"La gente no busca razones para hacer lo que quiere hacer, busca excusas".
(William Somerset Maugham)
Acabamos
de cerrar un ciclo más de vida, se acabó el año 2015 y estamos estrenando
todavía el 2016 con todos los buenos propósitos e intenciones que resultan al
hacer un repaso del año recién ido.
Sinceramente, espero que al hacer tu
recuento personal encuentres más cosas agradables que desafortunadas y que el
camino recorrido haya estado sembrado de buenas sorpresas y retos; sin embargo algunas
cosas tal vez no salieron como lo habías planeado y tuviste que rescatar
pequeños éxitos y grandes aprendizajes de esas malas experiencias, o tal vez
tus logros laborales, escolares y personales se vieron ensombrecidos por
dificultades en las relaciones con la gente que tratas.
Generalmente
ocurre que las demás personas no reaccionan como tú quisieras porque les
parece mejor actuar de acuerdo a lo que ellas quieren o necesitan, y esa es la causa de muchos problemas
en cualquier tipo de relación: de pareja, de trabajo, de amistad, entre
vecinos, entre familiares y prácticamente en cualquier situación que implique
contacto e interacción de dos o más personas. Lo que nos decepciona de la gente no es lo que hace, sino lo que
esperamos que haga.
Si
al hacer tu recorrido por tus vivencias del año 2015 descubres que tuviste
diferencias con tres o más personas importantes para ti, y si además esas
diferencias te han llevado a aislarte o a reducir la calidad de tu contacto con
las personas que regularmente frecuentas, puede ser el momento de preguntarte
cómo le has estado haciendo para enojarte o molestarte con la gente cercana a
ti.
Mucha atención en esto: Cuando descubras qué y cómo le has hecho a la gente
cercana a ti para que se moleste contigo, también vas a encontrar muchas
razones para explicarte por qué cometiste cada uno de esos actos, pero lo que
debe motivarte no es simplemente entender por qué dejaste salir palabras
hirientes, insultos, gestos, indirectas o maltratos, sino tratar de
sustituir esos hechos con otras acciones más incluyentes.
Si te das cuenta que lastimas a otra persona con tus actos e inmediatamente
encuentras razones para explicar esos actos, creerás que ya entendiste lo que
pasó y que con eso se soluciona todo. Si justificas esas acciones las
continuarás realizando hasta convencerte de que estás en lo correcto. Nos perdonamos cualquier acto con demasiada
facilidad, así podemos seguir dañando a otros sin darnos la oportunidad de
aprender nuevas formas de llevarnos con los demás y con uno mismo.
A
lo largo de este año todavía nuevo, seguirás relacionándote con la gente que
conoces y lo más probable es que además agregues nuevas caras y nombres a tus
listas de contactos, ¡somos seres
sociales y nunca estaremos solos! por eso te quiero compartir unos propósitos
de año nuevo, sencillos, que tal vez te podrán ayudar a mejorar tu
relación contigo y con los demás:
1.
Si
te quedas con la sensación de que no te toman en cuenta o que sales perdiendo
en tus relaciones, anímate a expresar lo
que piensas, lo que crees y lo que sientes. Déjate conocer para que no
tengan qué adivinarte.
2.
Está
bien tener claro lo que quieres y pedir ayuda para lograrlo. También se vale interesarse por lo que quiere conseguir la
gente que quieres y preguntar si puedes ayudar en algo. Escucha a la otra
parte antes de justificarte.
3.
Quererte mucho. Es el mejor regalo
que te puedes dar y también es un regalo para la gente que te rodea, porque
solamente cuando te quieres puedes compartir amor con los demás.
4. Con Dios (cualquiera que sea tu idea de él) hacemos lo mismo que con las personas: esperamos que haga lo que nosotros queremos y nos decepciona que haga lo que él considera mejor, así que el propósito es preguntarle cada mañana a Dios: "¿Qué puedo hacer por ti?"
¡Feliz
Año Nuevo!
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