Los
nervios llevan cables urgentes
de
último momento a cada rincón
del
cuerpo y a cada instante
en un flujo que no puede parar,
lo
que se detiene por momentos
es
la decisión que su dueño
o dueña debe tomar
cuando manda una nueva señal,
porque a veces no sabe
distinguir
entre lo que quiere
y
lo que necesita, mientras
se
acumulan los mensajes
de
los nervios con informes
para
el cerebro y
órdenes
para el cuerpo,
indicando
la mejor
acción a seguir
ese flujo es incesante
y no depende de la voluntad
por fortuna.
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