Nadie me ha preguntado esto, pero quiero contar que mi problema con el reggaetón, la banda y otros estilos similares es que reduce tanto el concepto de amor y de sexualidad que termina pareciendo suficiente el puro acto de coger "como animales" nada más para "quitarse las ganas". Esta tendencia a escaparse en el placer conduce a una sensación de vacío interior y de soledad inmensa, que solamente tiene salida refugiándose en un nuevo momento de placer y de autoexigencia: en esta subcultura es necesario ser atractivos y verse bien buenos o buenas, porque si no se antojan nadie va a querer "quitarse las ganas" con ellos o ellas. El precio en autoestima y socialización puede ser muy alto. A veces es tan alto que termina siendo lo contrario: Subestima y aislamiento.
Sin ánimo de querer cambiarle sus preferencias musicales a nadie, ni de ser tan moralista para sugerir que todas las relaciones sexuales deben ser por amor o con algo más que pasión, sí quiero insistir en que quitarse las ganas es solamente una de tantas expresiones que tiene la sexualidad humana, y para disfrutar más el placer de esos encuentros íntimos con otra persona, vale la pena conocer otras formas de vivir la sexualidad. Ése es el punto central de este breve texto: la variedad siempre deja entrar a la sorpresa, a la espontaneidad y también enriquece la creatividad y la vida en general. La rutina, la repetición de actos, palabras o gustos como si estuviéramos siguiendo un guión, mata la espontaneidad y nos vuelve rígidos, tercos.
Puedo escuchar algunas canciones de banda, reggaetón y hasta algunas de las mal llamadas "baladas románticas", pero no puedo coincidir con lo que dicen sus letras, la mayoría son machistas, autocompasivas o acusadoras. Y sin embargo son un buen negocio, a la gente le gusta creer que estas canciones hablan del amor y se refugia en ellas. Eso no va a cambiar, y afortunadamente también hay canciones con letras más realistas, algunas verdaderamente poéticas y amorosas, sin basar el amor en comparaciones ni descalificaciones con nadie. Dejo aquí una invitación a identificar las letras nocivas para tratar de no adoptarlas en nuestra mente, y si ya lo hicimos, para dejar como tarea una ejercicio de filtración, que consiste en quitar de nuestra mente algunos estribillos que incluyen ideas como las que siguen:
Canciones de reclamos porque la otra persona no te valora. Si no te valora, te toca valorarte a ti ¡y alejarte de quien no te valora!
Canciones de venganza porque la otra persona decide terminar la relación. Puedes ser la mejor persona del mundo, pero tanto tú como la otra persona son libres de decidir si quieren permanecer o no en la relación. Y si la relación terminó, hay que dejar ir a la pareja sin alargar la agonía personal ni cargar una relación tan muerta que tal vez ya esté empezando a descomponerse.
Canciones de odio porque la ex pareja empezó una nueva relación. Lo más sano es alejarse y hacer tu propia vida, en vez de estar al pendiente de lo que vive alguien que ya decidió vivir por su cuenta. Cuesta reconocer que lo más doloroso no es perder al amor de tu vida, sino darte cuenta que no era tuyo y sentir que tienes las manos vacías. Duele, pero te da la oportunidad de hacerte cargo de lo que sí es tuyo: tu vida, Cuando aceptas esto deja de preocuparte lo que dirá la gente y puedes compartir tu vida con otra persona, sin que tengan que ninguno tenga que sentirse dueño o propiedad de su pareja.
Canciones de compasión y lástima hacia uno mismo porque la otra persona no te acepta. También en este caso, es hora de mostrarle a tu propio Yo que lo quieres y lo valoras, solamente de esa manera entenderemos que otra persona puede tener diferentes intereses y por lo mismo no coincidir con los tuyos. Te vas a gustar más y a quererte más aceptándote como eres, y ése también es el camino para dejarte acompañar por quien te acepte igual.
No son recetas mágicas, pero pueden darte más libertad que la filosofía derrotista de las canciones "románticas" o la competitiva de las canciones "apasionadas".
Hasta luego.