Ahí está tu silueta borrosa
sentada del otro lado de la vida,
del lado que no conocemos
porque es el tuyo desde que
el tiempo se te cayó
resbalando entre tus dedos
y con él se fueron
tantos momentos felices…
Recogimos los que pudimos,
amorosos recuerdos de colección
guardados hoy en los corazones
de tus hijos y de la gente
que supo valorar tu ser y estar
cerca, siempre cerca.
Nuestro tiempo sigue corriendo,
a veces trato de detener el mío
y aunque quiero alcanzarte
la verdad es que todavía no,
no me quiero ir
y si ves desde tu lado
esta vida que tampoco conoces
porque es la mía
sabrás que estoy buscando
la mejor manera de irme
y eso tardará un poco porque
no he aprendido a sembrar
vida y amor como tú
que tenías tan buena mano
y todo lo que tocabas
retoñaba y florecía.
Yo no sé hacer eso hoy pero
mi presente no es sinónimo
de mi pasado o mi futuro.
por eso sigo buscando,
y buscando,
alguien me dio una receta para mejorar:
que lo primero es soltar el tiempo
para poder usar nuestras manos,
otro alguien me dijo, además,
que debemos reencontrar
nuestros sueños
y creer en ellos como algo bueno
para ya no obligarnos
a permanecer despiertos
solo por cumplir
y aún alguien más me dijo
que nos acerquemos a la gente
y a uno mismo también…
Total que con estas recetas
habría bastantes propósitos
para varios años nuevos
pero tú cumples 15 años
de recuerdos vivos.
Aunque hay algunas cosas en mi vida
que no me han gustado
siento un profundo agradecimiento
por estar en este mundo,
por vivir tanto con tanta gente
en cada lugar que he podido estar
y por haber tenido la suerte
de ser un hijo tuyo.
La vida siempre es buena
sin importar de cuál lado estemos,
no te lleves tu silueta,
duerme, descansa en paz,
cuando descubra la mejor manera
yo llegaré a tu lado y también
cada uno de tus hijos
está en esa búsqueda.
Fuera de cualquier receta,
lo que siempre ha funcionado
es caminar sobre tus huellas
y esas, seguro, nos acercan
más y más a ti.
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