martes, 28 de julio de 2015

¿Qué se pierde al dejar a la pareja?

"Estamos cultivando la sociedad del mínimo esfuerzo. En la era del consumo rápido, del lo-quiero-para-ayer, del si-no-es-sencillo-no-es-bueno, del no-tengo-tiempo-para-nada, buscamos atajos a nuestros objetivos que no nos cuesten esfuerzo ni tiempo.
(Tomado del blog www.esencialblog.es)


Según dicen, Aguascalientes presenta una tendencia de 900 a 1,000 divorcios por año, antes de que entre en vigor la nueva modalidad anunciada de "divorcio exprés". Ante esto, me atrevo a compartir algunas opiniones con base en mi experiencia personal y profesional:

Una de las principales causas de divorcio es que muchas parejas realizan el "matrimonio exprés": Dos personas deciden casarse o unir sus vidas sin pensarlo mucho ni dimensionar el paso que están dando, para escapar de una situación familiar que les parece insoportable, convencidos de que encontraron al amor de su vida aunque solamente tengan 15 años, porque están esperando un hijo y deciden casarse para darle una familia o algo que se le parezca. 

Por la razón que sea, cuando una pareja decide unirse sin prepararse para ser responsables de sus vidas con todo lo que ello implica, lo hacen considerando únicamente que van a estar con otra persona, idealmente la que aman, y sin tener en cuenta nada más. El "matrimonio exprés" provoca muchos y duros choques con la realidad inmediatamente después de la luna de miel, o desde antes que ésta termine. Obviamente la contraparte son los matrimonios preparados con suficiente tiempo y los noviazgos que permiten a la pareja conocerse un poco más... Aunque en ningún caso hay garantías...

Hay quien dice que el matrimonio es una relación esclavizante y violadora de los derechos humanos, una institución ancestral, caduca y ya no aplicable en nuestros tiempos (La Jornada Aguascalientes, 30 de agosto de 2014). Tal vez tenga razón. Sin embargo el hecho de facilitar la disolución del matrimonio no ayudará a disminuir la violencia de género ni los problemas que implican las relaciones humanas. No se ofrece una opción, solamente un vía de escape. 

Si dos personas se casan sin reflexionar acerca de lo que querían en sus vidas y también se separan sin pensar seriamente en lo que quieren para su futuro, no creo que haya mucha mejoría. ¿Por qué no hacer lo posible por rescatar la relación, cuando se den las circunstancias que así lo permitan?

En una separación las personas están tan lastimadas que solamente hacen caso a su necesidad de ser queridas y valoradas, esperando que sea su pareja quien les dé ese cariño y ese valor. Llega un momento en que cualquier cosa que la pareja diga o haga solamente ayudará a confirmar que la relación no funciona (así nos programamos), entendemos que la relación debe terminarse y ¡final feliz! Se toma la decisión reaccionando con rencor, con ira, con coraje o tristeza, con muchas vísceras y poca reflexión. 

Pero la situación no es así de sencilla, sobre todo cuando hay hijos u otros compromisos de por medio. Por eso vale la pena preguntarnos: ¿Qué se pierde al dejar a la pareja?

La gente ya no quiere ni siquiera consejos. La gente busca trucos. Y ¿qué es un truco? Algo rápido, fácil e indoloro que nos tiene que ayudar a llegar a donde queremos. Puede ser triunfar en nuestra carrera, conseguir la felicidad, encontrar el amor, conseguir más visitas a nuestra web, aprender a utilizar una herramienta informática, puede ser cualquier cosa. Pero lo que la gente no quiere es esforzarse, la gente quiere atajos."
(Tomado del blog www.esencialblog.es)

Se pierde la oportunidad de enfrentar un problema, lo cual hace que las personas crezcan y dominen más habilidades sociales, emocionales y hasta financieras. El amor es una decisión, al igual que el desamor, solo que el amor requiere más constancia y el desamor es un atajo hacia la satisfacción inmediata de los deseos. Egocentrismo, sin más.

Se pierde un proyecto de vida que en la mayoría de las parejas involucra planes, inversiones, relaciones y una serie de construcciones que tienen sus cimientos en la imaginación de ambos. Muchas veces, superar el dolor de perder el proyecto de vida cuesta mucho más que superar el dolor de perder a la pareja.

Se pierde la confianza en el amor, en las relaciones sentimentales y en la capacidad de entregarse a otra persona incondicionalmente. La relación frustrada se puede convertir en un fantasma que aparece cada vez que un nuevo prospecto de pareja se acerca al límite de tus necesidades emocionales, y aunque pocas cosas son tan tontas como dejar una necesidad sin satisfacer, una persona lastimada puede dejar pasar la oportunidad de ir acompañada por la vida, por el miedo a repetir la historia que le lastimó en el pasado. Si no se cubre la necesidad de saberse aceptados y valiosos, es muy probable que se acepte la idea contraria.

Se pierde la asertividad cuando la separación ocurre de manera brusca, sorpresiva o impulsiva. Al reaccionar y tratar de entender lo que ocurrió, muchas veces resulta que esa no era la situación esperada y que las cosas están peor ahora que antes de separarse, ¡vaya! la pareja no era el demonio y en realidad tenía muchas cosas disfrutables, pero el orgullo y el rencor esconden a la memoria y al amor. Es necesario dejarlos que se asomen de vez en cuando.

Se pierde la autoestima. Como se vea, terminar un relación deja una huella en la valía personal y esto no significa que la autoestima dependa de tener una pareja, ¡claro que no! La autoestima resulta mellada por no haber sabido resolver los problemas que presenta la relación de pareja y por ende, no se pudo continuar con el proyecto de vida formulado originalmente.

Se pierde la tranquilidad, sobre todo cuando hay hijos de por medio y ambos padres comparten el tiempo para convivir con ellos. En lugar de tranquilidad puede haber culpa, disgusto, decepción o coraje. 

Se pierden los sueños de crecer juntos, que también forman parte del proyecto de vida.

Se pierde también la estabilidad económica. Esta es una de las huellas más presentes de una separación... ¿y qué indica esta huella cuando la repetimos dos, tres o más veces?

Se pierden varias cosas cuando la relación se termina rápidamente, con la sensación de que se pudo haber intentado algo más.

Por eso cuando la relación no funciona hay que actuar, hablar, abordar los temas incómodos y tratar de buscarles solución. Los problemas no desaparecen cuando hacemos como que no los vemos: al contrario, se hacen más grandes al resguardo de las sombras y cuando por fin salen a la luz, han alcanzado un tamaño tan descomunal que ya es muy difícil manejarlos. Y todavía en ese momento es posible pedir ayuda profesional y tratar de rescatar lo que se pueda.

Amor no es sacrificio, es decir que no se trata de aferrarse al matrimonio nada más porque sí, sino de resolver y crecer como pareja. Amor no es tampoco lo único que se necesita para que una relación de pareja permanezca unida, ya hemos visto que el amor no es suficiente y también hace falta valor, aceptación y los 5 ingredientes básicos de las relaciones humanas. Aceptar la vida en pareja no quiere decir que debas resignarte a la vida en pareja, al contrario: Aceptar es un paso indispensable para poder hacer cambios de una forma más objetiva. 

Y también hay que decirlo: para algunas parejas y familias la opción más sana es la separación. Aún en este caso, es posible que cada uno de los involucrados rescate lo mejor que pueda terminando bien la relación.

Es posible rescatar o reconstruir el proyecto de vida personal, y éste se puede seguir de manera individual o en pareja. Vale la pena reflexionar un poco acerca de cómo quieres ir por la vida. Mi consejo es resolver lo que puedas para llevar menos lastre: seguir la vida sin culpa, rencor ni vergüenza, sino con autoestima y asertividad.

Hasta luego.

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