Líquido
purificador que surge
con
las emociones intensas
o
la excesiva sensibilidad
arrastrando
hacia los ojos
pequeñas
basuras y grandes
tristezas, dolores o alegrías
que tal vez no queríamos ver.
Cuando
dejamos de expresar
lo
que sentimos,
las
lágrimas bañan el interior
y
la piel para limpiar
las impurezas acumuladas,
para regar y mantener
húmedo
el corazón:
si
se seca, la vida pierde
su
interés y su emoción.
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