"Lo que se graba en la ausencia:
Siempre ocupados
Siempre de prisa
Siempre de malas
Siempre al pendiente
de alguien o algo más
Siempre con algo
más importante que hacer
Sin detenerse a responder
las dudas e inquietudes
de ese pequeño ser
Hijo o hija ¡qué infantil!
Siempre ocupados
Siempre de prisa
Siempre de malas
Siempre al pendiente
de alguien o algo más
Siempre con algo
más importante que hacer."
(hemebe)
Siempre ocupados
Siempre de prisa
Siempre de malas
Siempre al pendiente
de alguien o algo más
Siempre con algo
más importante que hacer
Sin detenerse a responder
las dudas e inquietudes
de ese pequeño ser
Hijo o hija ¡qué infantil!
Siempre ocupados
Siempre de prisa
Siempre de malas
Siempre al pendiente
de alguien o algo más
Siempre con algo
más importante que hacer."
(hemebe)
Si los padres sobreprotectores son aquellos que todo el tiempo quieren estar sobre sus hijos, el lado opuesto son los padres ausentes, ya sea física o emocionalmente... o de ambas formas. El papá o la mamá pueden no estar presentes para el hijo o la hija (aún viviendo en la misma casa), y esta situación provoca reacciones como rebeldía, conflictos con la autoridad, inseguridad personal y una fuerte necesidad de afirmarse y hacerse valer ante los demás.
Varias conductas violentas, destructivas y hasta autodestructivas en los jóvenes y adultos tienen su origen en un padre o madre ausente. Los niños que vivieron esta situación serán adultos que prefieren borrar varias escenas de su infancia y literalmente pueden olvidar episodios completos de su historia, al grado de ver como ajenas algunas vivencias de sus primeros años de vida.
Este mecanismo de defensa puede producir la tendencia a escapar de las experiencias desagradables en otros momentos de su vida, incluyendo la vida en pareja o la vida laboral, y precisamente por seguir evadiendo las situaciones dolorosas preferirá marcharse en vez de enfrentar los conflictos, repitiendo con sus hijos la misma historia que vivió en su infancia. El miedo al compromiso nace de la sensación de poder perderlo todo en cualquier momento... y como la mayoría de los miedos, los convertimos en realidad si enfocamos en ellos nuestra atención.
El miedo más grande que tenemos cuando somos niños es al abandono, al rechazo, a no contar con alguien que nos cuide y nos haga sentir queridos y valiosos: es el miedo a perder a quien más nos quiere. Cuando los padres no están porque fallecieron o se fueron de casa este temor se vuelve realidad. Y también se vuelve realidad cuando los padres tienen una adición y por esa razón no atienden a sus hijos, o cuando se dedican toda la atención entre ellos sin hacer caso de los hijos, ya sea para pelearse constantemente o para halagarse.
Los padres con la permanente actitud de crítica destructiva y anuladora al estilo de "Madre Gothel" también están ausentes. Parece que están ahí apoyando, pero son incapaces de reconocer y valorar objetivamente los logros de sus hijos por estar demasiado sumidos en sus propios intereses, y en este mundito egoísta los hijos solamente caben si los pueden usar a su favor. En este contexto los hijos crecerán tratando de hacer cualquier cosa para ser reconocidos.
Las adicciones nacen como un sustituto ante la ausencia del padre o de la madre, produciendo sensaciones placenteras y la ilusión de ser más de lo que en realidad somos. Papá y mamá pueden ser muy egoístas y justificarse pensando en la gran cantidad de problemas que tienen que enfrentar, sin embargo esto no justifica olvidar el compromiso que se tiene hacia los hijos, e ignorar que al ausentarse los están lastimando de por vida. Es como decirles "mis problemas personales son más importantes que tú".
"Gobierna tu casa y sabrás cuánto cuesta la leña y el arroz; cría a tus hijos, y sabrás cuánto debes a tus padres."
(Proverbio oriental)
¿Durante tu infancia viviste alguna situación donde sentiste que no podías contar con tu padre o tu madre? ¿Has olvidado momentos de tu niñez, como si tuvieras lagunas mentales? Y si tienes hijos, ¿Les regalas cosas o dinero para "matar" la culpa de no estar con ellos?, ¿Los conoces?, ¿Sabes qué les gusta y qué les desagrada? ¿Cuentan contigo?
Si creciste con padres ausentes, es posible reconciliarte con la vida y contigo. Si estás actuando como padre o madre ausente, también es posible cambiar y volverte un padre o madre con conductas más constructivas. Para ello necesitarás trabajar en tu propia persona con constancia y sin esperar que alguien "arregle" a tus hijos, pues ellos son un espejo de lo que tú eres y haces. El primer paso para recibir ayuda es aceptar que la necesitamos.
¿Y cómo se le habla a los hijos cuando uno de sus padres está ausente, por la razón que sea? En la página "guiainfantil" encontré un artículo breve y muy interesante, donde proponen algunas frases que pueden ayudar bastante a manejar esta situación manteniendo la buena autoestima de los hijos.
¿Y cómo se le habla a los hijos cuando uno de sus padres está ausente, por la razón que sea? En la página "guiainfantil" encontré un artículo breve y muy interesante, donde proponen algunas frases que pueden ayudar bastante a manejar esta situación manteniendo la buena autoestima de los hijos.
Hasta luego.
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