¡Vaya! Si hasta el hecho de creer en el ateísmo proporciona la seguridad de saber que hay “algo” cierto fuera de uno mismo, más allá de la vida material que conocemos, esta certeza se refleja cuando escuchamos el tono orgulloso del que dice “soy ateo”.

Por el hecho de ser creyentes podemos entrar a la vida espiritual, cada quien a su manera y con sus propios rituales o modalidades. Vivir la parte espiritual es un remedio contra el aislamiento que nos permite reencontrarnos y reconocer que ese concepto de algo superior da un centro o punto de equilibrio a la vida en general.

Quien no lo vive así no puede respetar las búsquedas que se desarrollan en la vida interior de cada persona para tratar de ser mejores, y quien no es capaz de respetar a sus semejantes tampoco podrá valorarse a sí mismo y puede perder el sentido de la vida.

Sin embargo, no es posible vivir sin tener la experiencia espiritual. Tal vez haya quien se niegue a aceptar esa parte de su realidad, pero en la búsqueda de su propia identidad y de afirmar el sentido de pertenencia, el desarrollo de un sistema propio de creencias juega un papel importantísimo e insustituible. Quizá haya quien afirme que no le debe nada a nadie ni a nada, que "se formó solo" y otras cosas así, pero esa idea de la "generación espontánea" no puede mantenerse mucho tiempo: todos nuestros recuerdos son influencias que han ido enraizando en nuestra mente, en la fuente de nuestro ser convirtiéndose, en algunos casos, en creencias firmes y tal vez hasta inflexibles.
Así que es cierto, “Dios es un concepto mediante el cual medimos nuestro dolor”. Y también puede ser muchas cosas más.

“No es posible que Dios haya jugado a los dados con el universo”.
Albert Einstein

domingo, 27 de noviembre de 2011

¿Qué pasó con ese respeto?

Ahora sí me pasé de la raya... ¡El último escrito que puse aquí es del 11 de noviembre y hasta el día 27 regreso a teclear! ¡Cuánto tiempo ha pasado! Y cuántas cosas ha traido este tiempo, la verdad.

Para esta ocasión pensé en el respeto, porque ha sido un factor muy importante en estos días para mí en mi interacción con la gente que está a mi alrededor, porque estoy leyendo un libro titulado "El lugar del alma", escrito por Gary Zukov (altamente recomendable, pero aún no lo consigo en versión electrónica, así que no lo puedo compartir todavía) y porque el respeto es un ingrediente mal entendido y peor utilizado en la vida diaria.

Los que se sienten con algún tipo de autoridad sobre los demás justifican muchos de sus actos porque son pa' que los demás aprendamos a respetar, y bajo esa bandera se realizan toda clase de atropellos y fregaderas que se puedan cometer contra los semejantes, porque es más fácil justificar lo que hago que hacer algo distinto, y porque es muy fácil también confundir el respeto con muchas cosas que son lo contrario.

"Pa que aprendan a respetar", dicen muchos mensajes del crimen organizado y desorganizado en nuestro país, y el mensaje real es "pa' que sepan que deben tenernos miedo". Y lo han logrado. Tal vez sí sepamos respetar pero la violencia y la prepotencia no generan respeto sino enojo, miedo e impotencia, y la gente que se escuda en las armas y la capacidad de destruir a los demás solamente se cubre con un escudo de odio y resentimiento, de miedo intenso.

"Si viera que obediente y respetuoso es mi hijo", dicen los padres y madres sobreprotectores que no han permitido a su subordinado asomarse a conocer el mundo, y no le queda más remedio que asumir su dependencia y tragarse las ganas de vivir su vida, pero eso tampoco es respeto, puede ser otra forma de represión y de limitación.

A veces con burlas, otras veces con amenazas, o con indirectas o ataques físicos o verbales, pero en muchas ocasiones invadimos la realidad de otra persona y justificamos nuestra invasión diciendo que es por respeto o para que nos respeten.

Vivir respetuosamente requiere mucho valor. Valor para respetar la vida en cualquiera de sus manifestaciones, valor para respetar las opiniones distintas a la propia, por muy radicales que sean las posturas ideológicas de cada quien, valor para dejar crecer fuera de la influencia propia a quien quiera hacerlo así, valor para saber una vez más que todas las vidas valen lo mismo y no hay una que puedas estar por encima de las demás. Valor para decir estas cosas y, sobre todo, para actuar de acuerdo a estas creencias cuando sea el momento.

El respeto significa tomar la decisión de aceptar y crear en lugar de destruir o atacar, y esta actitud puede ser muy criticada en muchas ocasiones.

Desde mi punto de vista, el respeto es una de las mejores señales de evolución que hemos logrado como seres humanos, aunque no es de las más comprendidas, con todo respeto.

Gracias por leer, hasta luego.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Jorge Bucay y las hojas de ruta

"Cuatro caminos hay en mi vida, ¿cuál de los cuatro será el mejor..?"

Casi todos los días escuchaba a mi tío Domingo cantar este verso, y no recuerdo haberlo escuchado cantar toda la letra, así que se me quedaron grabados los 4 caminos entonados por su voz, y tal vez por eso me llamó la atención el libro de Jorge Bucay "Hojas de ruta", que consiste precisamente en describir los 4 caminos por los que debería pasar toda vida que se precie de haber sido vivida, según ese autor. O tal vez el libro me impresionó porque me lo presentó mi excelente amiga y colega Manguis (a quien no me atrevo a llamar "vaca sagrada", pero sí me parece una "becerrita divina" en esto de la psicología) en una situación muy especial, pues en aquellos días había fallecido mi mamá y Manguis tuvo la genial idea de leer para mi un cuento incluido en el libro, gesto que le agradezco mucho porque fue mi primer contacto con Bucay y eso me animó a conseguir esta obra y adentrarme en primer lugar al apartado "El camino de las lágrimas", me sirvió bastante para ir asimilando mucho de lo que sentía y pensaba en esos momentos por la pérdida de mi querida mamá, a quien aún extraño.

El caso es que seguí interesado en Bucay y fui encontrando y leyendo más libros de él, y descubriendo que me encanta su manera de escribir.

¿Y qué tiene de especial Jorge Bucay? No construyó una gran teoría que revolucionara la psicología como lo hicieran Freud, Fritz Perls o Skinner; tampoco desarrolló técnicas especializadas y eficaces como en su momento hicieron Milton Erickson, Carl Jung, Reich ni el mismo Perls entre otros, ni tiene una historia escabrosa y apantallante como Víktor Frankl, por ejemplo. Por si fuera poco, ya ni siquiera se dedica a la práctica de la psicoterapia... ¿Entonces? ¿Cuál es su mérito?

A mi humilde modo de ver, su mérito reside en que se ha mostrado tan humano como cualquier hijo de vecino, ha tomado los conocimientos heredados por los grandes teóricos y prácticos durante la corta (relativamente) historia de la psicología y los ha manejado con términos cotidianos, le ha quitado el manto de "sagrado" a los conocimientos sobre la naturaleza humana, la comunicación y las relaciones (con perdón de las vacas sagradas) para convertirlos en una masa de realidades moldeable, accesible a quien quiera avanzar en el camino de convertirse en persona, o en mejor persona. Y su mayor mérito es que nos ha influenciado, contagiando esta sencillez para acompañar a quien se acerca a buscar apoyo, confiando en que cada uno de nosotros tiene dentro de sí la semilla de la que brotan sus propias soluciones, sin que esto implique abandonar la responsabilidad de guiar y ayudar a desarrollar sus propias herramientas y habilidades.

(Imagen en la página principal de la revista "Mente sana", dirigida por Bucay.
Según dice ahí, se actualizó por última vez en 2008)

"Haiga sido como haiga sido" -como dice un personaje tristemente célebre en la política mexicana-, el caso es que Jorge Bucay se ganó un lugarcito entre los grandes y cuenta con millares de adeptos, entre los que me incluyo sin llegar al fanatismo, y además a estas fechas aún continúa vivo. Casi siempre recomiendo a mis pacientes leer el libro con el que lo conocí, y aunque no sean pacientes conmigo ni con otro terapeuta, le recomiendo a cualquier persona que lo lea, así que aquí dejo para quien guste leer o releer esta obra, dividida en los 4 caminos que la integran:

1. El camino de la autodependencia:
http://www.4shared.com/document/L8-d6Z4W/Ruta_1_-_El_Camino_de_la_Autod.html

2. El camino del encuentro:
http://www.4shared.com/document/lx-JwWW3/Ruta_2_-_El_Camino_del_Encuent.html

3. El camino de las lágrimas:
http://www.4shared.com/document/-NczzfUi/Ruta_3_-_El_Camino_de_las_Lgri.html

4. El camino de la felicidad: 
http://www.4shared.com/document/yVIOy9ri/Ruta_4_-_El_Camino_De_La_Felic.html

Les deseo que tengan la paciencia de leerlos, que los disfruten y que puedan recorrer todos estos caminos de la mejor manera.

Hasta luego, gracias por leer.

domingo, 6 de noviembre de 2011

La vida en un día (Documental)

Este escrito también podría titularse "El rescate de lo cotidiano".

El 25 de octubre, hace poco menos de dos semanas, comentaba acerca de las etapas de una vida normal y de lo difícil que es definir esa cuestión de la normalidad, además de lo fácil que es juzgar las vidas ajenas suponiendo que las experiencias de uno mismo son las "normales".

Bueno, el pasado viernes mi amiga Adrianis me pasó la liga a un documental de YouTube que se llama "La vida en un día" y me senté a verlo esa misma noche, lo disfruté mucho, me dejó una serie de emociones encontradas y reencontradas el ver tantas vidas distintas compartiendo el mismo momento en el girar de nuestro planeta, y me reafirmó esa idea de que la normalidad no es más que un ideal en nuestras mentes, tal vez para sentirnos bien con nosotros mismo o para disfrazar nuestra comodidad individual sin tener que molestarnos en reconocer las diferencias que hay con nuestros semejantes que viven en distintas condiciones a las nuestras. No digo mejores ni peores, pues son las vidas "normales" de cada quién, pero sí digo distintas.


La idea de este documental fue pedirle a un gran número de personas que grabaran un día normal de sus vidas y respondieran unas pregunts sencillas dentro de su grabación. En YouTube dicen que recibieron miles de horas de grabaciones y que participaron voluntarios de 192 países. El resultado ya editado es un video que dura poco más de una hora y media con un contenido muy honesto, emotivo y cotidiano. Me emocionaba pensando que esas imágenes reflejan lo que vive a diario la gente que grabó esas escenas, o al menos con cierta regularidad, y esas "vidas normales" son tan distintas entre sí, que hasta ahorita no he podido terminar de asimilar tantas formas de existir en este mismo mundo, tantas pequeñas batallas que se libran a diario y tantos detalles pequeños que a veces no se aprecian lo suficiente.

La chica que habla al final deja un testimonio muy sincero y creo que también muy compartido por muchos, acerca de la necesidad de trascender, de sentirnos importantes, de sentir que nuestros días valen la pena vivirse, y como dice alguien en los comentarios acerca de este video: Las palabras que ella expresa hablan por todos.

Descargué el video pensando en reproducirlo en este blog, desafortunadamente se descargó sin los subtítulos en español, así que mejor les comparto la ruta directa para que entren a verlo en alguna ocasión que tengan hora y media para observar con calma y apertura el testimonio de cómo fue la vida el 24 de julio de 2010, para mucha gente de este planeta:


 Un abrazo, gracias por leer.