"Construir felicidad y compartirla con quienes podamos".
Algunos pacientes me han dicho, después de comentar sus avances, que esperan que yo sea con mi familia tal como soy con ellos en el consultorio. Otros, unos pocos, me han dicho además que me quieren dejar una tarea para tener siempre presente que llevo conmigo el propósito de ser una mejor persona con la gente que quiero y "para que vea lo que se siente".
Ya sé lo que se siente. He ido y seguiré yendo a ayudarme cuantas veces sea necesario (muchas gracias maestrísimo Javier Castañeda), y es justo decir que me da mucho gusto recibir esta retroalimentación tan honesta en algunas gentes que se acercan a mi. Si les gusta lo que les ofrezco y me desean lo mismo, me comprometo a aplicarme con más ganas; y si me dejan tareas con propuestas creativas igual que hago yo con ellos, me parece que estamos haciendo un trato justo, pues ambos compartimos lo que tenemos.
Eso sí: Jamás podré ser con mi familia como soy en el consultorio, afortunadamente tengo la voluntad de mostrarme como soy y convivir como esposo, padre, hermano, hijo o amigo. Sería muy cansado para mí (y mucho peor para los demás) si todo el tiempo estuviera interpretando o "terapiando" a quienes están a mi alrededor (con todo y eso, hay personas que tratan de "no ser ellas" cuando saben que hay un psicólogo cerca).
Pensándolo bien, de las cosas que hago y recomiendo en el consultorio hay una que sí trato de llevar siempre conmigo para usarla lo más que pueda: Aceptarme y aceptar a los demás tal como son.
Hasta luego.
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